Maduro lanza cacería de opositores

Decidido a no dejarse arrebatar la reelección en Venezuela y que lo confirma con un tercer mandato consecutivo como jefe de Estado, el dictador Nicolás Maduro no sólo ha enviado a sus comandos motorizados a sacar de las calles a activistas, periodistas y ciudadanos que han denunciado el fraude electoral que se maquinó el pasado 28 de junio en este país sudamericano durante la jornada electoral, sino que ya ordenó un seguimiento riguroso, a detalle con un sofisticado sistema de espionaje y geolocalización para rastrear ubicaciones, conversaciones e incluso interceptar correos electrónicos de ciudadanos antichavistas y de los principales líderes de la oposición como son María Corina Machado y Edmundo González. Esta cacería antichavista ya traspasó fronteras al haber persecuciones en la vecina Colombia.

Periodistas y activistas que han sido blanco de persecuciones, hostigamiento e incluso encarcelamiento por parte del régimen represor revelan que el gobierno de Maduro cuenta con un sistema de espionaje muy sofisticado creado el 7 de octubre del 2013 por el régimen dictatorial y controlado por hackers militares y civiles desde el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa) que realiza un monitoreo masivo de las redes sociales, intercepta los correos electrónicos, realiza escuchas de conversaciones de teléfonos celulares en tiempo real.

Inicialmente el sistema utilizado para rastreo de mensajes electrónicos y escuchas fue con programas de empresas estadounidenses para “leer” y “escuchar” en tiempo real las conversaciones privadas en emails, mensajes de texto y chats del sistema operativo de los ya desaparecidos teléfonos Blackberry (BBM) de políticos opositores, periodistas, activistas y sus familiares, pero el sistema se actualizó con programas de geolocalización satelital de Rusia y China además de permitir ubicaciones en tiempo real de usuarios de teléfonos celulares dentro y fuera del país.

Los hackers del Cesppa, también rastrean y analizan constantemente miles de portales de internet y de redes sociales como X (antes Twitter) y Facebook, así como Instagram, Tik tok, entre otras plataformas para detectar posibles patrones de comportamiento de la oposición, e identificar enemigos con nombre y apellido.

Desde su creación, el Cesppa originalmente tenía como objetivo unificar la información sobre seguridad, defensa, inteligencia, orden interno y relaciones exteriores, pero al ver que era una herramienta que sería vital para el control en el goibierno, amplió sus funciones al monitoreo de “la actividad enemiga interna y externa”, es decir, opositores al régimen dentro y fuera de Venezuela.

Uno de los periodistas que alzó la voz desde que comenzó a operar este sistema de espionaje, al que se sumó posteriormente la geolocalización satelital con ayuda de tecnología y satelites de China y Rusia para ubicar a opositores a través de los teléfonos celulares fue Casto Ocando, quien a través de su página Vértice, advierte que Maduro no ha dejado de utilizar este programa para perseguir y hostigar a antichavistas a quienes se les acusa de querer derrocar al gobierno.

Maduro, quien ha visto en las redes sociales un enemigo extra, ya lanzó un llamado a los chavistas en el país a dejar de utilizar la aplicación de Whatsapp en los teléfonos celulares, ya que se ha convertido en el primer enlace y propagación de contactos entre ciudadanos que rechazan a su gobierno y su reelección, por lo que exigió eliminar esta aplicación y dejarla de utilizar.

El dictador aseguró el pasado 5 de agosto que Whatsapp está siendo usada para amenazar a militares y policías, así como líderes comunitarios, por lo que pidió eliminar la plataforma de manera voluntaria, progresiva y radical y propuso otras alternativas para comunicarse como Telegram.

«Yo voy a romper relaciones con Whatsapp, porque Whatsapp la están utilizando para amenazar a Venezuela, y entonces yo voy a eliminar mi Whatsapp de mi teléfono para siempre, poco a poco iré pasando mis contactos a Telegram, a WeChat (…) es necesario hacerlo, dile no a Whatsapp, fuera Whatsapp de Venezuela», añadió.

Asimismo, Maduro denunció que TikTok, del chino Zhang Yiming, e Instagram han «infectado» a importantes sectores de la sociedad con «odio», de «manera descarada».

CACERÍA

Sobre las acciones realizadas por la oposición y que el régimen disfraza como presuntos actos de complot, el Fiscal General venezolano, Tarek William Saab, considerado como el incondicional y uno de los hombres de confianza de Maduro, ha tratado por todos los medios de descalificar las manifestaciones pacíficas de la oposición como desafíos a la tranquilidad y la paz social, y ha descrito que las multitudes antichavistas con complots dirigidos a atacar instalaciones militares, a matar al presidente, a otros funcionarios y desestabilizar el país con ataques a las institucionales del gobierno. Incluso ha presentado supuestas confesiones, documentos de planificación, computadoras portátiles y otros elementos que ha mostrado como pruebas de que se busca desestabilizar al país y desatar el caos social.

La persecución y cacería de opositores no sólo ocurre en territorio venezolano, sino también en la vecina Colombia, donde la cúpula chavista por órdenes del dictador ha echado mano de grupos paramilitares e incluso del crimen organizado como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Tren de Aragua, ambos vinculados al narcotráfico y con sicarios al servicio del mejor postor que lo mismo amenazan, secuestran o desaparecen a las presuntas víctimas según el encargo.

ANTECEDENTES

El interés por tratar de espiar a los opositores se remonta al inicio del régimen del comandante Hugo Chávez, quien en el 2006 intentó contratar los servicios de una firma israelí que fabricaba satélites de espionaje, incluso el comandante bolivariano expresó su interés por comprar acciones de esta compañía, pero la operación fue bloqueada por el Ministerio de Defensa de Israel, quien vio intereses oscuros en las intenciones de Chávez, de quien ya había antecedente de quererse perpetuar en el poder.

En tanto, las voces de rechazo al fraude electoral se siguen sumando en el mundo, con excepción de aliados y amigos del dictador, como los gobiernos de Nicaragua, China, Rusia, Irán y Cuba, que felicitaron al dictador por su triunfo.

Algunos líderes internacionales y jefes de Estado han arremetido contra el represor venezolano, como el empresario millonario y propietario de la empresa de autos eléctricos Tesla, Elon Musk, quien a través de sus redes sociales, subrayó: «Qué vergüenza para el dictador Maduro», quien vuelve a echar mano del fraude para seguir en el poder.

En el mismo tono se pronunció el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien resaltó que «lo que vimos en Venezuela no tiene otro nombre más que fraude. Una ‘elección’ donde el resultado oficial no tiene relación con la realidad. Algo evidente para cualquiera». En su mismo mensaje de la red social X aseguró que «rompimos relaciones diplomáticas con Maduro desde hace 4 años. No las reabriremos hasta que su pueblo pueda elegir a sus líderes en elecciones de verdad.»

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