Reafirmó su pasión en Nueva York

Tatiana Zurita Tapia fue la tabasqueña que resultó ganadora de la beca Maya Barrón para estudiar fotografía en Nueva York. En la ciudad de las luces, la cardenense redescubrió su labor. Allí, aprendió de destacados artistas, lo que ha enriquecido su arte y la ha impulsado a contar historias a través de su lente.

Cesia Ocaña

Villahermosa

Desde pequeña, Tatiana Zurita Tapia siempre tuvo una cámara en mano, capturando momentos efímeros y convirtiéndolos en recuerdos eternos. Sin embargo, la vida la llevó por caminos inesperados: tras trece años en una empresa privada, un despido inesperado le brindó la oportunidad de seguir su verdadero sueño. Fue ganadora de la mención honorífica Maya Barrón y con ella, su acceso al taller que se realizó en Nueva York, impartido por Zony Maya y Pamela Barrón, ambos maestros de la lente.

“Fue como un renacer”, aseguró la fotógrafa en entrevista con Novedades de Tabasco. “Perder mi trabajo me hizo cuestionar qué quería realmente hacer con mi vida”. Así, con el apoyo de su esposo, Moisés Amador Ronquillo, decidió dedicarse al cien por ciento a su estudio, donde finalmente puede expresarse libremente y ser su propia jefa.

Recientemente, Tatiana recibió una beca para estudiar en Nueva York, un viaje que marcó un hito en su formación profesional. Durante su estancia, tuvo la oportunidad de conocer a figuras emblemáticas del mundo del arte y la fotografía. Entre ellos, Leopoldo Leopoldo, un reconocido artista plástico, quien le enseñó a mirar el mundo con otros ojos; Javier Ortega, un fotógrafo mexicano que ha trabajado con grandes celebridades, quien le compartió valiosos consejos sobre el manejo de la luz y la composición; y Phong Bui, editor y director artístico, quien le inspiró a contar historias a través de sus imágenes.

“Cada encuentro fue una lección”, asegura la tabasqueña con gran entusiasmo en sus ojos. “Aprendí que la fotografía no solo es capturar lo visible, sino también lo que siente el corazón”.

De regreso a Villahermosa, Zurita Tapia ha comenzado a implementar todo lo aprendido. Su trabajo ahora no solo refleja su mirada única, sino también la influencia de quienes han dejado huella en su vida. “Cada fotografía es una historia que cuento, y ahora tengo más herramientas para hacerlo de manera más profunda y significativa”, puntualizó.

Con su pasión renovada y un futuro brillante por delante, la orgullosa cardenense sigue demostrando que a veces, los caminos inesperados son los que nos llevan a nuestros mayores sueños. Nueva York no solo fue una ciudad de aprendizaje; se convirtió en un faro que ilumina su camino como artista. Y así, ella sigue capturando la belleza del mundo, un clic a la vez.

“Aprendí que la fotografía no solo es capturar lo visible, sino también lo que siente el corazón. Me queda claro que el cielo es el límite y que los sueños se cumplen si estás dispuesto a trabajar por ellos”

Tatiana Zurita Tapia

Fotógrafa

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