Por: Joel Rubio
A sus 64 años, don José Isidro Hernández Montejo es un ejemplo de dedicación y perseverancia. Sin un trabajo formal, ha logrado sacar adelante a su familia y brindarles estudios a sus hijos gracias a su pasión por crear piñatas artesanales. Ahora, se dedica a hacer piñatas patrias para las festividades que se aproximan.
Don José Isidro aprendió el oficio de artesanos yucatecos y, con el tiempo, ha perfeccionado su técnica. Hoy en día, sus piñatas no solo son admiradas por su belleza, sino también por su significado cultural. Ha creado piñatas de personajes patrios, lo que ha llamado la atención de la mercadotecnia y ha llevado a su empresa a un nuevo nivel.
Desde el fraccionamiento 27 de Octubre, cada tarde, don José Isidro sale para instalarse en los supermercados de la zona de Guayabal, vendiendo sus piñatas y compartiendo su historia con quienes se acercan a él. Su humildad y dedicación han conquistado el corazón de la gente de Tabasco. A tan solo 50 pesos, las mini piñatas son las más buscadas por los clientes, ya que están elaboradas artesanalmente.
Gracias a su esfuerzo, don José Isidro ha podido dar una vida digna a su familia y asegurar el futuro de sus hijos. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la perseverancia pueden llevar al éxito, sin importar la edad.