Adquieren los tabasqueños más armas

De acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional, en 2021 registraron 28 mil armas para protección de hogares, ranchos, parcelas o cacería; este año el censo es de 31 mil.

Francisco Uribe

Villahermosa

Tener una pistola en casa no es complicado para cualquier mexicano, siempre que no sea un artefacto para uso exclusivo del ejército, aunque literalmente esto podría convertirse en “arma de dos filos”, dada la amarga experiencia que se tiene en algunos hogares que han sido enlutados por la irresponsabilidad de los padres de familias.

El 26 de octubre de 2023, en la ranchería José María Pino Suárez, Tecolutilla, un niño accionó un arma de fuego de su padre en contra su hermanito, cuando estos jugaban en el patio trasero bajo la negra oscuridad de la noche. La tragedia sacudió a toda la comunidad.

Y es que el artículo 10 de la Constitución Política es muy claro respecto a la posesión de armas. Suscribe así: “Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional”.

En ese sentido, resulta preocupante que hasta el momento unos 31 mil hogares tabasqueños cuentan por lo menos con un arma de fuego en sus hogares, mismas que cuentan con permiso expedido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). En 2021, la dependencia informó sobre la compra y registro de un total de 28 mil armas.

Al respecto, la dependencia detalla en su página web que para registrar un arma de fuego existen diferentes modalidades de acuerdo al uso que se le dará a la pistola, como puede ser para protección de domicilio, protección de parcela, cacería, prácticas de tiro, charrería o colección.

El registro de un arma de fuego tiene que realizarse de forma presencial en la Dirección General de Armas de Fuego y Control de Explosivos con domicilio en avenida Miguel de Cervantes Saavedra número 956, en la colonia Irrigación, de la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México. También se puede acudir a la zona militar más cercana a tu domicilio, con un horario de atención de lunes a viernes de 08:00 a 16:00 horas.

La Sedena explica que para el trámite de armas largas es necesario pertenecer a un club cinegético, ya que se debe presentar la credencial de afiliación en original y copia.

Por otra parte, desde el 2019, la Sedena liberó una aplicación (app) para teléfonos celulares que informa a usuarios civiles y militares sobre los procedimientos para adquirir las armas, municiones y accesorios que son vendidos en su Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones (DCAM).

La app tiene el nombre de DCAM, sólo está disponible para el sistema operativo Android, es gratuita y también ofrece información sobre el inventario en existencia, así como los precios de cada arma disponible en las dos únicas tiendas de Sedena: una en el Campo Militar No. 1, en la zona metropolitana de la Ciudad de México, y otra en la IV Región Militar, en Monterrey, Nuevo León.

La app no permite hacer ningún trámite vía internet, todos deben ser presenciales ante la Sedena, pero sí ofrece descargar los formatos para hacer las solicitudes necesarias.

En cuanto se abre la aplicación lo primero que aparece es un aviso de la DCAM donde se explica que, con base en la Constitución, los habitantes del país tienen derecho a poseer armas en su domicilio, con excepción de las de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

PROGRAMA DE DESTRUCCIÓN

En contraparte, la secretaría a través de las 30 y 38 zonas militares en Tabasco lleva a cabo un programa denominado “Canje de Armas”, por medio del cual se ha logrado la destrucción de más de 1 mil artefactos.

Por medio de esa estrategia los ciudadanos intercambian artefactos de fuego que se encuentran en su poder, por dinero, despensas, computadoras o electrodomésticos.

El objetivo central de este tipo de programas es el de reducir la cantidad de armas ilegales que hay en los hogares a través de una contraprestación, que los ciudadanos pueden obtener sin necesidad de que éstos releven su identidad o la forma en la que obtuvieron las armas que están entregando.