Moches desfalcan a la CFE

“Deme la mitad de lo que debe y le borro su deuda con la CFE”, le dijeron a don Mateo, dueño de un molino en San Pedro Actopan, en la alcaldía Milpa Alta.

-¿300 mil?

-Sí, porque debe 600 mil -le aclaró el enviado de la Comisión.

-No me alcanza…

-¿Cuánto no se ahorrará? Nosotros desaparecemos su deuda y ya se queda tranquilo…

Es el modo de operación de una creciente red conformada por empleados -operativos y administrativos- e ingenieros de la compañía, la cual se ha especializado en pedir moches a cambio de desaparecer expedientes de adeudo y registrar nuevos contratos, en perjuicio de las arcas públicas.

Conforme a los estados financieros de la CFE, revisados por Crónica, el monto correspondiente “al deterioro de las cuentas por cobrar” se ha multiplicado en los últimos años, al pasar de 27 millones de pesos en 2019 a más de 72 millones al primer trimestre de 2024.

El referido “deterioro” se refiere a la pérdida de dinero (o beneficios económicos) en la empresa debido al incumplimiento de pagos del deudor, los cuales están relacionados, en el papel, con cambios de domicilio o de titulares en un contrato, así como supuestas dificultades monetarias y quiebras.

Las “mordidas” están enfocadas tanto a los consumidores de casa-habitación como empresas y negocios.

Las cantidades pendientes de pagar a la Comisión van, principalmente, de los 10 mil al millón de pesos. Y para “desaparecer” medidores o contratos se pide, en promedio, el equivalente a la mitad del total.

NEGOCIO FURTIVO. De acuerdo con los testimonios obtenidos por este diario, en el caso de don Mateo el moche acordado al final fue de 250 mil pesos. Un medidor nuevo, empotrado en una de las paredes de su negocio, se convirtió en señal del trato cerrado.

El desfalco fue denunciado a este reportero por empleados de la propia CFE, quienes compartieron algunos audios y otras pruebas de las negociaciones furtivas.

Este reportero conoció de manera directa dos casos: el de una planchaduría en la delegación Álvaro Obregón y el de una casa-habitación en la delegación Coyoacán.

En torno a este último expediente, todo comenzó cuando un par de trabajadores de la CFE, con chaleco y credencial oficial, tocaron a la puerta del deudor, ya identificado de manera previa y quien semanas antes había recibido una carta de reclamación de pago por parte del organismo.

“Personal de CFE Distribución llevó a cabo una revisión del sistema de medición e instalación eléctrica de su servicio, en la que se encontró que se consumía energía a través de instalaciones que evitaban, alteraban o impedían el funcionamiento normal del equipo de medición, utilizando energía eléctrica en forma y cantidad que no está autorizada en su contrato de suministro”, señalaba el documento.

“Se procedió a realizar pruebas para determinar la electricidad consumida y no facturada. Se aplicaron las cuotas de la tarifa final de suministro 1 que corresponde al contrato con esta empresa, con lo cual se determinó un importe pendiente a pagar de $45,815.00”.

Se advertía del cobro de intereses moratorios en caso de no acudir a realizar el pago a la sucursal indicada.

De arranque, los trabajadores ofrecieron un cambio gratuito de medidor, con la justificación de un desperfecto del anterior, un simple gancho para darle confianza al consumidor, sacar el tema de la deuda y ofrecer la cancelación a cambio del moche.

“Yo le doy su número de servicio, le pego el medidor, es el número que se le asigna al momento; de noche, cuando podamos meternos al sistema, ingresamos el número de medidor, y sale que ya está dado el servicio, es un contrato nuevo”, ofertó uno de los electricistas.

-¿Qué no es mejor ir a negociar directamente con CFE? -preguntó el cliente.

-En Comisión le van a dar largas, como ya tienen identificado el predio, no le van a autorizar ningún descuento. Puede verlo directamente en oficina, pero será tardado, puede que le quiten la notificación pero tiene que ampararse, buscar un abogado. Va a terminar pagando más por el tiempo perdido y por los abogados.

-¿Y cómo sé que sí borran mi deuda?

-Esto lo maneja un ingeniero de arriba, un pez gordo, él saca del sistema toda la investigación de su caso y da de alta el nuevo contrato, con la tarifa 01, que es de casa.

-¿Y cuánto me cobrarían?

-El ingeniero basa la tarifa por el adeudo que tiene, usted debe 45 mil, se le cobra la mitad para asegurar el brinco. Nosotros nos encargamos de hacer la instalación y el ingeniero se encarga de dar de baja su deuda, meterla a la lista de cuentas incobrables.

-No tengo ahora 22 mil 500…

-¿Cuánto ofrece? Para decirle al ingeniero si se puede o no.

-Puedo juntar 15 mil…

-Deje comento a mis superiores y le tocó después.

En menos de una hora, volvieron a tocar…

-Dice el ingeniero que sí acepta los 15.

-¿Y cómo se da el dinero?

-En efectivo.

-¿Y se da recibo?

-No, sólo le doy el número de servicio. Todo es legal, pero por debajo del agua. Sin problemas se le genera su medidor y comienza a facturar con nuevo contrato.

-¿Y cuánto tardan?

-Hoy mismo queda el nuevo contrato, yo traigo medidores, allá en Comisión cierran la orden y listo.

-Pero ya con el nuevo contrato y medidor voy a terminar pagando más a la CFE, ¿no?

-También se le puede arreglar para que consuma poquito, hay maneras para que le llegue barato.

-¿Un diablito?

-Eso ya no se usa, pasó de moda. Es un trabajo que hago yo, más moderno: cuando pongo la base, saco un cable, pero no se ve marca, no es un diablo sino una derivación que se saca por atrás de la base y yo la conecto a una de sus pastillas, para que marque sólo una parte del consumo de la casa: a lo mejor los focos de afuera, para que le llegue de 120, 150, pero lo de la tele y el refri, que es lo que más se usa, no lo estaría pagando, es un trabajo bien hecho, porque no se ve.

-¿Y eso cuánto?

-Yo lo cobro en 2 mil pesos.

-¿Y sí es efectivo?

-Sí, ya si quiere después le puede poner una rejita al medidor, mientras deje descubierto donde va el lector, no hay ningún problema.

PÉRDIDAS. El trato se consumó. Fue similar el modo de actuación en el caso de la planchaduría, pero con una mordida cercana a los 40 mil pesos.

Y mientras eso ocurre, la situación económica de la Comisión va en picada.

Conforme a los reportes financieros oficiales, al cierre de 2023 el monto neto de las cuentas por cobrar ascendía a 111.5 millones de pesos, considerando los adeudos de consumidores públicos y los consumidores de gobierno, además de fideicomisos.

“La Entidad ejecutó un análisis donde se identificó la cobranza, y por lo tanto se estimó la recuperación, tomando como base el rezago de la cartera de cuentas por cobrar. Dicha evaluación concluye que la brecha de evidencia objetiva de deterioro se encuentra posterior al plazo de 360 días dado que, la probabilidad histórica de recuperación (de dinero) posterior a este plazo se estima en sólo 4 por ciento”, reconoce la paraestatal.

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