Por: José Ángel ViGo
Entre el fuego y sombras, al filo del cuchillo: la psicología en la cocina profesional
«La tristeza y desesperación llegan haciendo retumbar las puertas, el lumbral remarca las sombras tan oscuras como el mismo pesar que llevo dentro, estoy a punto de romperme y de pronto, una luz emerge cual salvavidas al notar un ahogado gritando despavorido por auxilio; ¡auxilio!, grito, y vuelvo a repetirlo, hasta que una mano amiga se engrandece y me brinda amor y cariño, medicina del alma y del alivio»
La cocina es sinónimo de creatividad, sabor y pasión, pero también puede ser un campo minado de presiones intensas, perfeccionismo extremo y caos emocional. En los últimos años, la psicología ha empezado a ocupar un lugar en la conversación gastronómica, no solo como forma de comprender el lado oscuro de la profesión, sino también como herramienta para enriquecerla y transformarla.
El caos psicológico en las cocinas profesionales:
Las cocinas profesionales, sobre todo en el mundo de la alta gastronomía, pueden ser campos de batalla, con jornadas maratónicas, presión constante, gritos, jerarquías férreas y un perfeccionismo que raya en la obsesión. La cocina, ese espacio donde se crea belleza, también puede ser el epicentro de una tormenta emocional.
Casos que rompieron el silencio
Varios chefs de renombre han puesto fin a sus vidas tras años de lucha interna, el caso más conocido, quizá, es el de Anthony Bourdain, su suicidio en 2018 fue un golpe seco al corazón de la industria, siendo un hombre que desde fuera parecía haberlo logrado todo: fama, respeto, libros, programas y viajes; pero por dentro libraba otra guerra.
Y no fue el único, Benoit Violier, considerado el mejor chef del mundo en su momento, también tomó la misma decisión.
Detrás de cada tragedia como estas hay un sistema que muchas veces romantiza el sufrimiento en nombre de la excelencia.
Hacia una gastronomía más humana
La buena noticia es que poco a poco el tema ha dejado de ser tabú; hoy hablamos más abiertamente de salud mental en la gastronomía. Hay restaurantes como Noma o Eleven Madison Park que han reformado sus dinámicas laborales, apostando por horarios más humanos y espacios de expresión emocional, dando paso a mejores prácticas laborales y emocionales, replanteando modelos de liderazgo empáticos donde la cocina sea un lugar de creación, no de castigo.
La psicología como aliada
La psicología, además, no solo puede evitar el colapso, también puede enriquecer. Comprender cómo la memoria, las emociones y los sentidos interactúan, abre caminos creativos profundos. Cocinar puede ser también un acto terapéutico, una forma de sanar y de conectar con otros desde lo más humano. Cuantas veces no hemos recordado algún momento especial al degustar ciertos alimentos, también el extrañar la comida de nuestras abuelitas, o igual como ligamos ciertas fechas y situaciones especiales para degustar algún platillo en específico; nuestras papilas gustativas suelen poseer un súper poder que a veces pasa desapercibido, el transportarnos a recuerdos inolvidables.
Quizá ha llegado el momento de dejar atrás la figura del chef mártir, del genio atormentado e incomprendido que sacrifica todo por un plato. La excelencia no tiene porque ir de la mano del sufrimiento, una gastronomía más consciente y humana es igual y hasta más sabrosa, porque cuando quien cocina está bien lo que crea tiene otra luz. Nunca teman buscar apoyo psicológico, o desde el contarle tus problemas a un amigo, la salud mental es muy importante, no temas que todo estará bien y el mundo no se acaba, aunque a veces parezca que sí. Se despide un domingo más José Ángel ViGo deseándoles buenos días, buenas tardes, buenas noches y buen provecho.