México defendió su corona en los World Games con una victoria histórica sobre Estados Unidos, 26-21, sellada justo cuando el reloj marcaba cero.
Tres años después de aquella primera hazaña, en el debut del flag football en los World Games —cuando México conquistó la presea dorada— la historia volvió a enfrentar a las dos potencias de la disciplina en el mismo escenario: México y Estados Unidos, con el oro nuevamente en juego.
En aquel verano de 2022, México había llegado con cuentas pendientes tras caer en la final del Campeonato del Mundo en Israel por 31-21. Ahora, en esta segunda edición, el guión parecía repetirse: otro duelo con sabor a revancha, luego de que Estados Unidos les arrebatara la medalla de oro en la final del Mundial de Finlandia 2024, con marcador de 31-18.
Pero este escenario también cargaba con un peso especial para las norteamericanas. En 2022 llegaban como las grandes favoritas, jugando en casa y en el escenario más grande del deporte. Sin embargo, México les arrebató el oro con un aplastante 39-6. Aquella derrota dejó una profunda cicatriz en la historia del equipo de las barras y las estrellas.
Así, Estados Unidos llegaba a esta final con el mismo objetivo que México: reescribir la historia.
México pegó primero, con la defensiva dando la primera gran sacudida del encuentro. Andrea Fernández, apenas en la tercera jugada, capturó a la experimentada quarterback estadounidense Vanita Krouch, y una jugada después, la novata Allison Salazar concretó una intercepción, dejando a México en territorio estadounidense.
La ofensiva mexicana no logró capitalizar el intercambio de balón, con un par de pases incompletos y una destacada acción defensiva de Amber Clark.
Esa sería la tónica de la primera mitad: un duelo de élite defensiva y errores ofensivos.
Fue dentro de los últimos dos minutos de la mitad que un contacto ilegal de México otorgó a Estados Unidos un primer down crucial. Aprovechando la oportunidad, Ashley Klamm completó la recepción de touchdown que, con el punto extra, ponía a las norteamericanas al frente, 7-0.
México respondió de inmediato con menos de un minuto en el reloj. Bajo intensa presión, Tania Rincón lanzó un pase espectacular que encontró a Mónica Rangel, quien concretó la anotación y la conversión de dos puntos, dando a México la ventaja, 8-7.
Pero México aún no había terminado de sumar en el primer medio. Con apenas 30 segundos en el reloj, Allison Salazar logró su segunda intercepción del partido. La defensiva abrió el camino para que Tania Rincón, con una recepción y escapada de casi 30 yardas, aumentara la ventaja a 14-7 de cara al medio tiempo.
El partido se reanudó con un claro dominio defensivo de ambos equipos. Fue hasta la tercera posesión de México cuando Deliah Autry-Jones sorprendió a Diana Flores, interceptando a la quarterback mexicana y llegando hasta la zona de anotación. Con el punto extra, Estados Unidos empató el partido.
Otra intercepción sobre Flores puso momentáneamente a México en aprietos, pero un castigo por interferencia de pase defensivo anuló la jugada, manteniendo viva la serie. México aprovechó la oportunidad con un pase de Flores a Rangel que devolvió la ventaja al equipo; sin embargo, la conversión de punto extra no fue efectiva, dejando la ventaja en apenas seis puntos.
A menos de dos minutos del final, el ataque de Estados Unidos volvía a tomar el campo. Un castigo contra la defensa de México en tercera oportunidad, otorgó un primero y diez automático a la escuadra de Krouch, quien, con 34 segundos en el reloj, conectó con Madison Fulford, empatando el marcador y que con el punto extra puso a Estados Unidos al frente 21-20, una ventaja que parecía definitiva.
México tenía otros planes. Con apenas 28 segundos en el reloj, comenzó un drive quirúrgico, impulsado por dos castigos defensivos de Estados Unidos que le daban vida a la esperanza mexicana. Con solo tres segundos restantes y desde la yarda cinco, Diana Flores lanzó un pase perfecto a Victoria Chávez, quien lo convirtió en el touchdown de la victoria, consumando un cierre dramático y sellando la defensa del oro mexicano.
Así, México conquistó el bicampeonato de los World Games, una victoria que trasciende más allá de lo evidente. No solo como una resolución a las cuentas pendientes, ni como una simple reafirmación del dominio del país en el flag football a nivel global, sino que adquiere un valor histórico aún mayor: con la inclusión del deporte en los Juegos Olímpicos, el flag football desaparecerá de los World Games.
Esta medalla consagra a México como las primeras, las últimas y las únicas campeonas en la historia de la competencia. Un legado imborrable: este no es solo un doble oro, es un oro eterno.