En medio de tantas noticias diarias sobre los efectos catastróficos causados por el cambio climático en marcha, el anuncio de que, por primera vez, el 30% de toda la energía generada en el mundo en 2023 fue de fuentes renovables (hidroeléctrica, eólica y principalmente solar) y no contaminantes (carbón, gas, petróleo) o altamente peligrosa (nuclear), sino gracias a fuentes no tóxicas.
“El futuro de las energías renovables ha llegado”, declaró Dave Jones, director del programa Global Insights de Ember, en un comunicado, y añadió: “Y la energía solar, en particular, se está acelerando más rápido de lo que cualquiera pensaba posible“.
Como consecuencia directa de este récord de 30% de energía verde generada en el mundo, la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera registró un nuevo mínimo histórico en 2023, siendo un 12% menor que su pico histórico alcanzado en 2007.
«Punto de inflexión»
El grupo de expertos predice que la generación mundial a partir de combustibles fósiles caerá ligeramente en 2024, antes de experimentar descensos mucho mayores en los años siguientes. Se trata de un paso importante para que el mundo alcance el 60% de electricidad renovable en 2030, algo fundamental para cumplir los objetivos climáticos mundiales, según Dave Jones, director de perspectivas globales de Ember (un think tank especializado en el cambio climático).
“Estamos en un punto de inflexión crucial hacia las energías limpias”, señala el informe Global Electricity Review publicado la semana pasada y que envía, por primera vez, un mensaje optimista en el que resalta que, si hay voluntad y conciencia ecológica, todavía es posible evitar cruzar el punto de no retorno para que el planeta entre en una fase destructiva por el calentamiento global.
Aunque todavía no se ha logrado el hito de que más de la mitad de la energía generada por el hombre sea ecológica, el hecho de que se haya pasado del 11% de generación de energía renovable (hidroeléctrica, eólica y solar) a un 30% en menos de dos décadas, significa que los gobiernos (y las empresas) por fin están aceptando lo que los activistas llevan mucho tiempo defendiendo: que es mucho mejor invertir en energías renovables que seguir apostando por el combustible fósil, a priori más barato, pero cuyas consecuencias son dramáticamente más costosas en vidas humanas y para la economía, como quedó en evidencia con el impacto de Otis en Acapulco en 2023, cuya explicación a cómo pudo pasar en cuestión de horas de tormenta tropical a huracán de categoría 5 (lo nunca visto) sólo es posible por el calentamiento incontrolado de los océanos.
En estos días, dos países en las antípodas uno del otro, Brasil y Afganistán, sufren las peores inundaciones de su historia, ocasionadas por el “superNiño” el fenómeno del Niño agravado por una ola de calor que está batiendo todos los récords en diferentes regiones del mundo, como el sudeste asiatico.
Crecimiento espectacular de la energía solar
Los responsables del informe, quienes se atreven incluso a pronosticar, en base a estos resultados, que “una nueva era de decrecimiento en la generación de energía fósil está a punto de comenzar”, destacan el avance imparable de la energía solar, gracias a materiales más eficientes y menos costosos.
“La energía solar, en particular, se está acelerando más rápido de lo que cualquiera pensaba posible“. señalan.
De hecho, por segundo año consecutivo, la energía solar ha superado a la eólica como primera energía renovable.
Pero más significativo aún que esta competición con la energía generada por el viento, es que la energía solar generó en 2023 más del doble de nueva electricidad que la producida con carbón, mientras que mantuvo su posición como la fuente de electricidad de más rápido crecimiento del mundo por decimonoveno año consecutivo.
La paradoja china
En lo que respecta a la distribución geográfica, China lideró en la generación solar y eólica, representando el 51% y el 60% respectivamente de la nueva generación global.
Las cifras son impresionantes. Sólo en 2023, China agregó más de 180 GW de capacidad de generación solar, un 106% más que la instalación de paneles en 2022. En dos años, pasó de generar 87.5 gigavatios a 216.9 gw; muy por arriba del parque de 175.2 gigavatios de EU, el segundo mayor mercado solar del mundo, según estimaciones de BloombergNEF.
Sin embargo, pese a que la mayor parte del mérito por alcanzar el mundo el 30% de energía verde se deba a China, el segundo país más poblado del mundo (el año pasado India le quitó el primer puesto) sigue siendo el país que más contamina, y por tanto, que más contribuye al calentamiento global.
El carbón aún representa el 59% de la energía que se genera en el gigante asiático. En concreto, en 2023, se generaron 57.93 gigavatios en centrales que utilizan combustibles fósiles.
Las autoridades del régimen comunista insisten en que las centrales de carbón son necesarias porque las energías verdes por sí solas aún no pueden cubrir la demanda de un país con más de 1,400 millones de habitantes, pero aseguran que el consumo de carbón disminuirá en el país a partir de 2025.
Sin embargo, nada garantiza que esto vaya a ocurrir tan pronto, si se mantiene la causa mayor que hizo que China incrementará en 2023 la producción de energía con carbón: la sequía.
El bucle tóxico carbón-sequía-carbón
El nudo gordiano que falta por deshacer para que no haya más excusas para seguir apostando por la quema de combustibles fósiles es el déficit de centrales solares y eólica y la vulnerabilidad de la energía hidroeléctrica por la falta de lluvias.
Este bucle tóxico carbón-sequía-carbón funciona de la siguiente manera: las centrales eléctricas de carbón son las mayores culpables de la emisión de CO2 en la atmósfera y en consecuencia del calentamiento global, que a su vez genera sequías anormales y muy prolongadas, que hacen que baje el nivel del agua de los embalses de las hidroeléctricas y fuerza a muchos gobiernos a aumentar la generación de electricidad mediante las centrales de carbón (o en su defecto de petróleo o gas).
México reprueba
El informe señala que sólo cuatro países rompieron la tendencia decreciente al uso del carbón: China, India, Vietnam y México. El 95% de la generación eléctrica en todo el mundo fue generado en estos cuatro países. Destaca, no obstante, que todos ellos sufrieron en 2023 severas sequías, que afectaron seriamente la generación hidroeléctrica.
Sin embargo, el caso mexicano no es comparable con el chino, debido al desinterés del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en invertir con dinero público en energías renovables o en facilitar la inversión privada.
México ocupa el lugar 99 de 140 naciones atractivas para inversiones en energía renovable, de acuerdo con un ranking realizado por BloombergNEF.
Esta falta de inversión ocasiona que el país tenga un déficit en generación eléctrica y la consecuencia es que, ante una fuerte demanda ocurran problemas como los recientes apagones.
Al menos 15 Estados mexicanos sufrieron apagones esta semana. La alta demanda de electricidad, en medio de una ola de calor en todo el país, obligó al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a decretar el estado de emergencia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador —cuya gran inversión en energía durante su sexenio fue la construcción de la refinería de petróleo Dos Bocas, a contracorriente del resto del mundo—, admitió este jueves que existe un déficit en la generación de electricidad en el país: “Si tenemos ahora este déficit en generación es porque estamos por terminar, se nos demoraron, algunas plantas de ciclo combinado (mediante la quema de gas), pero se está trabajando y ya pronto se va a regularizar y se resuelve el problema hacia adelante”, aseguró. “Es un asunto transitorio, ya lo estamos atendiendo”.
Pero la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex) y la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) critican que el gobierno ponga trabas a la inversión privada en energías renovables, como es la tendencia en todo el mundo.
La incógnita, por tanto, es qué hará su heredera política, Claudia Sheinbaum, en caso de que se convierta en presidenta de México, como señalan todas las encuestas: si seguirá fiel a la 4T y su apuesta por el combustible fósil o hará honor a cuando se declaraba ecologista.