El crimen organizado tiene presencia en 1.59 millones de kilómetros cuadrados del territorio nacional, lo que pone en riesgo a más de 108 millones de mexicanos que están a merced de estas bandas criminales que se estiman en unas 175 distribuidas en todo el país.
Así lo advierten especialistas criminólogos y legisladores quienes advirtieron que la presencia de estos carteles criminales que tienen una ramificación extendida a través de decenas de bancas criminales es real y proliferan a lo largo y ancho del país gracias a la permisibilidad, tolerancia y hasta complicidad de las autoridades e instituciones.
Apenas este miércoles el INEGI reportó que el país contaba con una población de 129.5 millones de personas, con lo cual de acuerdo a las cifras que manejan estos especialistas, el 84% de la población mexicana están a merced de las bandas criminales asentadas en México.
Al presentar en el Senado el libro “Mafia Mexicana”, el autor y especialista en criminología, Antonio Eduardo Coss y León Quiroz, expuso parte de esas cifras del alcance de la delincuencia organizada en el país y explicó que el crecimiento de este fenómeno viene desde la década de los años 80 cuando evolucionaron de bandas delincuenciales a carteles de la droga, nombre que les dio la DEA, derivado del alemán “kartel”, para definir un monopolio.
El también catedrático e investigador explicó que a partir de esa figura se convirtieron en mafias, término que consideró más adecuado, pues hoy en día son organizaciones con antigüedad, rituales, sistemas de conducta y diversidad de actividades ilícitas.
Pago de piso
Al respecto, el también investigador y ex rector de la escuela Jurídica y Forense del Sureste, Jesús Jiménez Granados, abundó en que, gracias a la diversificación de sus actividades, más allá del trasiego de drogas, “a los grupos criminales incluso hoy los financiamos los mexicanos”, pues, por ejemplo, al pagar un kilo de limón, también pagamos el cobro de piso que se les exige a los productores.
El también catedrático y autor del prefacio del texto, Francisco Reyes García, coincidió en que, a partir de 1996, las organizaciones criminales mexicanas comenzaron a forjar sus costumbres, rituales o mitos (como la adoración a Jesús Malverde o a la Santa Muerte), con lo que actualmente son más parecidas a las organizaciones mafiosas italianas, como la poderosa ´Ndrangheta.
Kelvin Garfias Ramírez, también autoridad en la materia y autor del epílogo de Mafia Mexicana, recordó que fue en Italia donde se llegó a la conclusión de que las organizaciones criminales proliferaban gracias a la tolerancia de las instituciones.
Ante el escenario mexicano, opinó que se debe pensar en el futuro que queremos dejar a las próximas generaciones, pues muchos jóvenes de la actualidad ven a la delincuencia como algo normal y cotidiano.
En ese sentido, alertaron de los vínculos de ‘Ndrangheta, la mafia más poderosa de Italia, con los carteles y bandas criminales en México.
Al encabezar la presentación del libro “Mafia Mexicana”, el senador del PRD, Omar Obed Maceda Luna, advirtió que el escenario dibujado por estos especialistas demuestra que la delincuencia organizada realmente existe en el país a pesar de que hay quienes refutan esta afirmación.
Además, —agrega— evidencia que las fiscalías estatales no toman en cuenta homicidios o secuestros relacionados con esas organizaciones, lo que las vuelve “meras espectadoras”, y al Estado partícipe de la problemática.