Ronroneos del alma

Elba Castañeda nos lleva a explorar el crecimiento personal y la aceptación a través de metáforas y una aventura literaria única.

Cesia Ocaña

Villahermosa

A través de un viaje interno retrospectivo, Elba Castañeda nos introduce a una novela de fantasía. Una travesía sin fin que trata de explorar temas centrales con un toque de misterio cósmico que deja ver el dolor humano y el crecimiento personal que este conlleva.

Cat-Og, nos cuenta a través de metáforas lo complicado pero gratificante que puede ser la búsqueda del autoconocimiento en medio del caos y el reto de encontrar armonía en un mundo lleno de contrastes.

“Hay personas que perciben el mundo de forma distinta”, asegura la autora, quien anteriormente había debutado como escritora con ‘La vendedora de corbatas’, en entrevista para Novedades de Tabasco.

“Este libro marca un parte aguas en mi carrera porque es el resultado de una transformación que me hace dejar atrás lo conocido para lanzarme a la aventura y llevarlos de la mano”, puntualiza.

Aceptación del público

Con su aguda mirada felina, Elba Castañeda, nos lleva a no sentirnos fuera de lugar o abrumado por la vida al poder descubrir que la verdadera magia está en aceptar esas partes de ti que has querido ignorar; esta historia te conecta con lo más profundo de tu ser y si le sumas, la debilidad por los gatos, que muchos de sus lectores comparten, la aventura por esta travesía se cierra al transitar el camino y aprender que el encuentro con uno mismo siempre tiene giros inesperados y suaves arañazos.

“Cat-Og es así una obra que, aunque escrita desde lo personal, habla un lenguaje universal. Puede ser leída por adultos, jóvenes e incluso infancias con una sensibilidad particular, por ello el recibimiento que el libro ha tenido en mis lectores ha resultado mágico”, finalizó.

Para quienes se debaten entre el ritmo vertiginoso de la vida laboral y el llamado interno a encontrar un sentido más profundo, Cat-Og ofrece un espejo y una ruta. “No vengo a descubrir el hilo negro. Solo quiero que cada lector recuerde su verdad y la abrace. Que entienda que sanar no tiene por qué ser un espectáculo, sino un acto íntimo de amor propio”, concluye Elba.