Los pequeños prefieren juegos electrónicos, a pedir a los Reyes Magos estas artesanías que son didácticas y lúdicas.
Joel Rubio
Villahermosa
Los niños de esta generación ya no piden juguetes de madera, a pesar de que son más resistentes y didácticos, regularmente son los abuelos quienes los compran, y en el centro de la ciudad es donde se ofertan con precios accesibles.
En los anaqueles y canastas permanecen polvorientos y olvidados por los pequeños que ahora piden a los Reyes Magos teléfonos celulares, tabletas o muñecas sofisticadas.
En la Plaza del Artesano, ubicada en la avenida Madero casi esquina Ruiz Cortines, se observan colgados y amontonados los de madera, con colores llamativos, pero que son poco adquiridos.
La joven comerciante Elena Franco los envuelve con plástico y coloca en un canasto en espera de que sean comprados por algún cliente.
“Hay poca venta, los invitamos para que a sus niños les regalen algo diferente y artesanal, hay niños que ni siquiera saber jugar balero, yoyo o trompos de madera y es triste, porque se va perdiendo una parte de diversión antigua que fue muy padre”, indicó.
ARTESANÍAS
Las ventas no son buenas, la mayoría de estos juguetes los compran para trabajos didácticos que piden en las escuelas y lo poco que adquieren son las salas de madera para que las niñas jueguen con sus muñecas.
En la gama de productos hay baleros, trompos, carritos, caballos y hasta comedores y camitas para muñecas, hechos por manos artesanales tabasqueñas.
Sus costos van de los 30, hasta los 250 pesos, aun así, las ventas son mínimas, por la alta demanda de los electrónicos y de importación.