14 de enero: Día Internacional de la Cometa
El día 14 de enero de cada año se celebra el Día Internacional de la Cometa, son bonitas, coloridas, y revolotean y flotan en el aire…. En Villahermosa pocas personas ya, se dedican a su fabricación, Leonel Magaña Lanz atesora todos los recuerdos de una infancia llena de papalotes.
Por: Cesia Ocaña/ Villahermosa
Fotos: Joel Rubio
El Día Internacional de la Cometa tiene su origen en la India, en el estado de Gujarat, que es famoso por la cantidad de festivales que se celebran allí cada año. Los habitantes de Gujarat comienzan a fabricar las cometas con meses de anticipación para que puedan estar seguros de tener suficiente, ya que millones de personas visitan Gujarat durante el evento. El festival de cometas, llamado Uttarayan en hindi, celebra el día en que termina el invierno y comienza el verano, así como la próxima temporada de cosecha, y las cometas simbolizan los espíritus de los dioses que están despertando de su profundo sueño invernal.
Originalmente, el vuelo de cometas era un deporte practicado por la realeza y los muy ricos, pero en los últimos años se ha convertido en un festival para todas las personas que vienen de todas partes del país e incluso del mundo para participar, especialmente gente de Japón, Italia, el Reino Unido, Canadá, Brasil, Indonesia, Australia, EU., Malasia, Singapur, Francia y China.
En Villahermosa pocas son las personas que se dedican a la fabricación de estos cometas. Enclavado en la colonia Primero de Mayo, a sus 69 años don Leonel Magaña Lanz, se dedica a la elaboración de los cometas.
Papel china, varitas de coco, hilo de cáñamo, pegamento y tijeras en mano, él pone empeño en la fabricación de estos cometas.
“Ya los niños no están interesados en elevarlos. Yo los vendo y hago porque me gusta seguir con esta tradición para que las nuevas generaciones se vuelvan a enamorar”, asegura con dejo de nostalgia.
En sus mejores tiempos, aseguró, que la cuadrilla de amigos se juntaban en las calles para elaborar todos sus papagayos y elevarlos en los mejores vientos del edén del sureste.
“Nos reuníamos en la banqueta y hacíamos retas. Eran tiempos de juego sanos. Yo invito a los papás para que continúen con esta tradición. Que eduquen a los niños en pasar tiempo con ellos alejados de las teléfonos celulares, de las pantallas”, afirma al asegurar que este tipo de juegos sanos fomentan la unión familiar.
La cometa, también conocida como papalote, culebrina, piscucha, milocha, barrilete, pandorga, volantín, chichigua, chiringa, cometa de viento o papagayo, es un juguete y un deporte, pues en éste se utiliza la destreza de las manos y la habilidad del pensamiento.
Estos pequeños ‘aviones’ reciben el nombre de acuerdo a su forma, tal como las cometas con su forma de hexágono, también están las estrellas, cajones, papalotes, papagayos, panelones, sarampicos, etc.
Actualmente se venden en 35 pesos, los sencillos. Los hay de todos los colores y formas, las escuelas junto a sus estudiantes son los mejores clientes que Leonel Magaña tiene.
“Aquí vienen los estudiantes cuando los maestros les dejan de tarea hacer un papagayo, algunos vienen a aprender, otros compran el kit para que ellos los armen con sus padres y amiguitos y otros más se lo llevan ya realizado”, puntualizó para los que quieran adquirir un papalote pueden hacerlo al teléfono 9934003441.
Otras formas:
- Papagayos
- Sarampicos
- Plaga Paloma
- Paloma
- Barrilete
- Volantín
- Culebrina
- Milocha
- Cometa de viento
- Papalote
- Chichigua
- Chiringa
“Es precioso ver cómo se va pintando el cielo de colores y formas. Yo, de corazón, invito a los padres para que enseñen a sus hijos esta tradición y pasen tiempo de calidad con ellos”
Leonel Magaña Lanz
Artesano
Herencia. Refirió que aprendió a realizarlos cuando tenía 10 años, desde ese entonces nunca ha dejado de hacerlos, para uso personal y ahora para venta.
Precisión. Sin ninguna regla en mano y con la experiencia que le han dado los años, detalla cada varita en su lugar.
Tiempo. Realizó una ‘paloma’ para poder elevarla próximamente, pues asegura, es una sensación muy grata cuando alcanza altitud.