Agencias
Cientos de personas acudieron este sábado a la capilla ardiente de Giorgio Armani, instalada en el Teatro Armani de Milán, para rendir homenaje al diseñador que revolucionó la moda mundial y que fue considerado durante décadas el “rey” del estilo italiano.
El féretro fue colocado en penumbra, acompañado de flores blancas, una alfombra iluminada con farolillos y la custodia de los Carabineros. Detrás, una gran pantalla proyecta su imagen sonriente junto a una frase que él mismo eligió como testamento: “El legado que espero dejar es el compromiso por el respeto y cuidado por las personas y la realidad. Ahí es donde todo comienza”.
La capilla permanecerá abierta también el domingo en el espacio que Armani encargó al arquitecto japonés Tadao Ando, inaugurado en 2015 como un centro de creatividad, exposiciones y desfiles de moda.
Los medios italianos subrayan que en los próximos días se abrirá el testamento de Armani, quien no tuvo hijos. Su fortuna, valuada en más de 2,300 millones de euros, será administrada por la Fundación Giorgio Armani, asegurando la continuidad de su imperio.
Milán, cuna de su genio creativo, se convierte así en escenario de un último adiós cargado de respeto y admiración hacia un hombre que marcó la historia de la moda con su estilo sobrio, elegante y atemporal.