Estaciones confundidas, vientos que desgajan árboles, sequías desérticas, glaciares perdidos, temperaturas incandescentes, infiernos en los bosques, humaderas continentales… Sin duda, el cambio climático se mostró despiadado este 2023.
La pasada Cumbre Climática COP28, y su anuncio del supuesto adiós de los combustibles fósiles, arrojó más interrogantes que certezas. La alarma global sigue timbrando y queda mucho por discutir y hacer. La Tierra resiste una sinfonía de alteraciones climáticas que han puesto a nuestro civilización al borde del colapso ambiental.
Y es que ya no hablamos de calentamiento sino de “ebullición global», aseguró el secretario general de la ONU António Guterres. Y a lo largo del año encontramos al menos cinco fenómenos implacables que irrumpieron con sonoro eco de advertencia.
1. Olas de calor: 2023 el año más caliente
Este año, las olas de calor históricas no dieron tregua, poniendo incluso vidas en peligro. En Europa, América y Asia, los termómetros se dispararon hasta alrededor de los 50 °C. Roma, batió por récords de calor, y la región de Lazio, con un aumento del 20% en emergencias médicas.
España anotó temperaturas insoportables, como los 45.4 °C en Figueres, Girona. En Alemania, el calor sin precedentes desató debates sobre la introducción de siestas laborales para sobrellevar las condiciones extremas. Francia impuso la alerta naranja por altas temperaturas en nueve departamentos mediterráneos.
China y la ciudad de Turpan al noroeste experimentaron una histórica temperatura de 52.2 grados, la más alta jamás documentada en la región. En EU, cerca de 100 millones de personas estuvieron bajo alerta por máximas extremas. Phoenix marcó un nuevo récord con 19 días consecutivos de temperaturas superiores a 43 grados. Y en el sur de África, se batieron récords de temperaturas en Botsuana, Namibia y Sudáfrica.
Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, 2023 terminará como el año más caluroso de los últimos 125,000 años cuando termine en diciembre. Y por si fuera poco, la OMM dio a conocer que se espera que el actual fenómeno de El Niño dure al menos hasta abril de 2024.
2. Incendios forestales, fuegos sin precedentes
En los primeros meses de 2023, una serie devastadora de incendios forestales dejó una huella de destrucción y tragedia en diversas partes del mundo. Desde Chile hasta Brasil, los incendios consumieron vastas extensiones de tierra, cobrando vidas y destruyendo comunidades enteras.
En febrero, Chile se vio afectado por incendios que provocaron la pérdida de 26 vidas, la destrucción de al menos 2,400 viviendas y la calcinación de 440,000 hectáreas en las regiones centrales de Biobío y Ñuble, así como en la sureña región de La Araucanía.
En junio, EU enfrentó una ola masiva de incendios, con más de 850 eventos registrados en una veintena de estados. Nuevo México lideró en extensión calcinada, con más de 84 incendios y una superficie afectada de 358,384 hectáreas, seguido por Texas, Alaska y Arizona.
Canadá preocupó bastante con sus más de 1,000 incendios forestales entre finales de junio y finales de agosto. La Columbia Británica sufrió la mayor parte, con 379 incendios y la pérdida de más de 150,000 kilómetros cuadrados de espacio forestal. Incluso la costa este de EU experimentó los efectos del humo arrojando un paisaje desolador.
Grecia enfrentó una crisis en julio y septiembre, con más de 150,000 hectáreas de terreno forestal y agrícola ardiendo en todo el país. La región de Evros y las islas de Rodas, Corfú y Eubea fueron particularmente afectadas.
Italia vio más de 51.386 hectáreas consumidas, concentrándose la mayoría de la destrucción en Sicilia. EU, por su parte, enfrentó una tragedia sin precedentes en Hawái, con 115 muertos y 388 desaparecidos en los incendios que arrasaron la isla de Maui, marcando uno de los eventos más dramáticos en un siglo.
Y en noviembre, Brasil se enfrentó a la furia de los incendios en el Pantanal, el mayor humedal del planeta. La primera quincena del mes registró un alarmante récord de 3,098 incendios, coincidiendo de manera inusual con la estación húmeda.
3. Terremotos que estremecieron al mundo
El poder destructivo los terremotos, influido por la crisis del clima, dejó una estela de devastación y tragedia en diversas partes del mundo. El 6 de febrero, Turquía y Siria fueron testigos de la furia de la tierra cuando un terremoto de magnitud 7.7 sacudió la región. Con epicentro en Pazarcik, el sismo dejó tras de sí una estampa desgarradora: más de 59,000 turcos muertos, mientras que en Siria la cifra superó los 4,500 fallecidos.
El 8 de septiembre, la región de Marrakech-Safí en Marruecos fue el epicentro de otro terremoto, esta vez de magnitud 6.8. El saldo fue desgarrador: más de 2,900 vidas perdidas, más de 5,500 heridos y miles de personas quedaron sin hogar. La tierra tembló con una fuerza tal que desencadenó una tragedia humanitaria que desafió los esfuerzos de rescate y reconstrucción.
Afganistán, el 7 de octubre, enfrentó su propia prueba de resistencia. Un terremoto de 6.3 de magnitud en Herat se cobró la vida de al menos 2,400 personas y dejó a más de 2,000 heridas. Las réplicas sucesivas prolongaron la agonía, causando daños adicionales y desafiando la capacidad del gobierno talibán para responder eficazmente.
Y el 3 de noviembre, Nepal sufrió un seísmo de magnitud 6.4 que dejó un saldo de al menos 153 personas fallecidas. Tres días después, una fuerte réplica volvió a estremecer la región, exacerbando la angustia de una población ya afectada.
4. Lluvias torrenciales, tragedias desatadas
Las lluvias inclementes se conviertieron este 2023 en heraldos de tragedias en diversas partes del mundo, dejando a su paso un rastro de destrucción y pérdida de vidas.
En Ruanda, del 2 al 3 de mayo, las provincias del oeste, incluyendo los distritos de Ngororero, Rubavu, Rutsiro y Karongi, sufrieron las embestidas despiadadas de las precipitaciones. Deslizamientos de tierra y el desbordamiento del río Sebeya segaron la vida de 135 personas y destruyeron seis mil hogares.
El 4 de mayo, en el este de la República Democrática del Congo, el territorio de Kalehe fue testigo del desplome del cielo. Inundaciones, riadas y corrimientos de tierra cobraron un precio devastador, con al menos 438 personas que perdieron la vida.
Mientras que en septiembre, Libia sufrió la rotura de dos presas cercanas a la ciudad oriental de Derna. Un tsunami devastó todo con sus 33 millones de metros cúbicos de agua. La cifra de muertos, según OMS, superó los 4,267, mientras que las autoridades libias reportaron más de 11,000 fallecidos y al menos 10,000 desaparecidos.
Mientras que recientemente, el huracán Otis dejó muestras palpables de la crisis climática en el Pacífico. Tocó tierra con categoría 5 en Guerrero y provocó al menos 46 muertos, 58 desparecidos y miles de damnificados.
5. Sequías silenciosas, alarma de muerte
El año 2023 dejó también un signo preocupante sobre el fenómeno de las sequías, que a menudo pasa desapercibido pero que tiene consecuencias mortales.
Esta primavera, Europa enfrentó una grave crisis hídrica intensificada por una sequía de varios años debido a la baja precipitación invernal y la escasez de nieve. Aunque hubo cierto alivio en el sur de Europa cuando el patrón de precipitación cambió a condiciones húmedas normales o superiores al promedio entre abril y junio, la perspectiva general seguía siendo crítica.
La persistente escasez y las olas de calor afectaron negativamente a los cultivos, con el Mar Báltico, Escandinavia, el Reino Unido, Irlanda, España y Alemania lidiando con una grave sequía meteorológica que comprometió los rendimientos de los cultivos en algunas regiones.
La reducción de los niveles de agua en el Rin, uno de los principales ríos de Europa, generó preocupaciones para la navegación a lo largo de Alemania. El Reino Unido también experimentó niveles récord bajos en los ríos, aumentando el riesgo de graves escaseces de agua.
La Oficina Meteorológica Británica señaló un 30% de probabilidad de condiciones más secas de lo habitual, resaltando la importancia de la preparación proactiva. Los expertos enfatizaron la necesidad de adaptarse a sequías prolongadas, señalando el papel del cambio climático en la exacerbación de la situación.
Mientras que una sequía severa afectó al 5% de los estados contiguos de EU, en China, el 15-20% de la población experimentó una creciente frecuencia de sequías moderadas a severas, cuya intensidad se proyecta aumentará en un 80% para el año 2100.
En septiembre, el río Amazonas de Brasil experimentó una escasez de agua sin precedentes, con niveles aproximadamente seis metros por debajo del año anterior. Las comunidades en la zona enfrentaron escasez de recursos debido a temperaturas récord y una sequía inusual en la cuenca del río.
El año que está por terminar deja constancia de que el planeta clama por ajustes que permitan limitar el calentamiento global a 1.5 ºC. Pero desgraciadamente se está imponiendo un verdad irrebocable, vamos por el peor camino para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, para cumplir con los más importantes compromisos medioambientales.