No cabe duda que uno de los más exitosos mexicanos que trabajan ahora en Estados Unidos es Eugenio Derbez. Después de hacer toda clase de comedias un poco simplonas, últimamente ha dado un giro a su carrera con papeles más dramáticos que lo han llevado a formar parte de cintas como CODA: Señales del corazón, así como a conquistar no sólo la taquilla latina sino también premios importantes en festivales como Sundance.
Tal es el caso de Radical, donde Eugenio hace el doble rol de productor y actor, apoyándose en Christopher Zalla, director y coguionista de un relato basado en hechos reales que resulta emotivo y reflexivo. Se charló con ambos en una de sus más recientes visitas al país, a propósito de la temporada de premios, el éxito en taquilla y su paso por el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
El filme propone una nueva forma de aprendizaje que le ha funcionado de excelente manera al profesor Sergio Juárez. Pero la dura verdad es que, en las escuelas, es complicado encontrar esas iniciativas para que los estudiantes se interesen en el estudio: “Comentábamos en algunas pláticas que hemos tenido en escuelas que, desgraciadamente, la mayoría de los niños no van a encontrar a un Sergio”, dijo el actor.
“Pero es importante que al ver la película se den cuenta de que todos los niños tienen potencial pero los hemos hecho creer la falsa idea de que si viene de una escuela rural o de donde sea no puedes llegar a ser astronauta, ingeniero o arquitecto pero es porque a veces ni siquiera los dejan terminar la primaria”, apuntó Eugenio.
“Tienen que ver por ellos mismos y darse cuenta de que los pequeños pueden aprender más en una hora accediendo a una computadora que en seis meses en una escuela que posiblemente no les va a servir para la vida adulta”, declaró el histrión mexicano.
“Es encontrar algo que les interese, pues si tienen curiosidad, deben seguirla. Ese es el mejor motor”, mencionó Zalla. “Sergio hace eso, encuentra lo que les interesa y los incita a que vayan a buscarlo para que puedan cumplir sus sueños porque justamente no todos tendrán un maestro como él que les pueda servir de guía”, añadió Derbez.
Radical apunta a la delicadeza del sistema educativo nacional y sus fallas, una situación que tristemente es poco abordada globalmente pero que urge atender, según Zalla. “Es un problema social que existe no sólo en México sino en todo el mundo. Es una realidad que me deja intranquilo y por ello espero que la cinta ponga en la mesa una conversación al respecto. Necesitamos muchos más esfuerzos para afrontarla”.
Además, Eugenio reveló un dato triste al respecto: “Al final de la cinta se plantea que la escuela verdadera sigue sin computadoras o porque no se han donado o se ha hecho algo al respecto. Cuando estaba Sergio en la filmación le pregunté por qué continuaba eso sin ser atendido y él me dijo que no tenía caso, pues al correrse la voz de que ya habría, se las robarían”.
Eso hace que la problemática social no sólo exista dentro de la educación, sino en el contexto mismo donde las condiciones no son favorables en absoluto. “Si un niño tuviera un IPad en sus manos, viviendo en ese estado donde los papás no pueden pagar la renta o no hay para comprar comida, entre otros dilemas, pues el material se vendería”, manifestó desconsolado Derbez.
“Es un problema mucho más de fondo que no es sencillo de arreglar y la solución es que los niños mejor vayan a un café internet para poder apoyarse y continuar fomentando esa creatividad suya”.
Si bien Radical tiene un tono esperanzador que nos hace pensar en el cambio, no cabe duda que existe un factor realista dentro del relato que permea todo esto. “Queríamos que tuviera esa esencia, que aunque se puedan tener sueños y lograr cosas inspiradoras, también se vean esos problemas tan profundos con los que no se puede sanar porque los desafíos públicos que tenemos son muy complicados de arreglar”, mencionó Christopher.
“Nunca intentamos maquillar eso en la cinta, pero creo que se expone de una forma muy elegante toda esa situación que rodea no sólo a estos niños mexicanos sino a otros en todo el mundo”, acotó el actor.
Es complicado no maquillar esa triste miseria de un país dividido y azotado por la violencia pero Zalla y Derbez lo logran, esquivando las balas de la exageración o la porno miseria. “La realidad es tan terrible y la hemos visto tantas veces ya en muchas películas. Aquí no queríamos eso, buscamos que, sin dejar de mostrar la crudeza del ambiente, no era necesario embarrar de sangre y pusimos la pantalla para eso. Si bien no se deja de percibir la violencia o la crudeza de lo que está sucediendo, no es exagerada o explícita”, expuso el protagonista y productor.
“Fue totalmente intencional tratarla de esa forma. Sabemos que cuando pasa es horrible pero no queríamos poner la nariz en ello, la historia no lo necesitaba. Preferí dejar eso de lado, creo que menos es más”, complementó Zalla.
Eugenio también habló de los retos de hacer el papel de Sergio. “Es un desafío y me preparé para el charlando con el mismo docente, así como con Chris para definir cómo íbamos a hacer al personaje, si quería que me pareciera a él físicamente y decidió que no era buena idea hacer eso sino tratar de capturar su esencia y su alma, tratar de transmitir lo que él quiere dar a sus estudiantes. Creo que fue una gran decisión porque funcionó mejor. Sergio siempre estuvo supervisando lo que hacíamos, dándole el visto bueno e incluso había una escena que compartíamos pero fue editada del corte final”, declaró.
Continuando con los desafíos de la grabación, Derbez alcanza tintes dramáticos que jamás habíamos visto antes en su filmografía, algo que no fue para nada sencillo de lograr. “Me acuerdo que estaba en Atenco y mi esposa, que estaba en Los Ángeles me preguntaba si estaba bien. Le decía que estaba deprimido porque no estaba acostumbrado a trabajar así, pues normalmente me reía mucho en los proyectos”, dijo Derbez.
“Aquí llevaba dos meses metido en la basura viendo esta pobreza infinita y haciendo una historia muy dolorosa pero sabía que esa sensibilidad servía para mi personaje. Me daba por llorar mucho, igual que Chris. A veces tratábamos de explicarle cosas a los niños y no podíamos porque estábamos inundados en llanto”, confesó el histrión.
“No se podía ver a un niño tratando de hacer cualquier cosa y no sentir algo trágico. Sabíamos que el mundo no suele tener buenas noticias y se devora los sueños de muchos. Eso nos causaba mucho dolor, sin duda”, señaló el realizador nacido en Kenia.
“Además, estábamos contando una historia que sabemos que en ese momento podría estar pasando en muchas partes de la República. Recuerdo que en la locación teníamos que usar googles y mascarilla en cuanto decían corte porque el ambiente estaba muy contaminado. Había una infinidad de perros callejeros, la comida se tenía que proteger con plástico y hubo miembros del crew que padecieron infecciones oculares o estomacales. Eran condiciones muy duras”, continuó recordando Eugenio.
A pesar de ello, Radical es capaz de mostrar la luz en medio de todo ello. “La luz humana es lo que era Sergio y su actitud. Esa esperanza es lo que genera el profesor real con sus alumnos y creo que tuvimos suerte de que nuestro proyecto fue la prueba de la historia que estamos contando para mostrar que hay genios por todos lados que lo único que necesitan es apoyo, respeto y cariño”, dijo el cineasta.
“Además, no hubiéramos podido lograr nada si no fuera porque nuestros niños actores lograron también un gran trabajo capturando todo eso”, aseveró entusiasmado el realizador. “Imagina cuantos genios hay desperdiciados en el país solamente porque no hay un sistema o gente que los quiera apoyar”, acompañó Derbez.
Finalmente, Eugenio entró un poco en detalle acerca del éxito que la película ha tenido a partir de su estreno. “Me da esperanza que la gente está hablando de ella constantemente. Pero los números, para mí, son relativos. Lo importante es que crezca el mensaje de que podemos hacer cosas exitosas. Sinceramente, quiero que la gente la vea para despertar una conversación que pase de la cinta y trascienda hacia la misma educación”, dijo.
“Estamos tratando de ver cómo podemos conectar y en lugar de dividir, sumar fuerzas para ver qué podemos hacer. Personalmente, me encantaría que las autoridades se acercaran a Sergio y le preguntaran qué pueden hacer en lugar de callarlo y no pedirle su opinión. Esa, para mí, sería mi mejor taquilla, que se inicie una charla alrededor de ello”, concluyó.