Un viaje sin despegue

La familia Mallard se ha quedado “estancada”. Mientras papá Mack se siente realizado cuidando de su familia en su estanque de Nueva Inglaterra, mamá Pam se muere de ganas de vivir la vida y hacer descubrir a sus hijos –el adolescente Dax y la patita Gwen– el mundo en toda su amplitud.

Después de que una familia de patos migratorios llegue a su estanque con maravillosas historias de lugares lejanos, Pam consigue convencer a Mack de que deben viajar a la tropical Jamaica pasando por Nueva York. Los Mallard emprenden el viaje hacia el sur para pasar el invierno, pero nada sale como estaba previsto. La experiencia les ayudará a descubrir horizontes desconocidos, hacer nuevos amigos, a vivir experiencias que jamás imaginaron, y de paso, a conocerse mejor. De esto va ¡Patos!, un filme animado que llegó a las salas nacionales.

La dirección de Benjamin Renner y Guy-Laurent Homsy ofrece una animación competente que captura la esencia del viaje, pero carece de la originalidad y la innovación visual que podría haber elevado la película a nuevas alturas. Aunque las escenas son coloridas y están bien diseñadas, la animación no logra destacar en un mercado saturado de producciones similares.

El guión, coescrito por Mike White y Benjamin Renner, presenta una premisa prometedora, pero se queda corto en la ejecución. La historia sigue una estructura predecible y cae en clichés familiares de películas animadas. Aunque la narrativa intenta transmitir un mensaje de descubrimiento personal y crecimiento familiar, se siente superficial y no logra profundizar en temas más complejos que podrían haber dado mayor sustancia a la trama.

La banda sonora de John Powell, aunque competente, no destaca ni agrega un elemento distintivo a la película. Las composiciones son apropiadas para cada escena, pero carecen de la magia que puede elevar una película animada a un nivel superior.

El elenco estelar, encabezado por Kumail Nanjiani, Elizabeth Banks, Keegan-Michael Key, Awkwafina y Danny DeVito, brinda actuaciones sólidas que, lamentablemente, no pueden compensar las limitaciones del guión. Aunque los personajes están bien interpretados, carecen de la profundidad necesaria para que el público se conecte verdaderamente con ellos. La elección de voces en la versión en español, con Alfonso Herrera, Fernanda Castillo y Humberto Vélez, respeta y refleja la calidad del elenco original.

La película se anuncia como ideal para disfrutar en familia durante las épocas festivas, y en este sentido, cumple su propósito. Es fácilmente digerible para niños, con situaciones cómicas y momentos de ternura que mantendrán a los más pequeños entretenidos. Sin embargo, la falta de originalidad y la previsibilidad de la trama pueden dejar a los adultos anhelando una experiencia más enriquecedora.

La animación, aunque buena, no alcanza el nivel de innovación que se esperaría de estudios como Illumination Entertainment. La película sigue la fórmula que ha caracterizado a otras producciones del estudio, especialmente las de la franquicia Minions, lo que la hace sentir como una extensión más que como una obra independiente y memorable.

Comparaciones inevitables surgen al mencionar que no está al nivel de producciones como Río de Blue Sky Studios. La falta de una trama más profunda y personajes más complejos impide que la película alcance la grandeza de otras joyas animadas.

En resumen, ¡Patos! es una película animada que ofrece entretenimiento ligero y diversión para la familia, pero carece de la originalidad y profundidad necesarias para destacar en el competitivo mundo de la animación.

A pesar de la presencia de un elenco talentoso, la película no logra despegar y queda relegada a la categoría de películas olvidables. Aunque puede ser disfrutada por los más jóvenes durante las vacaciones, los cinéfilos más exigentes podrían encontrar que le falta el encanto duradero que define a las grandes películas animadas.

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