Por: José Ángel ViGo
“La Gastronomía Mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial”
Nuestra patria hace estremecer hasta al más duro ser, surgiendo los caminos que llevan a nuestros parajes verdes y libres, dando la bienvenida a curiosos, dichosos y turistas, enamorándolos con nuestra cocina y cultura infinita.
La gastronomía mexicana cuenta con alta relevancia a nivel mundial, aportando diversos insumos esenciales, ya sea el maíz, cacao, chiles en demasía, entre otros, dándole esa importancia que no podía dejarse pasar.
El 16 de noviembre de 2010, la Unesco declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la gastronomía mexicana; por ello, desde 2016, la Secretaría de Turismo decretó esta fecha como Día Nacional de la Gastronomía Mexicana.
Este reconocimiento solo se les ha otorgado a tres cocinas más, que son: la francesa, la mediterránea y la japonesa.
¿Cómo llegó el reconocimiento?
Para tener este reconocimiento, no es suficiente con sólo enfocarnos en la riqueza culinaria; deben cumplirse las siguientes pautas: antigüedad, continuidad histórica y formar parte de la identidad cultural de una nación.
Antigüedad y continuidad histórica
Hablar de nuestra comida es remontarnos siglos atrás hasta las civilizaciones prehispánicas que habitaron en lo que hoy es el territorio mexicano. Su cocina era una muestra de técnicas milenarias y rituales que complacían algo más que el apetito, el alma. Las recetas se conservaron, sin embargo, han ido sufriendo ciertas modificaciones a la llegada de los europeos al continente.
El maíz, el frijol y el chile son elementos constitutivos de nuestra cocina, con técnicas de cultivo prehispánicas como la milpa y la chinampa. También teniendo métodos de preparación únicos como la nixtamalización, que es el descascarillado del maíz con agua de cal para aumentar su valor nutritivo.
Parte de nuestra identidad cultural
La comida mexicana está presente a lo largo del año en diversas festividades, como la rosca de reyes en enero, los tamales en el día de la Candelaria, el pozole y antojitos en septiembre y no podría faltar mencionar al icónico pan de muerto en noviembre. Cada festividad siempre va acompañada de sus platillos representativos, plasmándose en ellas como insignia de validez, ya que sin ellos no sería sano el celebrarlas, porque como lo dice el dicho “pancita llena, corazón contento”.
Los mexicanos desde que nacemos nos forjamos con buen diente y nos hace entrarle a cualquier platillo, incluso crear nuevos; cuántos no hemos roto la dieta por pecar de gula al degustar una inolvidable comida como estas mencionadas.
Que la gastronomía mexicana sea patrimonio cultural de la humanidad significa que la UNESCO reconoce su valor cultural y la importancia que tiene para la identidad del país; debemos enorgullecernos por contar con tan vasta cultura y exquisitos alimentos, ya que, poseyendo alimentos desde lo más económico de adquirir, hasta el más alto en costo ostentamos delicias culinarias en infinidad.
Hay de todos los sabores y formas, salados, dulces, crujientes, suaves, fríos, calientes, aromas fuertes y tersos, somos como el universo, jamás sabremos a ciencia cierta cuál es el fin de nuestra gastronomía.
Existe una gran variedad gastronómica que vamos a conocer en siguientes ediciones, es demasiado vasto los pasos que recorreremos; me alegra el apoyo y sugerencias de ustedes queridos lectores, si me dan permiso de seguir guiándolos como cada domingo, les traeré con gusto desmesurada información para fomentar la historia y hechos relevantes en la gastronomía de México. En mis redes sociales acepto sus consejos y sugerencias.
Con mucho cariño les saluda y se despide José Angel ViGo, les deseo buenos días, buenas tardes, buenas noches y buen provecho.