A causa prácticas agrícolas y ganaderas indebidas la entidad ha perdido, en los últimos 50 años, más de 10 mil hectáreas, situación que pone en riesgo su potencial productivo.
Francisco Uribe
Villahermosa
Tabasco es uno de los estados más afectados por la degradación de sus suelos, que presenta tanto daños físicos como químicos, originados principalmente por prácticas agrícolas y pecuarias inadecuadas. Así lo señala el estudio “Evaluación de la degradación de la tierra causada por el hombre”, realizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Colegio de Posgraduados, con la participación del investigador David Palma.
El estudio expone que los suelos de Tabasco son un claro ejemplo de esta problemática, resultado de la desaparición de las selvas para destinar las tierras a actividades agrícolas y ganaderas. Este cambio de uso del suelo ha generado grandes problemas de degradación física y química en los suelos del estado.
En las últimas cinco décadas, Tabasco ha perdido más de 10 mil hectáreas debido a la transformación de sus selvas en tierras agrícolas y ganaderas. Según el informe, la erosión hídrica se ha visto exacerbada por las intensas lluvias anuales, las cuales son muy concentradas, y por la topografía accidentada de las zonas de lomerío y sierra. En este contexto, se menciona que una tormenta en Tabasco puede equivaler a la cantidad de lluvia que cae durante todo un año en estados con climas semiáridos.
La publicación, elaborada con el apoyo del Fondo Mixto Conacyt y el Gobierno del estado de Tabasco, aborda de manera exhaustiva la problemática de la degradación de los suelos en la entidad y propone algunas medidas de conservación. Entre ellas, destaca un programa de conservación de suelos y aguas basado en una base de datos que recopila información dispersa generada previamente, además de datos actualizados sobre erosión hídrica.
David Palma, investigador principal del estudio, explica que la degradación de la tierra se define generalmente como una disminución temporal o permanente de la capacidad productiva del suelo. «También puede definirse como la pérdida de utilidad actual o potencial del suelo, la disminución de sus cualidades intrínsecas y de sus funciones. Cuando estos procesos ocurren sin intervención humana, generalmente se desarrollan a una velocidad que está en equilibrio con la restauración natural del ecosistema», detalla.
Modificación al entorno natural
En el diagnóstico final del estudio, Palma asegura que Tabasco ha sufrido una degradación ambiental drástica en los últimos cincuenta años. «Entre el Tabasco de antes y el que hoy conocemos, existe un abanico de problemas derivados de las alteraciones hidrológicas, la degradación y erosión de los suelos, la salinización, la pérdida de recursos bióticos y la contaminación de diversas índoles», sostiene.
Las políticas de desarrollo implementadas durante los últimos cincuenta años —que incluyeron una economía basada en plantaciones, el desarrollo de la Cuenca Hidráulica Grijalva-Usumacinta, la reforma agraria, la creación de ejidos para garantizar la seguridad legal a los campesinos, la ganadería extensiva y el auge petrolero— introdujeron profundas modificaciones en el entorno natural, lo que generó un fuerte impacto ambiental.
Hoy en día, el estado enfrenta graves problemas de contaminación y deterioro ambiental que afectan su potencial productivo y ponen en riesgo la estabilidad y conservación de sus ecosistemas. Entre los principales daños se encuentran la alteración del curso natural de los ríos, la disminución del volumen de sus caudales y la pérdida de la estabilidad de sus avenidas. Además, las márgenes de los ríos y los sedimentos limosos que enriquecieron las llanuras aluviales y de inundación han sufrido un impacto severo.
Otro factor importante en la alteración del sistema hidrológico es la infraestructura carretera, que modifica los patrones de escurrimiento de los cauces naturales. Asimismo, la emisión de contaminantes a la atmósfera, especialmente en ciudades como Villahermosa, Cárdenas, Comalcalco y Macuspana, contribuye al deterioro ambiental.
En el pasado, los ecosistemas y el medio ambiente de Tabasco fueron afectados más por los contaminantes diluidos y transportados por las corrientes de agua que por las anegaciones directas. Estos contaminantes se desplazaron por zonas rurales, suburbanas y urbanas, depositándose en suelos agrícolas, humedales, cuencas de ríos y lagunas, e incluso en el mar.