Columna: El Rincón del chef

Por: José Ángel ViGo
“Los tamales que no conoces: una guía por las deliciosas rarezas de México”
Continuando con nuestra celebración mexicana recibimos de brazos abiertos a el tamal, siendo este un mapa único, cada dobles de hoja que se encuentra en el guarda una ruta hacia los sabores de cada región, nos transporta a los rituales que se repiten en cocinas, patios y fiestas comunitarias; no hay un solo México en los tamales, sino decenas; existen de maíz, de mar, de monte, de ceniza, de chaya, chipilín, y un sin número que si fuera posible mencionarlos en esta columna, no terminaríamos hoy.
En esta guía espero hacerles recorrer el país de norte a sur, encontrando esas variedades poco conocidas que sorprenden por su origen, sus ingredientes y las historias que envuelven.
Norte de México: la fuerza del desierto y la sierra.
• Tamales norteños (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas): Pequeños y delgados, envueltos en hoja de maíz; se rellenan con carne de cerdo en chile rojo y se sirven en reuniones familiares y posadas decembrinas.
• Tamales de puerco con chile colorado (Sonora y Chihuahua): Intensos y especiados, cocinados en hojas de maíz. Son comunes en fiestas patronales y celebraciones rancheras.
• Tamales barbones (Sinaloa): Rellenos de camarón entero, con las “barbas” asomando por la masa; se consumen sobre todo en cuaresma y en celebraciones pesqueras.
• Tamales de cazuela (Durango): Mezcla de carne, chile y verduras, cocidos en cazuelas grandes de barro antes de envolverlos; suelen prepararse en bodas y fiestas comunitarias.
Centro de México: la tradición del altiplano.
• Tamales de frijol con epazote (Hidalgo, Querétaro y Puebla): Sencillos y energéticos, rellenos de frijol negro machacado con hierbas; muy comunes en fiestas patronales y en Día de Muertos.
• Tamales de ceniza (Michoacán): Masa mezclada con ceniza de leña, envueltos en hoja de maíz; se preparan como ofrenda en Día de Muertos y tienen un sabor mineral único.
• Uchepos (Michoacán): Hechos con elotes tiernos, de sabor dulce y textura suave; se comen en temporada de cosecha, acompañados de crema y salsa roja de tomate.
• Tamales canarios (Michoacán): Elaborados con harina de trigo, huevo y mantequilla en lugar de maíz; suelen servirse en bautizos y celebraciones religiosas, su nombre se gana por el color parecido a el ave mencionada.
• Tamales de quelites (Estado de México, Puebla): Masa rellena de hierbas de temporada, que recuerdan a la cocina de la milpa; muy comunes en celebraciones agrícolas y ferias de pueblo.
• Zacahuil (Huasteca, compartido entre Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí): El gigante de los tamales, de hasta un metro y medio, cocido en horno de tierra; es el plato festivo por excelencia en fiestas patronales, bodas y grandes convivencias.
Sur y Sureste: el corazón ritual del tamal.
• Tamales de chipilín (Chiapas y Tabasco): Hierba tierna mezclada en la masa, envueltos en hoja de plátano. Se consumen cotidianamente, pero también en fiestas regionales.
• Tamales de pejelagarto (Tabasco): Pescado prehispánico envuelto en masa y hoja de plátano, siendo un símbolo chontal; se preparan en celebraciones locales y como orgullo tabasqueño.
• Tamales de momo (Chiapas): Con hoja santa o momo, de sabor anisado, generalmente con carne de cerdo; aparecen en celebraciones religiosas y fiestas familiares.
• Tamales de bola (Chiapas): Redondos y grandes, rellenos de carne guisada, envueltos en plátano. Se elaboran en ocasiones comunitarias y fiestas patronales.
• Tamales de cambray (Chiapas): Mezcla sorprendente de pollo, jitomate, pasas, aceitunas y almendras. Son típicos en fiestas y reuniones importantes.
• Tamales de camarón seco (Campeche y Tabasco): De sabor intenso, consumidos sobre todo en Cuaresma y Semana Santa.
• Tamales de chaya (Yucatán y Quintana Roo): Masa mezclada o rellena con esta hoja nutritiva, símbolo peninsular; se preparan en reuniones familiares y celebraciones campesinas.
• Tamales colados (Yucatán): Masa refinada y colada, rellenos de carne en recado rojo (achiote); suelen servirse en bodas y fiestas importantes.
• Mucbilpollo o pib (Yucatán y Quintana Roo): El tamal ritual de Hanal Pixán (Día de Muertos), grande, cocido bajo tierra, con recado rojo y pollo o cerdo; es un símbolo de comunión con los ancestros y la tierra misma.
• Tamales de ibes (Chiapas): Rellenos con frijoles tiernos de temporada, preparados en cosechas y reuniones familiares.
• Tamales torteados (Tabasco): Planos como discos, rellenos de carne o pollo en achiote, envueltos en hoja de plátano, muy comunes en ferias y fiestas tradicionales.
Un mosaico envuelto en hojas
En cada región de nuestro extenso y basto país, el tamal no es solo comida: es símbolo de comunidad, identidad, ritual, ofrenda para los vivos y los muertos.
Los hay dulces y salados, gigantes y diminutos, de monte y de mar. Conocer estas variedades “raras” es recorrer México a través de sus cocinas, descubrir que cada hoja guarda un paisaje y que, al abrirla, lo que se sirve en el plato es identidad.
´Orgullosos hay que estar, la cocina de nuestra tierra es rica y especial, vamos a celebrar; tenemos que bailar al son de los aromas a maíz y tierra húmeda, usemos como tambor el comal, trae el metate, molcajete y haz retumbar mi jacal; armonioso y lleno de felicidad espero con ansias recibir a mis ancestros que vienen del más allá’.
Espero que esta columna siga siendo de su agrado queridos lectores, me despido deseándoles buenos días, buenas tardes, buenas noches y buen provecho.
 

Acerca de NOVEDADES

Te puede interesar

La tabasqueña Fátima Bosch es Miss Universe 2025

Miss Universo es el certamen de belleza más importante del mundo, donde cada año participan …