No dejan descansar a los muertos

El robo de osamentas en los panteones de México, es un negocio invisible que es fomentado por algunos cultos religiosos, escuelas de medicina o forenses para que sus alumnos practiquen los conocimientos que adquieren.

Un negocio que se amparado en la corrupción de los propios trabajadores de los cementerios y de las propias autoridades qué no ponen atención en la seguridad de los denominados camposantos que en total suman a nivel nacional 3 mil 953 cementerios de los cuales, 118 se ubican en la Ciudad de México, la mayoría tienen problemas cómo sobresaturación después de la pandemia de Covid 19, rituales esotéricos y robo de osamentas.

El robo de osamenta es común en todo el país; sin embargo, muy pocas entidades tienen cifras o denuncias por el robo de una parte de la osamenta del difunto, esto se debe al fenómeno del abandono de los familiares de los occisos.

Actualmente la mayoría del delito del robo de osamentas se cometen en cementerios comunitarios o municipales, debido a la nula seguridad qué inhibe a los saqueadores de tumbas.

Grupo Imagen realizó un recorrido por diversos panteones de la Ciudad de México, en algunos casos observó osamentas a flor de tierra qué en muchos casos los perros son quienes terminan regándose en distintas partes de los cementerios, esto tiene un origen que se basa en un reglamentó caduco.

Para la Maestra Selene Berenice Moreno García, Jefa de la Unidad Departamental de Panteones y Servicios Funerarios de la alcaldía Iztapalapa en algunos cementerios, todavía se rigen por un reglamento de 1984, dónde se dicta que, al terminar su periodo, los restos óseos son extraídos de la tumba y se postran a un costado de las fosas para que sean recogidos por la familia.

Teníamos un reglamento que data del año 84, en este Reglamento nos decía que una vez que llegaban o cumplían su vigencia en las fosas, si el familiar no, no se interesaba por exhumar, pues lo podía hacer la administración del Panteón y esos restos se colocaban en pies o cabeza, se hacía un hoyo superficial y ahí se ponían los restos. Pues qué pasa con esos restos que, por el simple aire, la lluvia, no las condiciones climáticas o veces hasta de repente sale algún perrito así rascan y pues quedaban expuestos”.

Salgo que llama la atención, son el número de denuncias por el delito de robo de osamenta o saqueo en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), donde se tiene el registro del periodo del primero de enero de 2018 al 19 de junio de 2024, se han contabilizado 114 carpetas de investigación por dicho delito.

Un delito con solo seis detenidos en dos años (2022-2024), sólo en la alcaldía Iztapalapa que cuenta con 10 panteones, 7 comunitarios y 3 civiles, dónde más reportes de robo de osamenta se tenían en la capital del país.

Los focos por años se han enfocado a esta alcaldía que concentra el mayor número de panteones y la que tiene los dos cementerios más grandes, San Lorenzo Tezonco y San Nicolás Tolentino.

Ante estos hurtos, las autoridades locales a cargo de Clara Brugada en su momento alcaldesa, tomó la decisión de instalar un operativo permanente de seguridad para cuidar a los difuntos, porqué ni en el denominado sueño eterno podían descansar.

Por esas situaciones, pues nosotros pusimos casos San Nicolás, tenemos 2 grandes torres de 30 metros que giran hacia los cuatro lados cardinales. Tenemos en coordinación con el C 5, se colocaron aquí en San Nicolás Tolentino 100 Cámaras, videocámaras de seguridad que están grabando las 24 horas en 50 postes, se colocaron 2 tótems en cada en cada poste, en San Lorenzo 50 justamente, pues a manera de prevenir todas esas situaciones”, aseguró la Maestra Selene Berenice Moreno García, Jefa de la Unidad Departamental de Panteones y Servicios Funerarios de la alcaldía Iztapalapa.

Una opción que prácticamente erradicó la sustracción del robo de osamentas de estos panteones; sin embargo, los sacadores se trasladaron a los panteones conurbados del área metropolitana de la capital del país.
De 70 a 80 mil pesos por un cadáver de menores de edad

La venta de un cadáver de un pequeño menor de cinco años, es un gran negocio para los saqueadores que llevan a cobrar un precio que oscila entre los 70 y 80 mil pesos, cuerpos que son utilizados para los ritos esotéricos “debido a la pureza de su alma y cuerpo”.

Grupo Imagen contacto a una saqueadora de osamentas, el contacto se hizo en el panteón San José de la alcaldía Iztacalco a través de uno de los sepultureros, quien solo se limitó a pedir el número de celular y “en un par de días le marcan”.

Dos días después se recibió la llamada telefónica, la voz de una mujer nos indicó la hora y día para la cita en el panteón municipal de Chimalhuacán, donde la contactamos y nos ofreció el cuerpo de un menor de cinco años en 70 o 80 mil pesos y un cráneo en 5 mil pesos.

El de los niños pequeños te sale en 80-70 mil pesos y el de personas adultas, hasta un cráneo te lo puedo conseguir en cinco mil, seis mil, depende del cráneo que sea, te regalo lo que quieras, te puedo regalar una pierna, una mano, no sé para lo que lo necesites o lo quieras”.

Aseguró que, en la ciudad de México, ya no es un buen negocio el robo de osamentas, por eso ahora lo hacen en los municipios conurbados, dónde la seguridad es nula.

Su modo de operar es tener el contacto a través de los trabajadores de los panteones, quienes reciben una comisión que va de los tres a 5 mil pesos, dependiendo del cliente y de lo que pidan. También son quienes les hablan para darles el informe de las personas recién sepultadas y datos en general.
Entre el mito y la realidad

En distintas ocasiones, se ha culpado a la santería de ser la religión que pide huesos de personas muertas para realizar sus ritos dentro y fuera de los panteones en el país; sin embargo, la realidad es otra.

Acudimos con el sacerdote santero Awo ni Orunmila Owonrin iwori ikiki ifa, ubicado en el pleno corazón del barrio de Tepito, de mirada tranquila y una juventud que se nota a simple vista nos sonríe al entrar a su templo.

Con todos sus santos y reliquias que son utilizadas para sus rituales, descalifica la utilización de osamentas para las “curaciones” que se realizan, incluso aseguró que, si se pueden utilizar algunos huesos de una persona muerta, pero esta debe de ser de un familiar directo, siempre y cuando se tenga permiso de toda la familia.

Agregó que las personas que utilicen osamentas de una persona que no conocen se meten en problemas legales y espirituales, que podrían perjudicarles su vida diaria.

Existe un odu, un signo de mi fa en dónde para nosotros prohíbe el comercio de ese tipo de situaciones, sí me explico más que nada con los huesos, porque nosotros no sabemos a quién estamos alimentando, a quién estamos venerando. Nosotros podemos llegar a pasar un problema serio, si nosotros obtenemos algún hueso y nosotros lo veneramos y no liga con nosotros, nos puede traer un problema bastante serio. En primera en segunda, hoy en día debemos de entender las situaciones legales. Ajá. No se puede hacer de una manera de hurto de huesos para papapa. ¿Por qué? Porque también eso es mal visto por las propias familias cuando se dan cuenta de eso”.

Dijo que desconoce qué religión está ocupando los huesos de personas ya fallecidas, pero aseguró que el delito debe de ser castigado y qué han pasado años en que la santería ha cargado con el estigma por el desconocimiento de las personas.
El Senado de la República hizo un llamado para frenar el delito

El 4 de noviembre de 2022, el Pleno del Senado de la República exhortó a las autoridades de las 32 entidades federativas, de municipios y alcaldías de la Ciudad de México, a prevenir y combatir la exhumación ilegal y el tráfico de restos humanos.

En el dictamen que fue aprobado sin discusión, las y los senadores expresaron su preocupación, debido a que los restos humanos no se deben percibir como objetos y se tiene que recordar que pertenecen a personas que vivieron en algún momento, con una identidad y una historia, “por lo que un cuerpo sin vida debe ser tratado con respeto”.

También el Pleno del Senado, hizo un llamado a autoridades educativas del país a combatir, y en su caso sancionar, a docentes e instituciones de educación superior que incentivan al alumnado a la compra de restos humanos extraídos ilegalmente.

Mencionaron que el programa de donación de cuerpos de la Universidad Nacional Autónoma de México tiene como objetivo incentivar a la población a donar su cuerpo a la ciencia, al momento de fallecer, lo cual trae consigo una mejor forma de preparación tanto para los alumnos, como para los cirujanos y especialistas universitarios.

Al respecto, refiere el documento, la Ley General de Salud indica que las instituciones educativas sólo podrán utilizar cadáveres cuando tengan el consentimiento, ante mortem, de la persona fallecida, o de sus familiares después de su muerte.

Además de que establece que su uso requiere del consentimiento del disponente y un registro en el cual deberán contener información como nombre, edad, domicilio, sexo, nombre de la institución educativa beneficiaria del cadáver, entre otros datos.

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