El papa Francisco, durante el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro, hizo un llamado en vísperas de la Navidad a no perder de vista el verdadero significado de esta festividad. Enfatizó la importancia de separar la celebración de la Navidad del consumismo desenfrenado, instando a celebrarla con simplicidad y solidaridad hacia aquellos que carecen de lo básico y necesitan compañía.
Además, el pontífice recordó a aquellos que sufren las adversidades de la guerra, mencionando específicamente a Palestina, Israel y Ucrania, así como a quienes enfrentan la pobreza, el hambre y la esclavitud.
En medio de su recuperación de una bronquitis, el papa dirigirá personalmente los eventos litúrgicos de la Navidad, comenzando con la misa del gallo en la Basílica de San Pedro. Debido a sus limitaciones de movilidad, presidirá la ceremonia desde un costado del altar y ofrecerá la homilía.
El 25 de diciembre, se dirigirá al balcón central de la logia de la basílica vaticana para impartir el Mensaje de Navidad y la bendición «Urbi et Orbi», centrándose en los problemas y conflictos mundiales, como es costumbre cada año.
El papa continuará celebrando las vísperas el 31 de diciembre en la basílica de San Pedro y el 1 de enero presidirá la misa de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, coincidiendo con la Jornada Mundial de Paz.
Las festividades navideñas concluirán el 6 de enero con la misa de la Epifanía en San Pedro.