A casi doscientos años de su muerte, William Corden, uno de los asesinos más famosos del Reino Unido, sigue dando de qué hablar, pues recientemente se encontró un libro forrado con su propia piel.
Trabajadores del Museo Moyse’s Hall, ubicado en la localidad inglesa de Bury St. Edmonds, localizaron un libro forrado con piel humana, pero no era la piel de cualquier persona: se trataba de los restos de un famoso asesino, sentenciado a muerte en 1828.
Fuentes del museo señalan que se sabía de la existencia de un libro forrado con la piel de William Corden, ejecutado por ahorcamiento hace casi 200 años, pero se desconocía que existiera una segunda versión de este macabro tomo.
El primer libro forrado con la piel de Corden se exhibe en el museo desde la década de los 30 del siglo pasado, pero este nuevo hallazgo permite pensar en que quizá existan más libros de este tipo.
Una costumbre común
Aunque en la edad moderna parezca raro y hasta mórbido tener un libro forrado con piel humana, la llamada bibliopegia antropodérmica era una costumbre muy común durante la Inglaterra victoriana, donde se consideraba parte del castigo contra los criminales usar su piel para este tipo de objetos.
A casi doscientos años de su muerte, William Corden, uno de los asesinos más famosos del Reino Unido, sigue dando de qué hablar, pues recientemente se encontró un libro forrado con su propia piel.
Trabajadores del Museo Moyse’s Hall, ubicado en la localidad inglesa de Bury St. Edmonds, localizaron un libro forrado con piel humana, pero no era la piel de cualquier persona: se trataba de los restos de un famoso asesino, sentenciado a muerte en 1828.
Fuentes del museo señalan que se sabía de la existencia de un libro forrado con la piel de William Corden, ejecutado por ahorcamiento hace casi 200 años, pero se desconocía que existiera una segunda versión de este macabro tomo.
El primer libro forrado con la piel de Corden se exhibe en el museo desde la década de los 30 del siglo pasado, pero este nuevo hallazgo permite pensar en que quizá existan más libros de este tipo.
Una costumbre común
Aunque en la edad moderna parezca raro y hasta mórbido tener un libro forrado con piel humana, la llamada bibliopegia antropodérmica era una costumbre muy común durante la Inglaterra victoriana, donde se consideraba parte del castigo contra los criminales usar su piel para este tipo de objetos.