La tensión entre el gobierno federal de Estados Unidos y el gobierno estatal de Texas alcanzó este fin de semana su máxima tensión, luego de que la Casa Blanca denunciara al gobernador republicano Greg Abbot por hacer con el control de un tramo fronterizo frecuentado por migrantes que cruzan el Río Bravo, prohibiendo el paso a los agentes de la Patrulla Fronteriza (Border Patrol), que no pudieron impedir así que se ahogaran el viernes una mujer y dos niños.
«El viernes por la noche, una mujer y dos niños se ahogaron cerca de Eagle Pass, y las autoridades de Texas impidieron a la Policía Fronteriza tratar de asistirlos», declaró uno de los voceros de la Casa Blanca, Angelo Fernandez Hernandez.
“Políticas inhumanas y peligrosas”
«Mientras continuamos estableciendo los hechos de estas trágicas muertes, una cosa es clara: las estratagemas políticas del gobernador Abbott son crueles, inhumanas y peligrosas. La Patrulla Fronteriza debe tener acceso a las fronteras para hacer cumplir nuestras leyes», añadió.
La tragedia motivó una queja del gobierno federal mediante una carta del Departamento de Seguridad Nacional dirigida al fiscal general de Texas, Ken Paxton, en la que se denuncia que las acciones del gobierno estatal republicano, presidido por Greg Abbott (ambos aliados de Donald Trump), “han impedido las operaciones” y son “inconstitucionales”.
“La falta de acceso de la Border Patrol a la frontera persiste incluso en casos de peligro inminente para la vida y la seguridad”, dice la carta del asesor general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Jonathan Meyer.
Luego de recordar que el gobierno federal tiene la autoridad exclusiva para hacer cumplir la ley de inmigración, añadió: «Texas demostró que incluso en las circunstancias más exigentes, no permitirá que la Patrulla Fronteriza acceda a la frontera para realizar actividades de aplicación de la ley y de respuesta a emergencias».
«Exigimos que Texas cese y desista de sus esfuerzos por bloquear el acceso de la Patrulla Fronteriza dentro y alrededor del área de Shelby Park y que elimine todas las barreras de acceso en el área de Shelby Park», afirma la carta, que concluye con un ultimátum:
“Si no ha confirmado antes del final del día 17 de enero de 2024, que Texas cesará y desistirá de sus esfuerzos para bloquear el acceso de la Patrulla Fronteriza dentro y alrededor del área de Shelby Park y eliminará todas las barreras de acceso a la frontera entre Estados Unidos y México, Remitiremos el asunto al Departamento de Justicia para que tome las medidas adecuadas y consideraremos todas las demás opciones disponibles para restaurar el acceso de la Patrulla Fronteriza a la frontera”.
Según denunció la carta, una combinación de soldados, equipos y barreras físicas de la Guardia Nacional de Texas impide la labor a los agentes de la Patrulla Fronteriza en un tramo a aproximadamente 4 kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México. El área de Shelby Park está ubicada cerca de Eagle Pass, Texas, donde se ha producido un gran número de cruces fronterizos.
Queja ante la Corte Suprema
Para revertir esta situación, el gobierno de Joe Biden emitió una queja ante la Corte Suprema de EU y pidió que “intervenga rápidamente” en el asunto.
Las acciones de Abbott, que incluyeron colocar alambre de concertina a lo largo de la frontera compartida del estado con México y desplegar tropas de la Guardia Nacional de Texas, también han tensado una relación históricamente estrecha sobre el terreno con la Patrulla Fronteriza.
“Esto es simplemente alucinante”, dijo a CNN un exfuncionario de Seguridad Nacional, refiriéndose al bloqueo de Texas a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Eagle Pass, donde Texas está bloqueando a las autoridades federales, fue el epicentro de la crisis fronteriza el mes pasado. Pero desde entonces los cruces fronterizos se desplomaron, de miles de detenciones de migrantes diariamente a fines del mes pasado a alrededor de 500 encuentros diarios la semana pasada.