El Ministerio de Relaciones Exteriores libanés atribuyó este martes a Israel la oleada de explosiones simultánea de buscapersonas (beeper), que dejó esta mañana un saldo de nueve muertos, entre ellos una niña y casi tres mil heridos, en su mayoría milicianos y familiares de la guerrilla chiita Hezbolá que usaban estos dispositivos móviles para comunicarse entre sí.
«Esta escalada israelí grave y deliberada coincide con amenazas israelíes de ampliar la guerra hacia el Líbano y con su postura intransigente que llama a más derramamiento de sangre, destrucción y sabotaje», denunció en un comunicado.
La Cancillería libanesa aseguró que fue un «ataque cibernético israelí” el que detonó “un gran número de mensáfonos (Beeper)», e informó de que está preparando una queja al respecto para presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
El comunicado del gobierno que lidera el sunita Nayib Mikati coincide con la posición del grupo chiita Hezbolá, cuyos miembros y familiares han sido las principales víctimas de la misteriosa cadena de explosiones.
«Tras examinar todos los hechos, datos actuales e información disponible sobre el malvado ataque ocurrido esta tarde, consideramos al enemigo israelí como completo responsable de esa agresión criminal que también tuvo como objetivo a civiles y que mató a varias personas», anunció Hezbolá en un comunicado.
Embajador iraní, entre los heridos
Entre los fallecidos hay una menor de edad, Fatima Jaafar Abdulá, de 9 años, hija de un miembro de Hezbolá, y al menos dos integrantes del movimiento, uno de ellos hijo de un diputado de Hezbolá, de acuerdo a fuentes confirmadas por “The Jerusalem Post”.
El embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani, se encuentra entre los heridos, informó el medio iraní Mehr. Se cree además que otros dos miembros del personal de la embajada iraní en Beirut también resultaron heridos. Irán es el principal patrocinador de Hezbolá.
Además de los nueve muertos y casi tres mil heridos en Líbano, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que también resultaron heridos por el mismo “modus operandi” 14 milicianos libaneses de Hezbolá.
Aviso bélico y silencio israelí
Como es habitual tras un ataque contra yihadistas con el sello israelí, las autoridades israelíes guardan silencio sobre la ola mortal de explosiones de Beeper. El último caso, el asesinato en Teherán del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque a finales de julio que Irán atribuye a Israel y el Estado judío, ni desmiente ni confirma.
Lo que sí ha admitido el gobierno israelí, pocas horas antes de las misteriosas explosiones en Líbano, es que la guerra en Líbano parece inevitable e inminente.
El primer ministro Benjamín Netanyahu, advirtió este lunes al enviado del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que la guerra contra Hezbolá (y por extensión contra Líbano) parece inevitable y que el objetivo urgente de su gobierno es que regresen los 60 mil ciudadanos que llevan casi un año fuera de sus hogares en el norte del país, debido al lanzamiento casi diario de cohetes de Hezbolá, en solidaridad con sus aliados palestinos de Hamás, tras el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023.
En estos once meses de intercambio de fuego, más de 650 personas han muerto a ambos lados de la frontera, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 400 bajas, algunas también en Siria.
En Israel han muerto 50 personas en el norte: 24 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores en un ataque en los Altos del Golán sirios ocupados.
“Apreciamos la lucha de nuestros hermanos”
Por su parte, Hamás condenó lo que calificó de «agresión terrorista sionista» contra el Líbano y destacó que el presunto ataque no diferenció entre civiles y combatientes.
«Apreciamos la lucha y los sacrificios de nuestros hermanos de Hizbulá y su insistencia en mantener el apoyo a nuestro pueblo palestino en Gaza», dijo el grupo en un comunicado.