Los incendios que azotan Los Ángeles desde hace cinco días continúan extendiéndose de manera incontrolable, dejando a su paso una estela de destrucción. Hasta el momento, más de 12,000 edificios han sido consumidos por las llamas y más de 15,000 hectáreas han quedado reducidas a cenizas. Las autoridades han confirmado al menos once fallecidos y miles de personas desplazadas, mientras que nuevas zonas han sido afectadas por órdenes de evacuación.
Los bomberos trabajan sin descanso para contener los focos activos, pero las condiciones climáticas, con fuertes vientos y sequedad extrema, dificultan sus esfuerzos.