Por: Emilio de Ygartua M.
“La vejez no es una derrota, sino una victoria, no una pena, sino un placer”
André Maurois
Esta Prospectiva nace de la lectura de la entrevista de Daniel Mediavilla (“El País”. 26 marzo 2024) a la investigadora de la prestigiada Universidad de Princeton, Coleen Murphy, derivado de la publicación de un libro en el que repasa lo que se sabe sobre la ciencia de la longevidad y en el cual pone como objetivo incrementar los años que se viven con salud. Un tema que, como lo saben los lectores consuetudinarios de esta columna, no sólo me apasiona, he dedicado muchas horas a su aprendizaje para poder hacer algunas propuestas viables.
La cabeza de la nota del especialista en temas de salud es por demás disruptiva: “Todos los médicos en el campo de la longevidad están tomando metformina”, señala la investigadora. De inicio, pone sobre la mesa el uso de este medicamento, del cual abundaremos más adelante, colocándolo como pieza principal en el entramado de su estudio sobre la longevidad.
A mi juicio, lo que resulta más significativo de esta entrevista es su respuesta a la pregunta sobre el objetivo de la investigación en envejecimiento. “Hay investigadores en el campo de la longevidad preocupados por extender la vida, pero esa no es la realidad de la mayor parte de la gente que se plantea ralentizar el inicio de enfermedades cardiovasculares o de algún tipo de cáncer. Se trata de mantener a las personas sanas durante el mayor tiempo posible”. La metformina, enfatiza, parece ser una alternativa, “pero falta mucho para poder hacer un dictamen al respecto”.
¿Es posible tratar el envejecimiento como una enfermedad? Collen Murphy responde: “La FDA [el organismo que regula la aprobación de fármacos en EE.UU] no considera el envejecimiento como una enfermedad, por ese motivo, el progreso en el desarrollo de fármacos contra el envejecimiento ha sido lento. Hay un ensayo de Nir Barzilai y otros que están intentando hacer ese tipo de ensayo con la metformina. La metformina es un de esas cosas que podrían ralentizar el envejecimiento y por ello se debería poder hacer un ensayo clínico que muestre si este medicamento la ralentiza, al menos, los biomarcadores del envejecimiento”.
¿Qué es la metformina? Es un medicamento comúnmente prescrito para el tratamiento de la diabetes tipo 2, y ha sido objeto de investigación por sus potenciales efectos en la longevidad y el envejecimiento. Algunos estudios sugieren que podría tener propiedades que contribuyen a prolongar la vida, posiblemente a través de la mejora del metabolismo del azúcar en la sangre, la reducción de la inflamación y la mejora de la salud cardiovascular. También se ha observado que puede influir en los procesos relacionados con el envejecimiento a nivel celular, como la reducción de daños en el ADN y la optimización de la función mitocondrial.
Sin embargo, es importante destacar que, como señala la doctora Murphy, si bien estos hallazgos resultan prometedores, la investigación aún está en curso y no se ha llegado a una conclusión definitiva sobre la capacidad de este fármaco para aumentar la longevidad en humanos. La mayoría de los estudios se han realizado en modelos animales, y los estudios en humanos son limitados y a menudo se centran en poblaciones específicas, como personas con diabetes tipo 2, lo que dificulta generalizar los resultados a toda la población.
¿Se debe ver el envejecimiento como una enfermedad que se puede tratar? Esta es una pregunta compleja que implica tanto consideraciones científicas como filosóficas. En el campo científico, ha habido un creciente interés en el estudio del envejecimiento como un proceso biológico que puede ser modificado o alterado para mejorar la salud y prolongar la vida.
Algunos investigadores argumentan que al abordar las causas subyacentes del envejecimiento se podrían prevenir simultáneamente múltiples enfermedades relacionadas con la edad, lo que contrasta con el enfoque tradicional de tratar enfermedades individuales. Sin embargo, esto también plantea preguntas éticas y sociales sobre las implicaciones de extender la vida humana y cómo esto afectaría a la sociedad en general.
Si bien existen evidencias que sugieren que la metformina podría tener efectos beneficiosos en la longevidad y el envejecimiento, aún se necesita más investigación para comprender completamente estos efectos y sus implicaciones. La idea de tratar el envejecimiento como una enfermedad es un tema de debate continuo en la comunidad científica y más allá.
“No es por cuánto tiempo vivimos, sino por cuanto tiempo vivimos intensamente; no es por el tiempo sino por la profundidad”
Ralph Waldo Emerson
Lo que es un hecho es la creciente atención global hacia el envejecimiento y la longevidad lo cual obedece a varios factores interconectados que abarcan desde desarrollos demográficos hasta avances científicos y desafíos socioeconómicos. Existen algunas razones clave por las cuales la ciencia y los gobiernos están cada vez más enfocados en estos temas. Entre otros muchos, los cambios demográficos.
El envejecimiento de la población es un fenómeno mundial impulsado por la disminución de las tasas de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida. Este cambio demográfico presenta desafíos únicos para las sociedades, incluyendo la presión sobre los sistemas de salud y seguridad social, la necesidad de adaptar las infraestructuras y servicios para atender a una población mayor, y la gestión de las dinámicas laborales y económicas cambiantes.
Los progresos en la ciencia médica y la salud pública han llevado a mejoras significativas en la calidad de vida, permitiendo a las personas vivir más tiempo y con mejor salud. Sin embargo, esto también plantea nuevas preguntas sobre cómo maximizar estos años adicionales de vida de manera que sean saludables y satisfactorios.
La investigación en el campo de la gerontología y la geriatría se está expandiendo para abordar estos aspectos, desde el entendimiento de los procesos biológicos del envejecimiento hasta el desarrollo de intervenciones que puedan mitigar los efectos adversos asociados con la vejez.
Pero también obedece a nuevos desafíos económicos y sociales. El aumento de la proporción de personas mayores en la población tiene implicaciones económicas y sociales significativas. Los sistemas de pensiones, el cuidado de la salud, y los servicios sociales enfrentan presiones crecientes. Además, hay preocupaciones sobre la sostenibilidad de los modelos económicos actuales y la necesidad de adaptar las políticas laborales y educativas para fomentar una fuerza laboral más inclusiva y diversa por edad.
Los nuevos tiempos generan un cambio en las percepciones culturales. Existe un cambio gradual en cómo las sociedades perciben el envejecimiento, con un énfasis creciente en la promoción de una vejez activa y saludable. Lo anterior deriva en una comprensión más amplia de que el envejecimiento no debe verse meramente como una etapa de declive, sino como una fase importante de la vida con potencial para el crecimiento, el aprendizaje y la contribución continua a la sociedad.
A todo lo anterior obedecen las respuestas políticas que están vinculadas de manera fundamental al tema de la gobernabilidad. Reconociendo estos desafíos y oportunidades, los gobiernos y las organizaciones internacionales están cada vez más centrados en desarrollar políticas y estrategias para gestionar el envejecimiento de la población de manera proactiva.
¿Cuál es la resultante? Nuevas reformas de los sistemas de salud y pensiones, el fomento de la inclusión laboral de los trabajadores mayores, la adaptación de las ciudades y comunidades para ser más accesibles, y el apoyo a la investigación y la innovación en cuidados de la salud y tecnologías asistenciales. Es necesario tener plena conciencia de que el envejecimiento de la población y el aumento de la longevidad representan uno de los desafíos y oportunidades más significativos del siglo XXI.
La ciencia y el gobierno están enfocados en estos temas porque abordan cuestiones fundamentales sobre la calidad de vida, la sostenibilidad de los sistemas socioeconómicos, y cómo las sociedades pueden adaptarse para aprovechar al máximo el potencial de sus ciudadanos en todas las etapas de la vida.
En México, en un escenario de transición a nuevos gobiernos en las tres instancias, este asunto resulta de meridiana importancia y debe ser tema prioritario en las propuestas de los aspirantes a los diferentes cargos de elección popular, tanto del poder Ejecutivo como del Poder Legislativo.
“La vejez añade a nuestro conocimiento, y al hacerlo, nos capacita para ser útiles de maneras que en nuestra juventud nunca hubiéramos imaginado”
Cicero
El envejecimiento de la población es un fenómeno global que presenta desafíos únicos, especialmente para los países latinoamericanos, donde las estructuras sociales y económicas pueden ser particularmente vulnerables a los cambios demográficos. Considerar el envejecimiento como una política pública es crucial por varias razones que trascienden el aspecto puramente financiero y tocan bases fundamentales del tejido social y económico de una nación.
¿Por qué? Por la creciente presión sobre los sistemas de salud y seguridad social. A medida que la población envejece, aumenta la demanda de servicios de salud y de larga duración, poniendo a prueba la capacidad y sostenibilidad de estos dos sistemas, binomio indisoluble.
Las enfermedades crónicas, más prevalentes en la tercera edad, requieren tratamientos prolongados y costosos. Además, la necesidad de cuidadores y de infraestructura adaptada se convierten en una preocupación central. Los gobiernos deben anticiparse a estos cambios demográficos adaptando sus políticas y sistemas para garantizar la accesibilidad y calidad del cuidado a una población envejeciente.
Todo esto tiene un impacto en el mercado laboral. La reducción de la población económicamente activa puede llevar a una escasez de mano de obra y a un aumento en la dependencia de los trabajadores más jóvenes para sostener a una población cada vez más anciana. Este fenómeno es ya una realidad en Europa. En China ya resienten de manera irreversible los efectos de programas orientados a reducir la natalidad: “Una familia, un hijo”.
Esto puede generar presión sobre los sistemas de pensiones y seguridad social. Fomentar políticas que apoyen la participación laboral de los adultos mayores, así como adaptar el lugar de trabajo a sus necesidades, son estrategias clave que los gobiernos pueden implementar. No son malas las políticas públicas distributivas (dinero a la mano), pero debemos priorizar las políticas públicas redistributivas, sobre todo, porque los presupuestos están directamente vinculados a la capacidad de recaudación de los propios gobiernos.
Es cierto que los apoyos económicos entregados a la mano son parte del circulante monetario, pero garantizar su pervivencia es cada día más complicado. Impulsar una autonomía económica, establecer mejores estándares de salud y garantizar un modelo educativo a lo largo de la vida, son es la ruta virtuosa por la que se deben decantar los países latinoamericanos.
La sostenibilidad de los programas de pensiones y atención médica para los ancianos es un desafío inminente. Con una mayor proporción de la población retirándose y viviendo más tiempo, los sistemas financiados por el esquema de reparto (donde los trabajadores actuales financian las pensiones de los retirados) pueden enfrentar dificultades.
Es imperativo revisar estos sistemas para garantizar su viabilidad a largo plazo, posiblemente mediante el fomento de la inversión en planes de pensiones privados o el aumento en la edad de jubilación. Son propuestas que, si bien se escuchan razonables, lógicas, desgraciadamente están asociadas a temas de gobernabilidad derivado de la reacción que estas medidas pueden generar en un sector o en la sociedad en general. Lo vivido en Francia en el 2023 es una muestra de ello.
“La edad no nos protege de los amores, pero el amor, hasta cierto punto nos protege de la edad”
Jeanne Moreau
A nivel mundial se ha puesto mucho énfasis en el tema de equidad social. México no es la excepción. El envejecimiento puede exacerbar las desigualdades existentes, afectando desproporcionadamente a aquellos que tienen menos recursos para enfrentar los retos de la vejez. La falta de acceso a servicios de salud adecuados, la soledad y la exclusión social son problemas significativos. Los gobiernos deben trabajar para asegurar que las políticas de envejecimiento sean inclusivas y equitativas, ofreciendo protección y oportunidades para todos los ancianos, independientemente de su situación económica.
¿Debemos ver al envejecimiento como una fatalidad? Desde luego que no. El envejecimiento de la población ofrece oportunidades para la innovación en tecnología, servicios y modelos de cuidado. Los gobiernos pueden desempeñar un papel crucial en la promoción de la innovación y en la creación de un entorno que facilite soluciones adaptativas a los retos del envejecimiento.
El envejecimiento de la población debe ser una prioridad de política pública debido a sus amplias repercusiones en la sociedad, la economía y la gobernabilidad. Al anticiparse y abordar proactivamente estos retos, los países pueden asegurar que el envejecimiento de su población se maneje de manera que promueva la dignidad, la equidad y la calidad de vida para todos los ciudadanos, al mismo tiempo que se mantiene la sostenibilidad de los sistemas de soporte social y económico.
¿Cómo enfrentar los retos del envejecimiento? Para enfrentar los retos del envejecimiento de la población de manera efectiva, es fundamental la interacción coordinada entre los sectores de salud, educación, economía, y la colaboración entre el gobierno, empresas, academia, y la sociedad civil.
Esta colaboración multisectorial puede generar políticas públicas innovadoras y sostenibles que aborden tanto las necesidades actuales como futuras de una población envejeciente. Existen muchos ámbitos para enfrentar estos retos:
Desde la Educación. Se debe fomentar la educación a lo largo de toda la vida para asegurar que las personas mayores sigan siendo participantes activos en la sociedad y la economía. Urge generar una conciencia sobre el envejecimiento. Es necesario integrar en los currículos educativos desde la niñez temas sobre el envejecimiento, la longevidad y el respeto intergeneracional para construir una sociedad más inclusiva y preparada.
Desde la Salud. Se requiere enfatizar en la prevención y promoción de la salud. Se debe implementar programas de salud pública que fomenten estilos de vida saludables desde la niñez, para prevenir enfermedades crónicas y promover un envejecimiento saludable. Es primordial desarrollar sistemas de atención sanitaria que integren servicios de prevención, tratamiento y cuidado a largo plazo, adaptándose a las necesidades complejas de una población envejeciente.
Desde la Economía. Es fundamental generar un sistema de pensiones sostenibles, lo que parte de la revisión y adaptación. Revisar de los sistemas de pensiones para garantizar su sostenibilidad financiera frente al aumento de la esperanza de vida.
Lo anterior debe llegar acompañado de estrategias para fortalecer la autonomía económica de los adultos mayores, mediante la promoción del empleo. Es necesario crear políticas públicas que promuevan la inclusión laboral de personas mayores, aprovechando su experiencia y conocimientos.
Se debe alentar la colaboración multisectorial, promoviendo la colaboración entre gobierno, empresas y academia para desarrollar tecnologías y servicios que mejoren la calidad de vida de los mayores, como la telemedicina, la domótica (automatización las tareas relacionadas con la seguridad, el bienestar y el confort mediante un sistema inteligente instalado en una vivienda o edificio) y plataformas de educación virtual.
En el tema del envejecimiento deben participar las tres instancias de gobierno sumadas al sector empresarial, la academia y la sociedad civil. Involucrar a organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil en la creación y ejecución de programas dirigidos a las personas mayores, asegura que las políticas públicas sean inclusivas, respondan a las necesidades reales de la población y puedan tener la pervivencia necesaria para su implementación plena.
“La educación a lo largo de toda la vida es, ahora más que nunca, necesaria para enfrentar los desafíos de un mundo en constante cambio”
Kofi Annan
¿Dónde debe comenzar el abordaje del envejecimiento? El abordaje del envejecimiento y la promoción de la longevidad saludable debe comenzar desde la niñez. Educando desde temprana edad sobre la importancia de estilos de vida saludables, el respeto y la inclusión de las personas mayores, se sientan las bases para una sociedad que envejece de manera saludable.
Además, la prevención de enfermedades crónicas, que a menudo se inician o se fundamentan en hábitos adquiridos en las primeras etapas de la vida, es clave para asegurar una mejor calidad de vida en la vejez.
Enfrentar el envejecimiento de la población requiere un enfoque holístico y colaborativo que integre diversas áreas y sectores, comenzando desde la niñez y continuando a lo largo de toda la vida. Esto no solo permitirá a los gobiernos y a la sociedad adaptarse mejor a los retos demográficos, sino también aprovechar las oportunidades que el envejecimiento de la población puede brindar para el desarrollo social y económico.
¿Cuáles debe ser el papel de las instituciones educativas en el tema del envejecimiento? Las instituciones de educación en general juegan un papel crucial en la adaptación a los desafíos y oportunidades que presenta el envejecimiento de la población. Su rol es fundamental no solo en la formación inicial de los jóvenes sino también en el apoyo continuo al aprendizaje y desarrollo de competencias a lo largo de toda la vida.
Este enfoque es esencial para garantizar que las personas de todas las edades puedan participar activa y productivamente en la sociedad y en la economía, favoreciendo la inclusión y reduciendo las brechas generacionales, mediante la puesta en práctica de las siguientes estrategias:
Educación Continua y Aprendizaje a lo Largo de la Vida. Se debe fomentar la idea de que el aprendizaje no se detiene al salir de la escuela o la universidad. Esto implica ofrecer programas de educación continua, capacitaciones y cursos que permitan a las personas actualizar sus habilidades o adquirir nuevas competencias que respondan a los cambiantes entornos laborales y tecnológicos.
Adaptabilidad y Flexibilidad. Se deben crear programas educativos flexibles que se adapten a las necesidades de un público diverso, incluyendo horarios accesibles para quienes trabajan, formatos en línea para aquellos que no pueden asistir presencialmente, y contenidos que respondan tanto a intereses personales como a demandas del mercado laboral.
Inclusión Intergeneracional Se deben promover entornos de aprendizaje intergeneracionales que faciliten el intercambio de conocimientos y experiencias entre jóvenes y adultos mayores. Esto no solo enriquece el proceso educativo, sino que también contribuye a derribar estereotipos y fomentar el respeto mutuo entre generaciones.
Las Instituciones de Educación Superior (IES) tenemos varias responsabilidades clave en el contexto del envejecimiento de las personas y su efecto en la sociedad:
Investigación. Debemos desarrollar investigaciones que profundicen en el entendimiento del envejecimiento, incluyendo sus implicaciones sociales, económicas, de salud y educativas. Esto puede guiar el desarrollo de políticas públicas y estrategias corporativas que respondan mejor a las necesidades de una población envejeciente.
Formación Profesional Especializada. Es primordial ofertar programas de formación en áreas relacionadas con el cuidado de la salud, gerontología, planificación financiera para la jubilación, y otros campos relevantes para abordar las necesidades de las poblaciones mayores. Asimismo, adaptar la oferta académica para preparar profesionales capaces de trabajar en entornos laborales diversificados por edad.
Emprendimiento e Innovación. Las Instituciones de Educación Superior debemos estimular el emprendimiento y la innovación en sectores relacionados con el envejecimiento, como la tecnología asistencial, servicios de cuidado a largo plazo y soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Esto también implica formar a los estudiantes en competencias empresariales y de innovación aplicadas a estos retos.
“Nunca es tarde para lo que podrías haber sido”
George Eliot
Las instituciones educativas, en particular las nivel superior, tenemos un papel fundamental en la preparación de la sociedad para enfrentar los retos y oportunidades del envejecimiento. Al promover una cultura de aprendizaje continuo, adaptabilidad y respeto intergeneracional, ayudamos a construir una sociedad más inclusiva y preparada para enfrentar los desafíos demográficos actuales y futuros, donde la edad sea menos un factor de división y más uno de diversidad y fortaleza.
Para lograr una enseñanza efectiva dirigida a adultos mayores, especialmente en el contexto de cambios rápidos en las necesidades laborales exacerbados por la pandemia, se deben adoptar modelos pedagógicos y didácticos que se ajusten a sus particularidades de aprendizaje, motivaciones y barreras.
La andragogía, que es más una didáctica que una pedagogía, debe ser un componente de la formación magisterial. Es necesario impulsar la creación de Escuelas Normales que formen de manera integral a los docentes para poder atender diferentes niveles de edad, desde la niñez hasta la adultez.
Existen varios modelos educativos que han resultado eficaces para la educación permanente y a lo largo de la vida:
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP). Este modelo fomenta el aprendizaje activo al involucrar a los estudiantes en la solución de problemas reales o simulados. Para los adultos mayores, el ABP puede ser particularmente efectivo porque vincula el aprendizaje con sus experiencias de vida, facilitando la comprensión y retención de nueva información y habilidades. Además, promueve el desarrollo de habilidades críticas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
Aprendizaje Servicio. El aprendizaje servicio combina el aprendizaje académico con el servicio comunitario, ofreciendo a los participantes la oportunidad de aplicar conocimientos teóricos en situaciones prácticas mientras contribuyen a su comunidad. Este enfoque puede ser especialmente motivador para los adultos mayores, quienes a menudo buscan maneras de dar sentido y propósito a su aprendizaje.
Aprendizaje Basado en Proyectos. Este enfoque involucra a los estudiantes en proyectos complejos que se extienden durante periodos de tiempo significativos, donde aplican diversas habilidades y conocimientos para resolver problemas o crear productos tangibles. Para los adultos mayores, el aprendizaje basado en proyectos puede proporcionar un contexto significativo para el aprendizaje, permitiendo la exploración profunda de temas de interés personal o profesional.
Tecnología y Aprendizaje Digital. El uso de tecnologías digitales y plataformas de aprendizaje en línea puede ofrecer a los adultos mayores flexibilidad en cuanto a cuándo y dónde aprenden, algo particularmente útil para aquellos que pueden tener limitaciones físicas o compromisos personales. Las plataformas digitales también pueden facilitar el aprendizaje personalizado, permitiendo a los usuarios avanzar a su propio ritmo y según sus propios intereses. Sin embargo, es crucial proporcionar capacitación y apoyo inicial en tecnología para asegurar que todos los usuarios puedan participar plenamente.
Aprendizaje entre pares. El aprendizaje entre pares aprovecha las experiencias y conocimientos de los propios adultos mayores, fomentando el intercambio de habilidades y sabiduría entre ellos. Este enfoque no solo facilita el aprendizaje de contenidos académicos o habilidades prácticas, sino que también promueve la socialización, reduciendo la sensación de aislamiento y aumentando la motivación.
Enfoques multimodales. Combinar diversos métodos de enseñanza (visual, auditivo, kinestésico) dentro de un programa de aprendizaje puede ayudar a abordar los diferentes estilos de aprendizaje de los adultos mayores, asegurando que el material sea accesible y comprensible para todos.
Adaptabilidad y personalización. Reconociendo las diversas necesidades, intereses y niveles de habilidad dentro del grupo de adultos mayores, es fundamental adaptar los programas de aprendizaje para personalizar el contenido y el ritmo de aprendizaje. Esto puede incluir ofrecer varios niveles de dificultad, temáticas variadas que reflejen los intereses de los participantes, y adaptaciones para superar barreras físicas o cognitivas.
Los modelos y estrategias didácticas y pedagógicas para la enseñanza de adultos mayores (como la andragogía), deben centrarse en la relevancia práctica, la flexibilidad, la inclusión de tecnologías de apoyo y el fomento de un ambiente de aprendizaje colaborativo y respetuoso, y sacando provecho de la “inteligencia cristalizada”, que es un factor esencial de los adultos mayores que contribuye al reaprendizaje y aprendizaje de competencias laborales y para una vida sana.
Estos enfoques no solo ayudarán a los adultos mayores a adquirir las competencias necesarias para enfrentar los retos laborales contemporáneos, sino que también promoverán su participación activa y significativa en la sociedad.
“Pero lo que más distingue a las personas efectivas es su incesante atención a las relaciones, su habilidad para comunicarse y su capacidad para trabajar en equipo”
Stephen R. Covey
La educación permanente y a lo largo de la vida tiene hoy una aliada muy importante: Las micro credenciales. ¿Por qué? Porque certifican la adquisición de habilidades y competencias específicas a través de cursos cortos y focalizados, pueden desempeñar un papel significativo en el aprendizaje a lo largo de la vida para personas de todas las edades. Estas ofrecen una forma flexible y accesible de adquirir y demostrar nuevas habilidades, adaptándose a las cambiantes necesidades del mercado laboral.
Las micro credenciales pueden beneficiar a diferentes grupos de edad y contribuir al desarrollo de competencias relevantes:
Niños y Adolescentes. Fundamento en Habilidades Digitales. Desde temprana edad, las micro credenciales pueden promover el desarrollo de habilidades digitales básicas, preparando a los jóvenes para el futuro digital.
Exploración de Intereses. Permiten a los jóvenes explorar diversos campos de interés sin el compromiso de un programa de estudio largo, ayudando a descubrir pasiones y orientar futuras decisiones educativas y profesionales.
Adultos Intermedios. Desarrollo Profesional Continuo. Las microcredenciales son ideales para profesionales en activo que buscan actualizar sus habilidades o adquirir nuevas competencias sin interrumpir sus carreras, facilitando transiciones laborales o avances dentro de su campo actual.
Adaptabilidad Laboral. Contribuyen a la adaptabilidad en un mercado laboral en constante cambio, permitiendo a los individuos responder rápidamente a las nuevas demandas y oportunidades.
Adultos Mayores. Reinserción Laboral o Cambio de Carrera. Ofrecen oportunidades para aquellos que buscan reinsertarse en el mercado laboral o cambiar de carrera, proveyendo una vía rápida para adquirir habilidades relevantes.
Participación Social y Cognición. Además de las habilidades laborales, las microcredenciales pueden ofrecer a los adultos mayores cursos que fomenten la participación social, la actividad cognitiva y el bienestar personal, contribuyendo a una vejez activa y saludable.
Ventajas de las Microcredenciales para todos:
Flexibilidad y Accesibilidad. Los cursos que conducen a microcredenciales suelen ser más cortos y flexibles que los programas tradicionales, lo que permite a los estudiantes de todas las edades equilibrar el aprendizaje con otras responsabilidades.
Enfoque en Habilidades Prácticas. Se centran en el desarrollo de habilidades prácticas y aplicables, lo que es especialmente valioso en un mercado laboral que valora cada vez más las competencias específicas y transferibles.
Validación de Competencias. Proporcionan una validación formal de habilidades y conocimientos que puede ser reconocida por empleadores y otras instituciones, facilitando la movilidad laboral y profesional.
Para maximizar el impacto de las microcredenciales, es importante que los sistemas educativos y laborales reconozcan y valoren estas formas de certificación. Esto implica fomentar la colaboración entre instituciones educativas, empresas, y organismos reguladores para asegurar que las microcredenciales sean pertinentes, de alta calidad y alineadas con las necesidades del mercado laboral.
También se requiere una orientación adecuada para los estudiantes de todas las edades, asegurando que elijan microcredenciales que complementen sus trayectorias educativas y profesionales de manera estratégica. Es necesario señalar que las microcredenciales no sustituyen a la curricula formal, la fortalecen. La Universidad Olmeca está aplicando este modelo en todos sus programas de licenciatura, ingenierías, posgrados y diplomados.
“Lo que comemos puede afectar la longitud de nuestros telómeros, y por lo tanto, nuestra longevidad”
Elizabeth Blackburn y Elissa Epel
Elizabeth Blackburn, premio Nobel por su trabajo en telómeros, y Elissa Epel, psicóloga, coescribieron “The Telomere Effect”, donde exploran cómo la dieta y otros factores de estilo de vida pueden influir en la longevidad de los telómeros, y, por consecuencia, en el envejecimiento.
La dieta mediterránea ha sido ampliamente estudiada y reconocida por sus beneficios para la salud, contribuyendo a una mejor calidad de vida y, potencialmente, a la longevidad. Estos beneficios se atribuyen a varios factores relacionados con los componentes y principios de la dieta. Algunos de los aspectos clave que explican el por qué la dieta mediterránea puede contribuir a revertir las comorbilidades y potencialmente a aumentar la longevidad son:
Alta en frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Estos alimentos son ricos en nutrientes esenciales, antioxidantes y fibra. Los antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo y la inflamación, dos factores que contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas y al envejecimiento celular.
Uso predominante del aceite de oliva. El aceite de oliva es una fuente principal de grasas monoinsaturadas, que son saludables para el corazón. Comparado con las grasas saturadas y trans, las grasas monoinsaturadas pueden reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL), disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Consumo moderado de pescado y aves de corral. Estos alimentos proporcionan proteínas de alta calidad y son fuentes importantes de ácidos grasos omega-3, los cuales tienen efectos antiinflamatorios y pueden proteger contra enfermedades del corazón, derrame cerebral y posiblemente otras enfermedades relacionadas con la edad.
Limitación en el consumo de carnes rojas y procesadas. Reducir la ingesta de estas carnes puede disminuir el riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Incorporación de granos enteros y un consumo moderado de vino tinto. Los granos enteros mejoran la salud digestiva y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El vino tinto, consumido con moderación, ha sido asociado con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, en parte debido a su contenido de antioxidantes como el resveratrol.
Los efectos combinados de estos componentes dietéticos pueden contribuir significativamente a la reducción de comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Al mejorar la gestión de estas condiciones y promover una salud general más robusta, la dieta mediterránea contribuye a una vida más larga y saludable.
Además, diversos estudios han sugerido que seguir una dieta mediterránea está asociado con una menor mortalidad por todas las causas, lo que indica un potencial para aumentar la longevidad. La dieta mediterránea promueve un enfoque equilibrado y sostenible de la alimentación, enfatizando la calidad de los alimentos y la variedad, lo que puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud a largo plazo y potencialmente extender la esperanza de vida.
“La integración de los principios de la dieta mediterránea con los sabores y tradiciones culinarias de México, no solo es una celebración de la diversidad gastronómica, también una potente estrategia para mejorar la salud pública”
David Katz
La dieta mediterránea mexicanizada es una adaptación de la dieta mediterránea tradicional que incorpora ingredientes y sabores típicos de la cocina mexicana. Esta adaptación mantiene la esencia de la dieta mediterránea, enfocándose en una alimentación basada en plantas, con un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, nueces, semillas y aceite de oliva, junto con pescado y mariscos, pero adapta sus principios a los ingredientes locales y las tradiciones culinarias de México.
Elementos Similares con la Dieta Mediterránea Clásica:
Uso abundante de vegetales y frutas. Tanto la dieta mexicana como la mediterránea incluyen una amplia variedad de frutas y vegetales en sus platillos.
Granos integrales. Ambas dietas favorecen el consumo de granos enteros sobre los refinados. Legumbres. Los frijoles, un pilar en la cocina mexicana, comparten su papel con las legumbres en la dieta mediterránea. Nueces y semillas. Ingredientes comunes en ambas dietas, utilizados tanto en platillos principales como en snacks. Aceites saludables. Aunque el aceite de oliva es la base de la dieta mediterránea, la versión mexicanizada puede incorporar aceites vegetales saludables disponibles localmente. Pescados y mariscos. Ambas dietas enfatizan el consumo de proteínas de mar como una fuente importante de nutrientes.
Adaptaciones mexicanas:
Sustitución de ingredientes. Algunos ingredientes mediterráneos se sustituyen por equivalentes locales en México. Por ejemplo, el aguacate puede usarse como fuente de grasas saludables en lugar del aceite de oliva. Especias y hierbas. La dieta mexicanizada incorpora un rango más amplio de especias y hierbas locales, añadiendo sabores distintivos a los platillos. Maíz y tortillas. El maíz, especialmente en forma de tortillas, es un componente central de la dieta mexicana que puede integrarse en esta versión de la dieta mediterránea. Cacao. Enormes beneficios epigenéticos que enumeraremos más adelante.
Beneficios para la Salud de la dieta mediterránea mexicanizada:
Mejora de la salud cardiovascular. Como la dieta mediterránea original, la versión mexicanizada puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas gracias a su enfoque en grasas saludables, fibra y antioxidantes.
Control de peso. La alta ingesta de fibra y proteínas ayuda a la sensación de saciedad, lo que puede facilitar el control del peso.
Prevención de diabetes. El énfasis en granos enteros, legumbres y vegetales puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre.
Salud digestiva. La fibra proveniente de frutas, verduras y legumbres apoya la salud digestiva.
Adaptar la dieta mediterránea tradicional a los ingredientes y tradiciones culinarias locales de México no solo permite disfrutar de los beneficios para la salud de esta dieta reconocida mundialmente, sino que también celebra la riqueza y diversidad de la cocina mexicana, este ha sido el distingo del proyecto-investigación que con resultados muy exitosos ha implementado la Universidad Olmeca con el liderazgo del doctor Ángel Sierra.
“El cacao, consumido de manera responsable, puede ser parte de una estrategia alimentaria para mejorar la salud pública, especialmente cuando se integra en una dieta centrada en alimentos integrales de origen vegetal, que naturalmente promueve la salud cardiovascular y el bienestar general”
Dr. Neal Barnard
El cacao, particularmente en su forma más pura como el chocolate negro con alto contenido de cacao, es rico en compuestos bioactivos que tienen potenciales beneficios para la salud. Entre estos compuestos, los flavonoides son de particular interés debido a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Los estudios han sugerido que el cacao puede tener varios efectos beneficiosos para la salud, incluyendo la mejora de la salud del corazón, la regulación de la presión arterial y la mejora de la sensibilidad a la insulina, lo que podría ser relevante para la prevención y manejo de la diabetes tipo 2.
Efectos epigenéticos del cacao. La epigenética se refiere a cambios en la expresión génica que no implican alteraciones en la secuencia de ADN y pueden ser influenciados por factores ambientales, incluyendo la dieta. Los compuestos bioactivos en el cacao pueden influir en los mecanismos epigenéticos, potencialmente afectando la expresión de genes asociados con el desarrollo y progresión de enfermedades crónicas. Por ejemplo, se ha propuesto que los flavonoides pueden tener efectos epigenéticos que contribuyen a su capacidad para reducir la inflamación y mejorar la función endotelial, aunque la investigación en este campo todavía está en sus etapas iniciales.
Cacao en la dieta mediterránea mexicanizada. El cacao no es tradicionalmente considerado un componente central de la dieta mediterránea, que enfatiza el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y pescado. Sin embargo, el chocolate negro, rico en cacao, puede ser incluido con moderación en una dieta variada y equilibrada como la mediterránea, aprovechando sus beneficios para la salud sin exceder el consumo de calorías y grasas saturadas. En la dieta mediterránea mexicanizada que ha desarrollado el Dr. Ángel Sierra, investigador de tiempo completo de la Universidad Olmeca, el cacao tiene un papel preponderante.
Beneficios del cacao para la salud cardiovascular y la diabetes. El cacao ha demostrado tener efectos positivos en varios factores de riesgo cardiovascular. Los flavonoides en el cacao pueden mejorar la salud del corazón mediante la mejora de la función endotelial, la reducción de la presión arterial y el aumento de los niveles de colesterol HDL (el «bueno»).
Estos efectos pueden contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, algunos estudios sugieren que el cacao puede mejorar la resistencia a la insulina, lo que es relevante para la prevención y manejo de la diabetes tipo 2.
Especialmente en forma de chocolate negro con alto contenido de cacao, puede ser una adición beneficiosa a la dieta para aquellos interesados en mejorar su salud cardiovascular y reducir el riesgo de diabetes. No obstante, es importante consumirlo con moderación debido a su contenido calórico y de grasa.
La investigación sobre los efectos epigenéticos del cacao es prometedora. El Dr. Ángel Sierra, doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, institución educativa líder en esta área, ha realizado amplios estudios y escrito una muy rica obra editorial que permiten comprender completamente estos mecanismos y su impacto en la salud a largo plazo, asociada al tema de la longevidad exitosa.
“Necesitamos instituciones que redefinen lo que significa envejecer con dignidad, enfocándose no solo en la longevidad sino también en la calidad de vida”
Atul Gawande
La creación de instituciones dedicadas específicamente al tema del envejecimiento a niveles federal, estatal y municipal pueden ser una estrategia efectiva para abordar de manera integral los desafíos asociados con el aumento de la expectativa de vida. Estas instituciones tendrían como función sustantiva coordinar esfuerzos y recursos a través de diversas áreas, como salud, educación, empleo, vivienda y servicios sociales, asegurando una respuesta cohesiva a las necesidades de la población envejeciente.
¿Cuáles deben ser las directrices que deben servir de basamento para el diseño de políticas públicas para estas instituciones, enfocándose en la eficiencia y la efectividad sin caer en la burocratización excesiva?
Intersectorialidad en la Acción. Crear instituciones que funcionen con un enfoque intersectorial, involucrando a múltiples departamentos y agencias en el desarrollo y la implementación de políticas relacionadas con el envejecimiento. Esto asegura que todas las facetas del envejecimiento sean consideradas, desde la salud y el bienestar hasta la inclusión social y económica.
Participación de los Ciudadanos. Incluir a las personas mayores y a sus representantes en el proceso de toma de decisiones. Esto puede ayudar a garantizar que las políticas y programas sean pertinentes y respondan efectivamente a las necesidades y deseos de la población objetivo. La participación ciudadana también puede servir como un mecanismo de control para evitar la burocratización excesiva.
Flexibilidad y Adaptabilidad. Diseñar instituciones que sean flexibles y capaces de adaptarse a los cambios demográficos y sociales. Esto implica tanto la capacidad para ajustar las políticas y programas en respuesta a la evaluación continua y el Feedback, como la habilidad para anticipar y planificar futuras necesidades y desafíos.
Fomento de la Investigación y la Innovación. Apoyar la investigación sobre el envejecimiento y promover la innovación en productos, servicios y modelos de cuidado que puedan mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Las instituciones pueden desempeñar un papel clave al facilitar colaboraciones entre el sector público, el sector privado y la academia.
Cooperación Internacional. Buscar y fomentar la cooperación internacional para aprender de las mejores prácticas globales y compartir experiencias. Esto puede ser particularmente valioso en regiones como América Latina, donde muchos países enfrentan desafíos similares en relación con el envejecimiento de la población.
Uso de Tecnología y Datos. Utilizar tecnologías de la información para mejorar la eficiencia de las instituciones, así como para recopilar y analizar datos que puedan informar el desarrollo de políticas y programas. La tecnología también puede jugar un papel clave en la prestación de servicios directos a las personas mayores, como la telemedicina y las plataformas de aprendizaje en línea.
Modelos de Financiamiento Sostenible. Desarrollar modelos de financiamiento que aseguren la sostenibilidad de las instituciones y programas a largo plazo, posiblemente a través de la combinación de fondos públicos, asociaciones público-privadas y la participación de la sociedad civil.
La creación de instituciones enfocadas en el envejecimiento con estos principios puede generar un marco sólido para abordar los retos y aprovechar las oportunidades que presenta el envejecimiento de la población en México y América Latina.
Estas instituciones, al operar de manera intersectorial, flexible y con un enfoque basado en la evidencia, pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida de las personas mayores, mientras gestionan los impactos sociales y económicos del envejecimiento de la población.
La longevidad es factible, como ya se ha señalo. Se requiere el concurso articulado, colaborativo de los gobiernos, del sector empresarial, de la academia y de la sociedad civil. Los riesgos y los retos que conlleva el envejecimiento son menores a las oportunidades que derivarían de una estrategia orientada a hacer el proceso de envejecimiento un don y no un mal.