A cuatro décadas de ‘El regreso del Jedi’

Luke Skywalker ha regresado

a Tatooine, su planeta de

origen, en un intento de

rescatar a su amigo Han Solo

de las garras del perverso

delincuente Jabba the Hutt.

Luke no sabe que el IMPERIO

GALÁCTICO ha iniciado

secretamente la construcción

de una nueva estación

espacial blindada, incluso

más poderosa que la primera

y temida Estrella de la Muerte.

Una vez terminada, esta arma

extrema augurará una muerte

segura para el pequeño grupo

de rebeldes que lucha por

restaurar la libertad en la

galaxia….

Con estas palabras hace 40 años, un 16 de diciembre de 1983, iniciaba la proyección de El regreso del Jedi en México, la tercera película de La Guerra de las Galaxias ahora conocida como el Episodio 6 de Star Wars. Los fans de todo el mundo tuvieron que esperar tres años para conocer el desenlace de El imperio contraataca ¿Cuál sería el destino del capitán Solo? ¿Con quién se quedaría la princesa Leia? ¿Jabba el Hutt de verdad sería tan temible? ¿Luke regresaría con Yoda a terminar su entrenamiento? ¿Cuáles serían las consecuencias de la máxima revelación en la historia del cine? “Yo soy tu padre”.

La Guerra de las Galaxias, Star Wars, de aquí en adelante, para este punto era un fenómeno innegable. Había revolucionado el cine con sus efectos especiales de vanguardia, su épica musicalización, lanzado al estrellato a Harrison Ford y terminado de definir el término Blockbuster para las películas con exorbitantes ganancias en taquilla.

Está fantasía galáctica que nos hizo soñar con naves espaciales, espadas de luz, princesas enamoradas de piratas, amistosos androides, monjes guerreros que peleaban por la luz y la oscuridad se convirtió en un parteaguas en el cine y la cultura popular.

El estreno en México venía acompañado de una gran euforia. Las funciones estaban agotadas, largas filas fuera de los cines Hollywood, La Raza y varios más. Los padres llevaban a sus hijos, los adolescentes acudían en grupos o en pareja, la sala abarrotada, se apagan las luces, suena la fanfarria de la 20th Century Fox acompañada de su logo, una producción de Lucasfilm Limited seguido del “Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana…” por poco más de dos horas el mundo desaparece.

Vemos con sorpresa la construcción de una segunda Death Star, regresamos a Tatooine para enfrentar a Jabba the Hutt y rescatar a Han Solo, acompañamos a Luke para cumplir su promesa de regresar con Yoda y terminar su entrenamiento Jedi, nos duele la partida del maestro y nos alegramos con la aparición de Ben, nos unimos a la Flota Rebelde, la presencia del Emperador nos llena de temor, conocemos y nos aliamos con los Ewoks, nos enfrentamos a la armada imperial, atestiguamos el duelo entre padre e hijo de Darth Vader versus Luke Skywalker, a bordo del Millennium Falcon nos adentramos al interior de la Death Star, Leia y Han, vemos el regreso del Jedi. ¡Victoria! Celebración y luego….nada. Star Wars había llegado a su fin.

O eso creíamos. Y no me refiero a lo que vendría años después con las ediciones remasterizadas, la trilogía de precuelas, la compra por parte de Disney, la nueva trilogía y ahora las series de tv. Me refiero a que Star Wars se mudó de las salas de cine al imaginario colectivo.

Podría decirse que lo había hecho desde el 77 pero El regreso del Jedi tuvo un impulso adicional, y diría que definitivo, para que eso ocurriera en México: los juguetes. Los juguetes de Star Wars llegaron tarde al estreno de la película en 1977, fue hasta 1978 que empezaron a comercializarse por parte de Kenner en EU.

En México este retraso fue mucho más largo, no fue sino hasta 1983 que los juguetes “clásicos”, de Star Wars invadieron el mercado mexicano con la línea de El regreso del Jedi. Y con clásicos me refiero aquellos de escala 3 3/4 de pulgada que convertido al sistema métrico decimal son de 9 a 10 centímetros de tamaño.

Alguien podría alegarme que en México siempre hubo juguetes de Star Wars desde que los hubo en EU y diría que eso es parcialmente cierto, gracias a la fayuca y piratería, pero si bien la mítica compañía mexicana de juguetes Lili Ledy produjo algunas figuras de 12 pulgadas entre 1978 y 1979 (de la cual sobresale El Hombre de las Dunas o Tusken Raider una figura producida en exclusiva para México) no sería hasta 1983 que produciría su línea robusta de figuras de La Guerra de las Galaxias: El retorno del Jedi, luego cambiaría a La Guerra de las Galaxias: El regreso del Jedi.

Lili Ledy produjo 50 figuras y algo así como 20 naves/vehículos y sets representativos de los que produjo Kenner (adicionalmente se produjeron rompecabezas, modelos para armar, figuras para pintar y la Supermasa de Jabba the Hutt, que no era otra cosa que la versión mexicana de Play Doh).

Está línea de juguetes que podías encontrar a la venta en todos lados: jugueterías, supermercados, tiendas departamentales, cines, tianguis, ¡farmacias! Ayudó a que los personajes y galaxia creados por George Lucas anidaran en la mente de más de una generación de niños y adolescentes mexicanos.

Y es que admitámoslo, ¡era una gran colección! Con todo y sus errores de producción y a veces su ausente control de calidad que hicieron que con el paso de los años esas figuras adquirieran el grado de rarezas por sus variaciones en tamaño, color y material. Siendo de las más buscadas y cotizadas en el mercado de coleccionistas de Star Wars.

El regreso del Jedi es considerada la más floja entre las películas que conforman la trilogía original de Star Wars, los ewoks no cumplen con los estándares de sofisticación de algunos, pero para muchos de los fans de la vieja guardia representa nuestra película favorita de la franquicia al ser la película de Star Wars que disfrutamos más allá de una sala de cine.

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