En muchos casos, los gobiernos de países latinoamericanos se conforman con ver el tránsito de migrantes y estar atentos a que, así como llegan, se van. El dilema ahora es que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha logrado empujar ante los Estados Unidos la idea de que no bastará con atender la migración en territorio mexicano y menos en el borde mismo de la frontera estadunidense.
El viernes pasado (en una información que ratificó el Departamento de Estado de EU este sábado), ambos países norteamericanos tomaron acuerdos que afectan a terceros países, por lo pronto Guatemala, Panamá y Colombia, que son los lugares crítico de flujos migratorios que ya implican a más de medio millón de personas cada año.
Sobre territorio de Panamá está la Región del Darién, el mayor de los infiernos para las personas en situación de tránsito: sin vigilancia, la selva y ríos representan lo mismo zonas de peligros naturales que un potencial asalto mortal por parte de gavillas que ya se dedican a esperar a los migrantes.
A la par de la reunión México-EU, los gobiernos de Panamá y Colombia (este segundo país comparte el Darién) revisaron el tema de la seguridad en su frontera común, zona en la que (al igual que en México) la presencia de crimen organizado preocupa pues la migración puede representarle a los narcos un ingreso adicional a partir de robos, trata y secuestros.
Los migrantes suelen viajar ahora en familia, pero al salir del Darién muchas de ellas ya van incompletas.
La atención gubernamental no es tan sencilla, pues una oleada por la selva puede contener, al mismo tiempo, 3 mil personas. Las autoridades migratorias de Panamá y Colombia acordaron intercambiar información para estar menos a ciegas. Están además a la espera de saber exactamente qué están pensando en México y Estados Unidos sobre todo esto, pero ya saben por las noticias que serán contactadas.
Las principales nacionalidades de expulsión de personas que terminarán viajando hacia el norte, todos con la mira puesta en los Estados Unidos, son venezolanos, ecuatorianos, haitianos, pero ya es ruta también de chinos, árabes y otros.
Por lo pronto, la delegación de funcionarios mexicanos y estadunidenses que se reunieron este viernes en Washington acordaron realizar, junto con el gobierno de Panamá, una visita a la región del Darién, para conocer cómo gestionan las autoridades locales el flujo migratorio.
Otro tanto se hará con el gobierno de Guatemala. La llegada del socialdemócrata Arévalo a la presidencia del país centroamericano hacen prever que apoyará la idea de ir a fondo en el tema migratorio.
Estas acciones acordadas bilateralmente fueron difundidas por el Departamento de Estado de EU este sábado.
En el encuentro, ocurrido como seguimiento a la reunión de funcionarios estadunidenses en Palacio Nacional a finales de diciembre de 2023, comenzó con un compromiso del gobierno mexicano para atender las causas de origen de la migración y lograr flujos migratorios regulares, principalmente a través de esfuerzos conjuntos y regionales.
“En cuanto a la colaboración con el resto del hemisferio, la delegación mexicana destacó el gran esfuerzo que hemos iniciado para atender las causas profundas de la migración. En particular, el programa de desarrollo en el que invertirán 180 millones de dólares para apoyar a Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia, Ecuador, Venezuela, Cuba y Haití”, detalló la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Fue así que se acordó la visita al Darién y el acercamiento con el gobierno guatemalteco, en línea con una solicitud para combatir el tráfico de armas de fuego y de personas. México también ejemplificó sus esfuerzos para trabajar en pro de los mexicanos en Estados Unidos y el reforzamiento de sus servicios consulares.
“Reiteró el firme rechazo a las medidas que el gobernador de Texas está instrumentando en la frontera, con efectos fatales en los migrantes. Se destacó, además, la colaboración acordada para modernizar el cruce fronterizo Otay II, así como la necesidad de continuar trabajando sobre el mismo para su pronta entrada en operación”, concluyó la cancillería.
La próxima reunión de continuidad a estos encuentros se llevará a cabo en febrero, aunque no se detalló en dónde ocurrirá ni el día exacto.