La actriz Shannen Doherty, que participó en más de 80 títulos, pero que siempre será conocida como Branda Walsh por sus 111 capítulos en la popular serie Sensación de vivir, que se emitió a principios de los años noventa en España, así como por ser Prue, la más rebelde de las hermanas Halliwell de Embrujadas, ha fallecido a los 53 años. Así lo ha confirmado su representante a la revista People. “Con todo el dolor de mi corazón anuncio la muerte de la actriz Shannen Doherty este sábado, 13 de julio. Ha perdido la batalla contra el cáncer contra el que luchaba desde hace años”, se lee en el comunicado de Leslie Sloane hecho público el domingo a primera hora. “La devota hija, hermana, tía y amiga estaba rodeada de sus seres queridos, así como de su perro, Bowie. La familia pide privacidad en este momento para llorar en paz”.
Doherty padecía cáncer desde hace años y ya en abril había explicado que estaba preparándose para morir, sobre todo preparando a su madre y “a la gente que se va a quedar a tener una transición más limpia y más sencilla”. Su enfermedad iba avanzando poco a poco y el cáncer estaba en estadio IV. La intérprete llevaba casi una década padeciendo la enfermedad, en distintos grados. Fue en agosto de 2015 cuando contó por primera vez que sufría cáncer de mama y expuso públicamente sus padecimientos y los problemas por los que pasó, como su pérdida de pelo. Dos años después anunció que la enfermedad estaba por fin en remisión, y regresó al trabajo con una nueva serie. Sin embargo, la enfermedad volvió a atacar a principios de 2020 y con mayor gravedad, ya que se había manifestado en el cerebro.
Desde el principio, Doherty se mostró muy abierta sobre su enfermedad y sobre su deseo de seguir adelante. Siguió trabajando, protagonizando películas y algunas series —aunque de menor rango— e incluso dirigiendo. En 2021 afirmaba que sentía “una mayor responsabilidad” en su vida pública “acerca de hablar sobre el cáncer y quizá de educar más a la gente, de hacerles saber que quienes están en grado cuatro están muy vivos, muy activos” “Nunca me quejo. Ni hablo de ello. En este punto, es parte de la vida”, aseguraba. A lo largo de estos años fue contando el avance de la enfermedad, y hace un año explicó que tenía metástasis en el cerebro y que estaba “aterrada”; el pasado noviembre afirmaba en una entrevista que no quería morir y que, de hecho, tenía nuevos proyectos, como el lanzamiento de un pódcast.
Fue el pasado 1 de enero cuando la intérprete lanzó Let’s Be Clear with Shannen Doherty (Seamos claros con Shannen Doherty), el pódcast que dirigía y presentaba y que tuvo hasta 40 episodios. En él entrevistó a diversas especialidades, doctores, actores… y a muchos de quienes fueron sus compañeros a lo largo de los años. De hecho, en el último de ellos, lanzado el día 7, entrevistaba a Holly Marie Combs, quien interpretaba a su hermana Piper en Embrujadas. Ella estuvo durante tres temporadas en la serie, hasta 2001, pero Combs y Alyssa Milano, sus coprotagonistas, completaron las ocho que duró, hasta 2006.
Doherty saltó a la fama como una de las protagonistas de Beverly Hills: 90210, el clásico de los noventa sobre la vida en un instituto de un riquísimo barrio de Los Ángeles, que en 2020 cumplió 30 años. Sensación de vivir partía del conflicto entre los valores tradicionales de la familia Walsh, recién mudados de Minnesota, y la frivolidad insolente del instituto Beverly Oeste. El público descubría, de la mano de los gemelos Brandon y Brenda (él, una brújula moral; ella obsesionada con que la tomasen en serio, lo cual la convertía en la adolescente más realista de la serie), el ecosistema de Beverly Hills. Darren Star fue el creador de este éxito cuando ni siquiera existían series de adolescentes en la parrilla estadounidense. Esta producción se convirtió en un fenómeno que catapultó a la fama a todos los implicados, que no igualarían nunca más ese primer éxito.
Años después, Doherty fue una de las protagonistas de la serie Embrujadas, que se lanzó en 1998, justo cuando otro título de fantasía sobrenatural, Buffy Cazavampiros, cosechaba un éxito inigualable. La serie se centraba en la lucha de Prue (Doherty), Piper y Phoebe, las tres hermanas Halliwell, contra los oscuros avatares del mal: demonios, brujos, monstruos y también contra novios, ex y jefes muy malvados. Sin embargo, las desavenencias de Doherty con el resto de compañeros de reparto acabaron con un despido abrupto.
En las últimas décadas, la vida de Doherty se limitó a telefilmes, películas orientadas al videoclub (cuando aún había) y realities televisivos (ha vendido desde su vida hasta sus aptitudes para el baile).