Gastos navideños

Con los festejos de la Navidad en puerta, es importante que las familias tomen en cuenta que para la cena del 24, en el ámbito familiar, estos gastos llegan a representar hasta más del 50 por ciento del aguinaldo, así lo señaló Eufemia Basilio Morales, académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Recordó que la actual temporada navideña genera importante derrama económica porque las ventas aumentan en tiendas departamentales, así como en mercados o sectores que se dedican a la elaboración de banquetes, comida, incluso para quienes ofrecen algún tipo de espectáculo; sin embargo, este incremento en el gasto familiar tiene un importante impacto económico de las personas.

Ello, porque suelen realizarse gastos excesivos o compras compulsivas, lo cual tiene consecuencias en la economía de las personas, principalmente para la cena del próximo domingo 24, y todos los gastos que dicha celebración conlleva.

Si se toma en cuenta que para la Navidad se destina poco más del 50 por ciento del pago del aguinaldo, este ingreso extra se reduce aún más, para quienes compran juguetes navideños y de Reyes Magos con un gasto estimado en más de 20 por ciento de ese recurso.

Ante este panorama, Basilio Morales sugirió celebrar con prudencia, ya que la temporada navideña entonces toma dos aristas: una gran derrama económica, pero también por el otro lado significa un gran gasto.
ADMINISTRA EL GASTO FAMILIAR

Debido a que esta es la época del año, en la que muchas personas tienen un dinero excedente, no contemplado en el gasto diario, el aguinaldo, la especialista sugirió procurar una adecuada administración en la economía de las familias.

La especialista sugiere contemplar la viabilidad de iniciar un ahorro a nivel familiar, dijo, por pequeño que éste sea, ayuda, y con ello fomentar la cultura en la materia. Los bancos ofrecen instrumentos de inversión a partir de 500 pesos, se va guardando esa cantidad y poco a poco crece, o por lo menos no te lo gastas, hay que prever.

“Sabemos que las épocas no son fáciles, aunque el año pasado fue más difícil que ahora en materia de inflación; aun así, siempre hay que prever o ver más allá. El objetivo es hacerlo de manera correcta y destinar un presupuesto fijo para la cena y los regalos, y que ello nos permita tener un horizonte claro hacia una cultura del ahorro.

En este sentido, mencionó que para la Ciudad de México, el año pasado, las ventas durante la temporada representaron una derrama de 37 mil 334 millones de pesos, según la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad capital, lo cual ayuda a incentivar el consumo y la inversión, y se prevé que este año ocurra lo mismo.

Debemos hacer un presupuesto, en la vida y en particular para Navidad, desde ver qué vamos a cenar, cuánto destinar y adquirir con anticipación los productos requeridos. Un día previo, las tiendas y almacenes estarán llenos con precios elevados, conviene tener una lista de las personas a las que les obsequiaremos, preparar los alimentos en casa, eso es más barato

En este contexto, sugirió que los mejores regalos que las personas pueden hacerse a sí mismas, es contemplar el pago de una deuda o elaborar un fondo de emergencia, “recordemos lo que nos pasó con la pandemia, la atención médica no es barata, de repente podría haber una urgencia en este ámbito”, comentó, al tiempo en que insistió que un ahorro familiar suele ser la mejor opción para poder hacer frente a imprevistos.

Hay que evitar endeudarse con tarjetas de crédito, ya que numerosas personas las tienen al tope porque les resulta fácil pagar con el llamado dinero de plástico sin llevar un control, y es mejor tener claro cuánto podemos gastar, los intereses que estas compras podrían generar si no pagamos a tiempo, además de excedernos; y hacer un presupuesto, ver de cuánto dinero dispongo”.

Las compras generan felicidad, máxime en Navidad cuando vemos las luces y los adornos de la temporada nos llama la atención; al entrar a una página electrónica de ventas navideñas perdemos media hora revisando o apartando algunos productos y eso genera “bienestar”, lo adquiera o no.

El problema es cuando se gasta más de lo que las personas pueden y se hacen compras de manera irresponsable “y nos damos cuenta que en realidad eran cosas que no necesitábamos”, por lo que, abundó, “si quieres algo espera 72 horas, después de ese lapso piensa si estás seguro de que lo necesitas, además de comparar precios”, reitera.

Sugirió que otra acción favorable para el presupuesto es comprar en enero algunos productos navideños para la próxima temporada, esto ayudaría a la economía, al consumo y a la inversión.

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