Baile, luces y el carisma

“Definitivamente, ha sido un desafío exprimir 30 años en 13 minutos”, dijo el cantante Usher en un encuentro con los medios el pasado jueves a propósito de ser la estrella principal del show de medio tiempo del Super Bowl que se celebró este domingo en el Allegiant Stadium de Las Vegas, donde se enfrentaron los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City.

Cabe decir que el cantante regresa a Las Vegas donde ha tenido una residencia de conciertos en años pasados y que para preparase ha pedido consejos a algunos de los artistas que se han presentado como Katy Perry y algunos miembros de Black Eyed Peas a quienes acompañó la ocasión que ellos fueron el acto estelar del medio tiempo en el 2011.

De hecho en la conferencia mencionada habló de esa ocasión pues recordó que tuvo un momento angustioso: “Mi mano quedó atrapada en un cable que me sostenía a 30 pies (9 metros) en el aire, y casi pierdo mi entrada”, dijo.

Con todo esto y con la expectativa muy baja porque muchos consideraban que no era un artista apto para ser acto estelar del show de mediotiempo a pesar de tener nueve sencillos número uno y más de 80 millones de discos vendidos en todo el mundo, es que llegó para ofrecer un espectáculo lleno de baile y r&b que empezó lento pero que tuvo un giro emocionante en las últimas canciones.

El espectáculo fue un popurrí de 11 canciones que incluyó éxitos del cantante, colaboraciones y un par de temas de sus invitados especiales. El músico apareció en el escenario vestido de blanco con un abrigo que parecía rendir homenaje visual al mítico traje de Elvis Presley, leyenda de Las Vegas, comenzó a sonar “Caught up”, de su disco Confessions (2004), en la cual lució el cuerpo de bailarines y sus coreografías.

Ese tema sobre el karma (inspirado por la madre de Usher) respecto a lo que ocurre cuando un hombre que controla su vida y sus emociones cambia su vida por el amor de una mujer, fue el punto de partida para después el cantante mostrar un espectacular show de baile que dio un punto de cambio para que cantara “U don’t have to call is next”, de su disco 8701 (2001), en el cual también se habla de un hombre que da el mensaje de que se puede ser feliz con o sin pareja.

En medio de la euforia inicial ovacionada por el público y con la entrada a esos temas emblemáticos de discotecas es que llegó “Superstar”, que celebra la alegría de estar enamorado de alguien especial y “Love in this club” para mantener la euforia con baile y espectaculares movimientos coreográficos.

Luego de muchas especulación previo al show sobre quienes serían sus invitados especiales, se cumplió una de las grandes apuestas de las quinielas con la presencia de Alicia Keys en uno piano con un diseño rojo espectacular como el vestido que lució la cantante para dar vida a su éxito “If I ain’t got you”, que le permitió un respiro al momento de bailar para Usher. Quien se acercó a la neoyorkina para acompañarla en la voz y luego bailó sensualmente con ella en el seguimiento con el tema “My boo” en el que transimiten una serie de emociones románticas con un estilo especial de hip hop y que es una colaboración que se incluye en el disco Confessions (2004).

Es cierto, el cantante se caracteriza porque en sus shows en vivo cuenta con un contenido más dirigido a un público adulto con strippers casi desnudos, hombres y mujeres bailando sensualmente entre sí y un montón de Usher sin camisa, y esta vez se limitó solo a lo segundo en este tema, bajando dramáticamente su contenido a lo que realiza a menudo. Así es como llegó el tema “Confessions part II”, en el que el cantante le cuenta a su pareja que tiene a otra mujer pero cuyo ritmo sensual provoca una confusión emocional.

Bajo esa tónica también llegó otro tema sensual de hip hop como “Nice & slow” y luego “Burn” que fueron cambiando la tónica de la música tras los temas más melosos, para marcar un tono más fiestero y digno de una fiesta deportiva como el Super Bowl, con un solo de guitarra de una mujer que deslumbró.

Así llegó la segunda invitada de la noche HER con quien Usher interpretó “U got it bad” y que fue uno de los últimos temas profundos en su letra sobre el enamoramiento antes de dar el giro a la explosión fascinante con una canción como “Bad girl”. En este momento cabe destacar la presencia de will.i.am, miembro de Black Eyed Peas, a quien le devolvió el favor con su presencia a la hora de dar vida a “OMG” y poner a todos a brincar a ritmo de su beat o el de los patinadores que fue un gesto artístico que Usher prometió días atrás.

La gran cereza del pastel fue “Turn down for what” de DJ Snake y Lil Jon que pusieron los ánimos en todo lo alto con su letra que invita a disfrutar la vida como un desafío, negándose a ser restringido o juzgado por nadie. Hacia el final sonó la emblemática “Yeah”, uno de los más grandes éxitos del cantante que cantó junto a Lil Jon y Ludacris con los ánimos por los cielos y con un cierre animoso.

Así, el cantante que comenzó a hacer notar su voz en una iglesia a los nueve años culminó su show. Sin cumplir la expectativa de tener a Justin Bieber (a quien levantó su carrera) o Taylor Swift en su show, quienes vieron el espectáculo en las gradas pero con la promesa de seguir vigente: “Porque no voy a dejar que te olvides de mí”, fue la respuesta cuando se le preguntó de su éxito.

Cabe destacar que no incluyó ningún tema de su nuevo álbum Coming home que lanzó este viernes.

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