Los arqueólogos hallaron en el yacimiento de Pompeya (sur de Italia) “uno los complejos termales privados de los más grandes” jamás encontrados en el yacimiento de esta antigua urbe romana destruida por la erupción del volcán Vesubio el año 79.
El espacio, que es “anexo a una sala de banquetes”, emergió de las excavaciones en curso en la llamada Ínsula 10 del área Regio IX de Pompeya y revela muestras de la opulencia de quién poseía el lugar hace dos milenios, informó este viernes el Parque Arqueológico del yacimiento.
Según su director, Gabriel Zuchtriegel, se trata de “un ejemplo de cómo la ‘domus romana’ sirvió de escenario para el espectáculo artístico y cultural que el propietario montaba para ganar votos y congraciarse con la buena voluntad de los invitados”.
Destacan además las pinturas de los muros, “con temas de la guerra de Troya” o representaciones de atletas, unos elementos que buscaban exponer un ambiente “de cultura, erudición y ocio”.
También hay una sala con las paredes recubiertas de negro, “que debía transportar a los invitados a un gran palacio griego”, otro elemento de opulencia.Hasta ahora, este es “uno de los lugares de mayor dimensión y más articulados entre los espacios termales privados jamás conocidos en Pompeya”, resalta el Parque Arqueológico en una nota.
El complejo perteneció “a algún personaje importante de la sociedad local” que integró la élite de la ciudad y que, dada su posición, disponía de “un espacio para acoger a numerosas personas, a las que poder ofrecer ricos banquetes y la oportunidad de bañarse y relajarse”.
“Se trata de una casa propia con espacios enormes para celebrar banquetes. Estos tenían la función de crear consenso, de promover una campaña electoral, de cerrar negocios”, señala Zuchtriegel.A estos eventos solían asistir también “personas más humildes” a las que el poderoso mostraba su riqueza y les ofrecía “hacer un buen tratamiento en las aguas termales de la casa”, en el que “sería probablemente el complejo termal más grande en una vivienda de Pompeya”, añade el director.
“Era habitual que primero se realizase el baño y después el banquete, todo en el complejo de la misma casa, donde hay espacio para una treintena de personas”, detalla el director, que asegura que el espacio termal disponía de todas las estructuras necesarias.
Los baños estaban compuestos por el ‘calidarium’, ‘tepidarium’ y ‘frigidarium’ (sala caliente, templada y fría), y la casa también incorporaba una cámara frigorífica con un gran patio porticado en cuyo centro se situaba un gran estanque.“Todo funcionaba en torno a la puesta en escena de un ‘espectáculo’, en cuyo centro estaba el propio propietario”, concluye Zuchtriegel.