El presidente ruso Vladímir Putin sabe que no es joven. Este martes cumple 73 años, teóricamente con la ley rusa podría haberse jubilado hace ya 13 años. Sin embargo, no parece interesado en la vida de pensionista: así lo evidenció la conversación que mantuvo con su homólogo chino Xi Jinping el pasado 3 de septiembre, en el que hablaban sobre como se podría alargar la vida. E incluso salió una cifra a la palestra: 150 años.
Aunque llegó al poder con 47 años, ahora ya roza la edad de los líderes del final de la URSS, la época llamada «gerontocracia» con dirigentes como Yuri Andropov y Konstantin Chernenko, que duraron poco tiempo en el cargo y murieron en el poder. El oficialismo ruso ya se preocupa de que la salud del líder ruso no se deteriore, tal y como evidencia las medidas extremas tomadas para que no se contagiara de Covid-19 en plena pandemia o las investigaciones que supuestamente llevan a cabo médicos rusos para aumentar la esperanza de vida de las personas.
Medios opositores apuntan que en 2024 Putin habría puesto como prioridad científica la investigación de «tecnologías antienvejecimiento». Oficialmente busca mejorar la longevidad de todos los rusos (73,2 según datos de la OMS, 68,2 en el caso de los hombres). En el Viejo Continente es una de las más bajas, lejos del 83,2 de España (80,7 en los hombres). Por debajo solo está Ucrania.
«Invertir en particular en tecnologías para prevenir el envejecimiento de las células, en neurociencia y otras innovaciones que promueven la longevidad», enfatizó la viceprimera ministra rusa Tatiana Golikova en febrero de 2024, durante la clausura de una exposición en la capital rusa dedicada a los logros de Putin . En el plan también se menciona la importancia de desarrollar tecnologías de impresión de órganos en 3D para facilitar los trasplantes, algo que mencionó Putin con Xi Jinping, de su misma edad.
Recuerdo de Politóvskaya
El 7 de octubre también es el día en que fue asesinada la periodista Anna Politkovskaya 19 años atrás. Fue una de las grandes cronistas de la guerra en Chechenia y muy crítica con las acciones del Ejército ruso en su reconquista de este territorio rebelde. No solo recopiló testigos incómodos, también fue una de las mayores críticas del mandatario y de las primeras en hacerlo.
En 1999, Putin era un completo desconocido cuando llegó al poder en Rusia. Yeltsin lo puso de primer ministro en agosto de ese mismo año. Llegaba como líder del FSB, los servicios secretos que sustituyeron al KGB. El 31 de diciembre no solo fue el fin de año y de milenio, también fue el inicio de su era. Aunque hubo un simulacro de cambio político con la llegada de Dmitri Medvedev a la Presidencia entre 2008 y 2012, el actual líder de Rusia siguió siendo el que llevaba la voz cantante como primer ministro. Una vez finalizado este hiato, impuesto por la Constitución que no permitía dos mandatos seguidos, regresó al poder como si nada hubiera pasado.
Años más tarde, se impulsó una una reforma constitucional en 2020, que le permitirá a Putin mantenerse en el poder hasta 2036 . La última persona que estuvo más de 30 años al frente del país fue la zarina Catalina la Grande, que en 1796 acabó su mandato de 34 años.