Poliuretano: claves del material que agravó el incendio

El incendio de Valencia, iniciado ayer, 22 de febrero, en un edificio del barrio de Campanar, se ha cobrado ya la vida de 4 personas. Además, hay 14 desaparecidas. Las llamas sorprendieron a los vecinos tanto de este inmueble como del de al lado, que también ha quedado calcinado. Y es que, si bien el fuego empezó en un solo piso, en poco más de media hora se había apoderado del primer edificio, mientras que poco a poco engullía el segundo. El viento ha dificultado mucho la extinción del incendio. No obstante, no ha sido el único culpable de su rápida propagación. De hecho, a falta de una mayor investigación, se sospecha que esto ha sucedido por culpa del poliuretano que se usó para recubrir la fachada de ambos edificios.

Concretamente, el revestimiento estaba compuesto por un material conocido como Alucobond. Este consta de tres capas. Dos externas de aluminio, de unos 0,5 mm de grosor, que envuelven como un sándwich a otra más gruesa de poliuretano. Este tipo de recubrimientos se publicitaron en su día como grandes aislantes del calor y el ruido. Y ciertamente lo son. Sin embargo, son muchos los expertos que sospechan que ha sido la causa principal de la expansión del incendio de Valencia.

Una de las primeras en señalarlo ha sido Esther Puchades Alarcón, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia. Ella había realizado una inspección de este edificio y le llamó la atención el uso de este tipo de aislantes. Según ha explicado en declaraciones a RTVE, el poliuretano es un material inflamable, que al calentarse gotea, de ahí que las llamas se extendiesen tan rápido al piso de abajo. Además, el viento ayudó a extenderlo hacia arriba, de modo que se formó un cóctel peligrosísimo, contra el que los bomberos no han podido luchar a tiempo.
¿Por qué es peligroso el poliuretano?

El poliuretano es un polímero que fue fabricado por primera vez de forma industrial en 1937, después de que el científico Otto Bayer lo sintetizase mediante una reacción química conocida como poliadición de diisocianato.

Desde entonces, su uso se ha extendido muchísimo, gracias a sus propiedades físicas, que permiten multitud de aplicaciones. Se emplea a menudo para la fabricación de espumas aislantes de la temperatura, como la empleada en los edificios del incendio de Valencia. No obstante, también tiene otras aplicaciones, por ejemplo en la fabricación de amortiguadores.

Durante años ha habido mucha controversia sobre la seguridad de este material. Dado que se ha utilizado ampliamente en la construcción de edificios, era importante comprobar que no ardiese con facilidad. Se desarrollaron algunos ensayos, pero en muchos casos en condiciones experimentales con fuego a pequeña escala. Se calificó como resistente al fuego, pero no tardaron en suceder incidentes que demostraron lo contrario. Un incendio en un edificio en Francia, en los años 70, por ejemplo, fue uno de los primeros que llamaron la atención sobre los peligros del poliuretano. En Estados Unidos se han encontrado evidencias que han llevado a prohibir que este material se publicite como no inflamable o autoextinguible.

Además, en este mismo país, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional realizó ensayos de incendios a gran escala que mostraban que sí es un material inflamable si no se añaden a la mezcla sustancias retardantes. Estas, por ejemplo, pueden ser la histidina y el óxido de grafeno. Se han realizado estudios en los que se demuestra que el poliuretano, sin este tipo de aditivos, sí que es inflamable. No hay constancia de que en los edificios del incendio de Valencia se añadiesen estos aditivos, cuyo estudio, mayoritariamente, es posterior a su fabricación.

También puede ser tóxico

La propia Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos señala en un informe que, al quemarse, el poliuretano desprende multitud de gases. Estos son mayoritariamente monóxido de carbono, benceno, tolueno, óxidos de nitrógeno, cianuro de hidrógeno, acetaldehído, acetona, propeno, dióxido de carbono, alquenos y vapor de agua. Algunos de ellos, como el benceno, son altamente cancerígenos. Otros, como el monóxido de carbono, son tóxicos para el sistema nervioso. En general, inhalarlos puede ser peligroso. Por eso, se debe evitar que se acerquen curiosos a la zona del incendio de Valencia.
Otros motivos del incendio de Valencia

Aún no se sabe cuál ha sido el origen del incendio de Valencia. Las llamas empezaron en un piso de la octava planta del primer edificio y se extendieron rápidamente al resto. No se sabe qué ocurriría en ese piso.

Lo que sí han señalado los expertos es que, ante el uso de un material de dudosa seguridad, como el poliuretano, se deberían haber añadido cortafuegos entre unos pisos y otros. Sin embargo, no ha sido así. También se sospecha que el suelo podría ser de materiales altamente inflamables. En general, este edificio se fabricó con demasiados errores que lo han conducido a ser pasto de las llamas. Ojalá que no haya que lamentar más vidas y que esto sirva, al menos, para que se refuerce aún más el estudio de la seguridad de los materiales empleados en la construcción de edificios. A muchas personas les puede ir la vida en ello.

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