Cinco periodistas palestinos de la cadena Al Quds murieron en un bombardeo aéreo israelí la madrugada del jueves en el centro de la Franja de Gaza. Los informadores estaban dentro de una furgoneta blanca identificada con la palabra “prensa” cuando fueron alcanzados cerca del hospital Al Awda, en Nuseirat.
El ataque también dejó una veintena de muertos y más de 30 heridos, según las autoridades sanitarias de Gaza. Entre los fallecidos se encuentra Ayman Al Jadi, quien esperaba en el hospital el nacimiento de su primer hijo. Los otros periodistas muertos fueron Fadi Hassouna, Ibrahim Al Sheikh Ali, Mohammed Al Ladah y Faisal Abu Al Qumsan.
Israel justifica el bombardeo
El ejército israelí reconoció la autoría del ataque y lo describió como una acción dirigida contra “un escuadrón de la organización terrorista Yihad Islámica”.
Según las fuerzas armadas, inteligencia de múltiples fuentes vincula a los fallecidos con actividades propagandísticas y operativas de dicho grupo. Presentaron un listado de miembros atribuido a Yihad Islámica en el que aparecen cuatro de los periodistas fallecidos.
Sin embargo, las pruebas aportadas incluyen roles como “comandante de reclutamiento” y “oficial de seguridad”, pero no mencionan a Fadi Hassouni. Además, se afirmó que Ayman Al Jadi estaba asociado con la unidad naval del grupo. Las fuerzas armadas dijeron haber obtenido estos datos de un ordenador encontrado en Gaza.
Clamor internacional tras el ataque
La oficina de medios del Gobierno de Gaza condenó el bombardeo y pidió a organismos internacionales, como la Federación Internacional de Periodistas y la Unión de Periodistas Árabes, que denuncien los crímenes contra los trabajadores de prensa palestinos. Exigieron protección para los periodistas y un juicio internacional para los responsables.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, más de 45,399 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto en ataques, según las autoridades de Gaza.
Israel no permite el acceso de periodistas internacionales al enclave, salvo bajo estricta supervisión militar, lo que limita la transparencia sobre los hechos en la región.