Usada durante cuatro años para la representación de la Pasión de Cristo este emblema se ha convertido en un joya para la familia López Jiménez.
Joel Rubio
Villahermosa
No solo es un emblema del mayor acto de amor de Dios al hombre, es una joya inigualable que la familia López Jiménez guarda en su hogar, y tenerla allí, cada día del año les otorga una inmensa felicidad y les sirve de recordatorio que Dios nunca abandona pese a cualquier adversidad.
Es la corona de espinas, que sirvió por cuatro años consecutivos al Nazareno de Tamulté de las Barrancas, y de acuerdo a doña María Cruz Jiménez Gómez, matriarca de la familia, ella es también una esperanza para cada vecino, o conocido que pasa por una situación problemática pues así como ellos atravesaron momentos difíciles, se encargan de aconsejar que no decaigan en fe, aunque los problemas parezcan no ceder..
En exclusiva para Novedades de Tabasco, la Corona de Espinas fue mostrada en las manos de los pilares de la familia, quienes invitan que la representación de la Pasión de Cristo no sea vista como una fiesta sino como un acto de amor en el que Dios desea vernos como hermanos.
«Que todo lo que Jesús pasó durante su crucifixión, no sea en vano, sino que nos mantenga en recuerdo de que Dios nos quiere ver bien y sigamos sus mandatos», puntualizó.
«Ella es un testimonio que Jesús nos dejó en su diario vivir y sé la prueba tan dura que atravesó, misma que nos invita hasta nuestros días a tratar de vivir una vida como la de Él, en paz y armonía con sus semejantes»
María Cruz Jiménez Gómez