El deseo de notoriedad en los jóvenes trasciende de la pantalla a la vida real, en casos lamentablemente violentos. Hay mucho por hacer en una sociedad bombardeada de información a través de las redes digitales, hasta ahora con poco o nulo control legal.
Rosa Elena Cortés
Ser influencer es el deseo del 57% de los jóvenes nacidos entre 1995-2000 (Generación Z), según una encuesta de Morning Consult realizada en 2023.
La fama, la diversión, los viajes, la vida color de rosa que estos personajes muestran a través de las redes sociales, se perciben como realidades por las audiencias, olvidándose que se trata de seres humanos con problemas que muchas veces sobrepasan las pantallas, como los más recientes casos ocurridos en México.
En medio de la vorágine del contenido, las vistas y las interacciones, parecen olvidar que su influencia se limita a las redes sociales, y en la realidad, son sujetos de derechos como cualquier otro ciudadano y como tal deben respetar las leyes.
Sin considerar el tipo de mensaje que promueven, la preparación profesional con la que puedan contar o su estado de salud mental, las empresas apuestan millones de pesos a estos personajes que en un escenario de vida cotidiana, fácil, publicitan productos al por mayor incluso desconociendo realmente si aportan algún beneficio real al consumidor o si es dañino, aprovechándose del vacío legal al respecto.
La semana pasada, Valentina G, la modelo que recibió, presuntamente, más de diez puñaladas de la influencer mexicana Marianne G, fue dada de alta del hospital tras más de una semana en cuidados intensivos.
En tanto, la supuesta agresora permanece en internamiento preventivo en un Centro Especializado para Mujeres Adolescentes y, debido a que tiene 17 años de edad, es procesada penalmente por el delito de lesiones dolosas.
LA VIDA EN LAS REDES
“Quiero pedir una disculpa a todos, porque el otro día subí un video de una casa que no era mía, y bueno, se me hizo fácil subirlo, pero ya después reflexioné y por eso les pido una disculpa. Yo sé que todos mienten”, narra para un video de Tik Tok, Marianne.
Mientras se maquilla, reconoce que la casa que presumió ser de su propiedad no lo era. “Lo importante es reconocer los errores”, expuso luego de haber sido desenmascarada por otro influencer.
En otra publicación, pide que la acompañen mientras se viste para ir a pilates, muestra la vestimenta que compró y la marca. “El outfit ya lo tengo, ayer lo compré, miren ya ni tengo qué pensar en qué ponerme, está bien bonito”.
En las mismas redes sociales Marianne fue llamada como “la nueva ‘Fofo’ Márquez”, en alusión al caso protagonizado por este personaje (también influencer), Rodolfo Márquez Alcaráz, quien fue recientemente sentenciado a 17 años por intento de feminicidio y cuyo caso, al igual que el anterior, fue ampliamente difundido por los medios de comunicación.
Fofo, de 27 años de edad, golpeó a una mujer en un estacionamiento, luego que esta dañara accidentalmente el espejo retrovisor de su auto. La agresión quedó grabada en una cámara de seguridad con las consecuencias que ahora se conocen.
Rodolfo Márquez mostraba en sus videos una vida de lujos. En una entrevista hecha en redes sociales reconoce que su “vicio favorito son las mujeres, un vicio caro, porque hay que invertirle”, comenta con total naturalidad, como si hablase de un objeto.
En sus videos predomina la ostentación: autos de lujo, viajes, ropa y accesorios de marca de diseñador, consumo de alcohol y un lenguaje altisonante y prepotente.
“Ya sé, ya sé que van a decir que soy demasiado nefasto, demasiado superficial y así, pero lo único que hago, es realmente decirles la verdad, osea, yo la rompí, yo me fui del otro lado, ustedes nunca la lograron, yo gano más que sus papás y pues bueno, tengo sexo mínimo tres veces a la semana, probablemente esté teniendo sexo con tu novia y tú ni en cuenta y pues bueno, cada quién su vida, a mí me tocó romperla, me tocó ser una estrella, y más cosas ¿no? Famoso, poderoso, millonario, con buen cuerpo, o sea, neta soy Dios, conmigo nadie se puede comparar, soy intocable”. Así se expresaba, Fofo en uno de sus videos.
FUERZA MORAL
La voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras (ejercer predominio o fuerza moral), principalmente a través de las redes sociales, describe la Real Academia de la Lengua Española.
Fundación Gabo, dedicada a promover el ejercicio periodístico en América Latina, destaca que los influencers –una designación simplista para nombrar a los muchos o pocos actores digitales ultrafamosos que cada quien sigue o conoce– ganan notoriedad día tras día, mientras la confianza en otras fuentes de información disminuye en torno a las celebridades digitles que consiguen mantener mucho más cautivas a las audiencias y de esta forma se les otorga una posición de poder.
La periodista Delia Angélica Ortiz, describe en un artículo para el Sol de México denominado Fofo Márquez, Marianne y la hipersexualización, con fecha del 15 de febrero, los argumentos de la madre de Márquez, quien dijo en una entrevista que su hijo en realidad intentaba construir un personaje para las redes sociales y que padecía dislexia, inmadurez neurológica y déficit de atención.
Destaca la gravedad de que sin ningún control parental, Fofo manejó libremente sus contenidos mayormente ofensivos para algunos sectores poblacionales, por lo que llama a reflexionar “sobre la educación familiar, emocional y social de las nuevas generaciones, principales generadores y consumidores de este tipo de contenidos”.
Marianne por ejemplo –apunta- madre a los 17 años, lejos de abordar (por ejemplo) las consecuencias de un embarazo a su edad, los cambios físicos y en la vida de una adolescente, aparecía a cuadro totalmente maquillada, vistiendo a su bebé, hablando de la visita al pediatra, disfrutando aparentemente de una maternidad prematura, para luego repentinamente apuñalar a otra joven y resultar detenida, lo que evidencia que no todo estaba bien.
Para algunos especialistas el deseo de notoriedad en los jóvenes trasciende la pantalla y fomenta este tipo de violencias, y coinciden en que tanto el gobierno como las familias deben actuar para rescatar a los jóvenes de esta influencia digital que va en ascenso.
TENDENCIA
Aumentan seguidores de los llamados newsinfluencers vs los medios convencionales. (‘Perspectivas del público sobre las confianzas de las noticias’, Reuters).
Followers, número de reproducciones y likes: nuevos medidores de la confianza.
EL PROBLEMA
Su falta de formación periodística, profesional, ética o del ámbito en el que se están desempeñando los influencers, deja de lado la verificación y otras herramientas de rigor para transmitir información.
Falta de legislación.
CASOS POLÉMICOS
Marianne “N”
17 años de edad
Influencer fashionista; y tras el nacimiento de su hija, Mommy blogger.
Estatus: En resguardo preventivo y con juicio en proceso, acusada de apuñalar a una joven (lesiones calificadas).
Por ser menor de edad alcanzaría 5 años en prisión.
**
‘Fofo’ Márquez
27 años de edad
Influencer de entretenimiento. Sus contenidos no estaban dirigidos a promover algún producto o lugar, sino a promoverse a sí mismo.
Estatus: Sentenciado a 17 años de prisión por intento de feminicidio, al atacar a una mujer en un estacionamiento.
OTRO CASO RECIENTE
Yosstop
“Personalidad de internet”
El 29 de julio de 2021 fue arrestada imputada por el delito de pornografía infantil por presuntamente compartir y almacenar un conjunto de videos sexuales y comentarlos.
Al llegar a un arreglo con la víctima fue liberada el 30 de noviembre de ese mismo año. A inicios de 2025 fue absuelta.
En 2024 fue obligada a no volver a subir contenido a todo tipo de red social personal, pero incumplió, permaneció arrestada algunas horas.