La Exposición Insectus que acaba de concluir, fue un acierto interinstitucional para demostrar que el arte y la ciencia se pueden entrelazar e impulsar el conocimiento científico y tecnológico entre la población tabasqueña, principalmente entre los menores de edad.
Así coincidieron Graciela Beauregard Solís, profesora investigadora de la División Académica de Ciencias Biológicas de la UJAT y David Fernando Mirabal León, jefe del Departamento de Divulgación de la Ciencia y la Tecnología de la UJAT, en el Café Científico: “Arte y ciencia para el impulso de la cultura científica”, que conduce la Lic. Katia Herrera Xicoténcatl, coordinadora de Información y Divulgación Científica del CCYTET.
“Desde el momento que Insectus registró una afluencia de más de 40 mil personas nos está indicando la necesidad que hay de tener espacios de recreación basándonos en el contacto directo con los elementos del medio ambiente”, expuso Beauregard Solís.
Por su parte, Mirabal León indicó que en la entidad existe una gran biodiversidad que puede mostrarse a los niños como se hizo en la exposición Insectus, que a través de microscopios o plataformas como el arte generan experiencias significativas que van marcando a los menores de edad.
“Este tipo de exposiciones permitieron a los niños a generar la curiosidad sobre las diferentes disciplinas que hay para entender la naturaleza y pudieron cambiar su visión de estos animales, que a veces los vemos de forma peyorativa, pero que tienen una función fundamental en los ecosistemas”, precisó.
En cuanto al Día Internacional de la Cultura Científica, la profesora investigadora de la UJAT reconoció que la cultura científica no se crea de un día para otro, pero que se debe fomentar en los hijos, en la familia y en los estudiantes, con visitas a museos, a bibliotecas, “el reto es encaminar a nuestros niños y estudiantes que la información que consulten sea información confiable, basada en la razón”.
Para David Mirabal, la cultura científica no se trata de que existan más científicos en la entidad, sino que se debe trabajar más para que cada persona tenga un pensamiento crítico que les permita discernir cualquier información que les llega de cierto tema.
“La cultura científica nos ayuda a entender cómo funciona el mundo o cómo funcionan los fenómenos. Insectus fue una muestra clara que a partir de todas esas expresiones que se dieron en este evento, incentivaron la curiosidad de los niños sobre los insectos, aprendieron que ya no van a matarlos porque están en la tierra por una razón”.
En relación de cómo ayuda el arte a la cultura científica, la Dra. Graciela Beauregard destacó que gracias al dibujo, el mundo pudo conocer nuestra historia, la biología, la geografía, entre otras disciplinas.
“Por ejemplo, a través de las pinturas de José María Velasco pudimos conocer parte de nuestra geografía, a través de los códices tuvimos evidencia de nuestro territorio, a través de Leonardo Da Vinci conocimos la anatomía, en fin, el arte ha tenido un papel fundamental en el conocimiento y en la ciencia”.
Finalmente, el jefe del Departamento de Divulgación de la Ciencia y la Tecnología en la UJAT, dijo que el arte nos va a dar que el usuario tenga experiencias y la conjugación con la ciencia permitirá que los mensajes lleguen de una manera más fácil a la sociedad.