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El sexenio de Andrés Manuel López Obrador cerrará el 30 de septiembre con un récord de al menos 193 mil 612 homicidios registrados entre 2019 y 2024, según datos preliminares revelados este martes por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de México.
Estas cifras, que aún no incluyen los homicidios de septiembre ni el dato definitivo de agosto, representan un incremento del 23.16 % en comparación con los 157,198 homicidios dolosos ocurridos entre 2013 y 2018, durante la administración de Enrique Peña Nieto, que hasta entonces había sido el periodo más violento.
Sin embargo, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, señaló que el promedio diario de homicidios ha disminuido, pasando de 101 en 2018 a 82 en 2024, con un total de 20,129 asesinatos registrados hasta ahora. «Esto implica una reducción del 19 % en relación con 2018, desde que comenzó esta administración hasta el 31 de agosto pasado», afirmó Rodríguez en la conferencia matutina del presidente López Obrador.
Año 2020, el más violento
Los datos evidencian que México vivió el año más violento de su historia durante el mandato de López Obrador, con 36 mil 773 homicidios en 2020, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), un organismo autónomo. El récord previo había sido en 2018, último año de Peña Nieto, con 36 mil 685 homicidios.
Durante el gobierno de López Obrador, se registraron 36,661 asesinatos en 2019, 36 mil 773 en 2020, 35 mil 700 en 2021, 33 mil 287 en 2022 y 31 mil 62 en 2023, según las estadísticas confirmadas por el Inegi y presentadas por la SSPC.
Rodríguez subrayó que, en comparación con administraciones anteriores, ha habido una reducción en el índice de homicidios, destacando que la cifra actual es similar a la de 2016, cuando se registraron 24,559 homicidios. Además, adelantó que el próximo 17 de septiembre se presentará un último informe de seguridad que incluirá todos los delitos cometidos durante este sexenio.
La secretaria defendió la estrategia de seguridad de López Obrador, quien asumió la presidencia con el lema «abrazos no balazos», enfocándose en atacar las causas del crimen y dejando atrás la «guerra contra el narco», aunque finalmente las Fuerzas Armadas asumieron responsabilidades en seguridad pública.
«El presidente no se equivocó al priorizar la atención a las causas de la violencia en el país, con el objetivo de disminuir el apoyo social a la criminalidad y evitar que niños y jóvenes sean captados por la delincuencia», concluyó Rodríguez.
