Científicos de la Universidad de Flinders están utilizando ondas sonoras en el suelo para ayudar a la recuperación del ecosistema.
En concreto han demostrado los beneficios de la estimulación acústica en la tasa de crecimiento y la esporulación de un hongo del suelo que promueve el crecimiento de las plantas.
«En nuestros experimentos, demostramos que la estimulación acústica resultó en un aumento de la biomasa fúngica y una mayor actividad de las esporas de Trichoderma harzianum en comparación con los controles», dice en un comunicado el doctor Jake Robinson en un nuevo artículo en Biology Letters.
«Nos esforzamos por encontrar nuevas formas de acelerar y mejorar los niveles de hongos beneficiosos y otros microbios en suelos degradados. Podría tener amplios beneficios para restaurar paisajes degradados y tierras agrícolas para alimentar al mundo».
Los investigadores descubrieron anteriormente que un «ruido blanco» monótono, establecido a un nivel de presión sonora de 80 dB, también aumentaba una respuesta similar en la bacteria del suelo E. Coli.
«Piense en el sonido monótono que emite una radio de la vieja escuela entre canales», explica el Dr. Robinson.
El hongo T. harzianum fue seleccionado para el último estudio debido a sus conocidos efectos beneficiosos sobre las plantas, como la protección contra enfermedades, el crecimiento de las plantas y la mejora de la utilización de nutrientes. En la agricultura, se ha demostrado que parasita otros hongos que a menudo son patógenos de las plantas.
El Dr. Robinson dice que uno de los próximos pasos será estudiar los beneficios del crecimiento de varios microbios en la salud de las plantas y luego buscar ampliar el experimento fuera del laboratorio.
«Aunque todavía está en sus primeras etapas, los próximos pasos implicarán estudiar los mecanismos de respuesta del microbioma, el efecto de flujo en las plantas y cómo averiguar cómo ampliarlo en el campo. También necesitamos entender si este enfoque podría tener posibles consecuencias en cascada o no deseadas», agrega.
En ausencia de una restauración de ecosistemas a gran escala y de estrategias de monitoreo efectivas, se proyecta que el 95% de las tierras del planeta estarán degradadas para el año 2050. La iniciativa global de las Naciones Unidas -la Década de la Restauración de Ecosistemas 2021-2030- pronostica que el 75% de los suelos del mundo descritos como degradados podrían aumentar a más del 90% para el año 2050.
La urbanización, la deforestación, el pastoreo excesivo y otras prácticas nocivas nos han llevado a esta terrible situación, que ahora está afectando la salud humana y socavando la producción de alimentos y los ecosistemas naturales, dicen los investigadores.
El coautor del nuevo artículo, el profesor asociado Martin Breed del laboratorio de Ecología de Restauración de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Flinders, dice que el potencial de este tipo de enfoque es vital para intentar evitar la pérdida de biodiversidad y acelerar la restauración de los ecosistemas.