Yoon Suk-yeol, el expresidente de Corea del Sur destituido tras su polémica declaración de la ley marcial, fue detenido este miércoles tras varias semanas atrincherado en su residencia en Seúl. Pese a su arresto, el exmandatario se negó a prestar declaración durante las primeras horas de interrogatorio por parte de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), según informó un funcionario a la agencia Yonhap.
La detención ocurrió a las 10:33 hora local, tras un fallido intento anterior que había generado enfrentamientos. Yoon fue trasladado en un convoy desde su residencia en Yongsan hasta la sede de la CIO en Gwacheon, pero continúa sin colaborar en el proceso judicial.