Productores reactivan cerca de 2 mil hectáreas en Plátano y Cacao, reviviendo una tradición que se remonta a los años 40.
Francisco Uribe
Villahermosa
Esta comunidad, salpicada por las aguas del río Carrizal, es un símbolo de resiliencia gracias a su capacidad para renacer después de enfrentar adversidades como plagas, crisis económicas y abandono oficial.
Aquí se encuentran las mejores tierras negras de aluvión para el cultivo de banano, como bien se describe en el libro Tabasco a dos tiempos, del escritor tabasqueño Elías Balcázar Antonio.
Majestuosas plantaciones de esta fruta florecieron, llenando el paisaje de toda esa franja de tierra situada a orillas del río Carrizal, hasta que, como si se tratara de una maldición, llegó la crisis. Del esplendor de la zona solo quedó el nombre: Plátano y Cacao.
La historia platanera de esta ranchería se remonta a las décadas de 1940 y 1950, cuando el cultivo del banano se consolidó como el principal motor económico de la región.
Cuentan productores como Atilano López de los Santos que, en aquella época, salían por el río Carrizal embarcaciones repletas de plátano macho con destino al centro del país e incluso al extranjero.
Otros productores calculan que, en los años de bonanza, se llegaron a producir más de 100 mil toneladas anuales, lo que representaba solo 300 mil toneladas menos que la zona de La Sierra, con la participación de cerca de mil productores.
Esa misma versión es respaldada por la familia Izquierda Velázquez, quienes recuerdan que hubo un enorme auge y mucha prosperidad: prácticamente todos los agricultores vivían del plátano y del cacao. Sin embargo, la llegada de plagas como la sigatoka negra redujo drásticamente la producción, que alguna vez abarcó más de 3 mil hectáreas.
Su renacimiento
Hoy en día, el banano vuelve a ser el cultivo líder del polo agrícola Plátano y Cacao, gracias al esfuerzo de hombres y mujeres empeñados en resembrar todas las áreas de esta ranchería, ubicada a solo 15 minutos de Villahermosa.
Desde la carretera que conecta a Plátano y Cacao con la zona de La Isla y Reforma, en Chiapas, puede observarse el renacimiento de cientos de hectáreas de plantaciones de esta prodigiosa fruta.
Los campos sembrados dan fe del trabajo dedicado de los agricultores, lo cual también se refleja en la variedad de plátanos cultivados.
Atilano López de los Santos afirma que actualmente existen casi 2 mil hectáreas sembradas de banano en la región, superficie similar a la que hubo durante el auge de los años 40 y 50, debido a que muchos productores optaron por reemplazar el cacao con banano.
Además del plátano, también se cultivan otros productos como yuca, cilantro, mango, aguacate, calabaza y pepino.
En medio de los platanales y otros sembradíos, una pequeña industria local se encarga de procesar parte de las cosechas, como parte de los esfuerzos por diversificar la producción y dar valor agregado a lo que ofrece la tierra.
Desventajas
La planta agroindustrial de plátano macho que fue inaugurada en el 2016, en la carretera Villahermosa-Cárdenas, como parte del proceso reconversión del campo tabasqueño, se pudre entre la maleza, debido a que dejó de operar, y con ello 29 millones de pesos se fueron a la basura.
Adán Merodio Hernández, manifestó que desde hace cuatro años se encuentra cerrada la procesadora, en la ranchería Cucuyulapa
La planta inició operaciones en 2016 con una producción de siete toneladas diarias de plátano procesado, generando 35 empleos directos y alrededor de mil 200 indirectos, pero al día de hoy se encuentra convertida en un cementerio.
Plátano y Cacao, Primera, Segunda y Tercera Sección
Municipio al que pertenece: Centro
Población: más de 3 mil habitantes
Actividad principal: plátano, cacao y ganadería
Fuente: Inegi, libro “Tabasco a dos tiempos”, productores