Con la rehabilitación que recién concluyó la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) a los malecones de ambos márgenes del Grijalva, ahora ese río, ha vuelto a ser un atractivo turístico, y con más espacios modernos, incluyentes para las familias tabasqueñas y visitantes.
Ello, luego de que por 15 años esta parte del Grijalva permaneció bardeada por muros que fueron levantados para proteger a la capital del edén de otras inundaciones, como la del 2017, que fue el año cuando las aguas del río ingresaron a Villahermosa.
El proyecto de la mega-obra realizada en tres años, la formuló la Sedatu a partir de un Plan Maestro Integral de Obras Hidráulicas para Evitar Inundaciones, y fue así como se diseñó a los malecones como espacios públicos continuos, con acceso universal para que las personas puedan recorrerlo y disfrutarlo, pero también un espacio reforestado.
Así, en lugar de proteger a Villahermosa con muros, fueron reconstruidos los malecones varios metros arriba, pero con pistas para deportistas y andadores que permiten a las familias adentrarse a jardines con plantas endémicas y varias zonas reforestadas en los márgenes del río, durante temporada de secas.
En la zona aledaña, el proyecto incluyó la remodelación del puente, de las avenidas Carlos A. Madrazo y Leandro Rovirosa Wade, como la apertura de ciclovías.
También, contempla la construcción de un museo del cacao, un mercado en la colonia Las Gaviotas Norte, así como el drenaje de la zona, canchas deportivas y plazas públicas.