Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, concluyeron este viernes en Alaska una reunión de más de tres horas sin alcanzar un acuerdo definitivo para poner fin al conflicto en Ucrania. La cumbre, celebrada en la base militar Elmendorf-Richardson de Anchorage, estuvo marcada por un ambiente de cautela y expectativas, ya que ambos líderes coincidieron en que, pese a no lograr la meta principal, el diálogo abrió nuevas posibilidades para un entendimiento futuro.
En una breve rueda de prensa conjunta, Trump describió la conversación como “extremadamente productiva”, aunque reconoció que todavía existen “algunos puntos clave sin resolver”, uno de ellos considerado “probablemente el más significativo” para alcanzar la paz. Aun así, aseguró que existe “una buena oportunidad” para cerrar las diferencias en próximas rondas.
Putin, por su parte, destacó que la reunión permitió restablecer “buenos contactos directos” entre Moscú y Washington después de un periodo de tensiones y desencuentros diplomáticos. Al concluir, el mandatario ruso dejó abierta la puerta a un nuevo encuentro, respondiendo a Trump con un “la próxima vez en Moscú” en un gesto que buscó subrayar el clima cordial con el que cerró la jornada.
La cita en Alaska fue vista como un intento de acercar posturas en uno de los conflictos internacionales más complejos de los últimos años, aunque los analistas coinciden en que los avances sustantivos requerirán un proceso más prolongado y negociaciones de alto nivel en los próximos meses.