El verano florece con Shakira. La estrella colombiana lució un encantador vestido que entre transparencias y bordados parece pintado por el Sol, y su melena dorada con ondas de sirena fue el complemento perfecto para este look que irradia alegría y calidez, pero al mismo tiempo sensualidad y frescura.
Aunque sería la pieza ideal para un evento matutino donde se pueda mimetizar con un escenario soleado y repleto de flores amarillas, la intérprete aprovechó su iluminado sentido de la moda para transformarlo en un atuendo de noche mediante accesorios dorados que reflejaron la luz artificial con destellos cautivadores.
Shakira resplandece como el Sol con un vestido amarillo translúcido
Ermanno Scervino, un diseñador originario de Florencia, creó esta pieza de extensión larga confeccionada con gasa de seda pura que comienza con un escote en pico sujetado por tirantes finos que se entrelazan en la espalda. Se extendió a lo largo de su figura adornado con un plisado oblicuo y un bordado floral hecho a mano con cinta de seda que se vuelve más amplio a la altura del pecho y se estrecha a lo largo del busto y la falda. El escote está adornado con un borde festoneado y tres botones de banda a juego.
Para complementar la etiqueta italiana del vestido, agregó un par de zapatillas doradas de punta abierta, correa delgada sobre el tobilo y tacón grueso. Sin embargo, ese fue el único toque metálico de su look, pues prefirió pasar de los accesorios, y cómo contradecirla, su brillo natural y la magia de su atuendo fue más que suficiente para destacar su presencia.
Pero el verdadero protagonista fue ni el vestido ni la misma artista, sino su melena dorada, larga cual Rapunzel y con rizos de sirena que en esta ocasión decidió recoger en una media coleta alta, logrando una caída de fantasía hasta la cadera (seguramente la estilizó con productos de su nueva línea de haircare, Isima). Para enmarcar su rostro, separó dos caireles cortos del frente que permanecieron sueltos sobre su rostro con delicadeza.
¿Y el maquillaje? Eligió un look que afianzó la línea natural, pero vivaz del atuendo y el peinado a través de tonos ligeramente bronceados, toques rosados en mejillas y labios, cejas definidas, y pestañas voluminosas que enternecieron su mirada.
Con sus elecciones de estilo arriesgadas pero siempre acertadas, Shakira continúa reforzando su status como ícono de moda latina, quien domina perfecto el arte de balancear sofisticación con sensualidad sin perder su esencia en el intento.