• Ante un público atento y emocionado, el zapatense cuenta los desafíos que lo llevaron a abrazar desde temprano la profesión musical
• El poeta Francisco Magaña, el cantautor Salvador Manrique y el editor Antonio Mora celebraron las virtudes del volumen que de 400 páginas quedó en 190
“Pitágoras nos afectó muchísimo, la música es mucho más que matemáticas”, expresó el percusionista Javier Cabrera Jasso, durante la presentación de su libro “La música en el corazón”, que es precisamente un tratado antipitagórico, donde el tabasqueño confiesa su gran pasión por la música.
En el majestuoso salón José Gorostiza del Palacio de Gobierno, recinto que se estrenó a los eventos del fabuloso XVIII Festival Cultural Ceiba, el zapatense estuvo acompañado por presentadores de lujo: El cantautor Salvador Manrique, el editor Antonio Mora y el poeta Francisco Magaña, quienes explicaron, cada uno en su turno, la sístole y diástole del libro.
“El libro de Javier me pegó porque me recordó mi infancia. A mí también me dijeron que, si me dedicaba a músico, iba a terminar manejando una cantina. La idea que se tenía es que predominaba era que los que se dedicaban a la música estábamos locos. Tú eres antropólogo, yo intenté ser agrónomo, peor gracias a Dios me corrieron. Pero como tú, la música también es mi pasión”, reveló el también subsecretario de Desarrollo y Promoción Cultural, encargado de abrir la tanda de comentarios.
Por su parte, el editor Antonio Mora calificó ‘La música en el corazón’ como “un libro auténtico y generoso. No se trata de un libro erudito, sino de una lúcida narración que coincide con el percusionista. La autobiografía novelada está construida con una metáfora central, que es su identidad como músico y al mismo tiempo su credo. “La propia novela se corresponde con los conceptos musicales al redactarla con música”, explicó Mora.
Al señalar otras virtudes en la narración de Javier Cabrera Jasso, Francisco Magaña resaltó la “narración directa, transparente, que no excluye los vericuetos de la sin razón. Todo recuerda a ese niño que se armó caballero en el zapateado y en las suertes charras. De aquel entonces permanece intacto en la sangre temeraria de Javier, su éxtasis asumido y confirmado y la generosidad de compartirnos estas páginas”.
El percusionista contó que el libro era originalmente de 400 páginas, surgidas de la necesidad de explicar ciertos pasajes de su vida, “como un actor en un diálogo interno, me levantaba a los cuatro de la mañana a escribir y escribir diariamente”.
El nombre original del manuscrito era ‘El niño que quiso ser músico’, pero ante el rechazo del texto por la editorial de su alma mater, la Universidad Veracruzana, y el de ciertos amigos suyos lectores, guardó las 400 páginas en un cajón. “En la editorial de la universidad me preguntaron, ah sí, ¿usted es el músico, verdad? Yo dije sí, y entonces me aconsejaron: “Mejor siga haciendo música”. Y guardé el libro en un cajón”.
Finalmente trabajó el texto hasta dejarlo en 190 páginas y volvió a buscar editor. “Mi libro es una historia que comienza en Tabasco y circula por muchas partes del planeta. El viaje de la música me ha llevado por todas partes y que me ha hecho ser un poco lo que ahora soy, pero que el origen está en Tabasco, mi origen está en Emiliano Zapata, lo llevo en mis venas. La música ha sido mi perdición”, acotó.
Ante un público atento, detalló que el volumen carece de fotografías “porque estamos muy dañados por lo visual, ahora todo es iPad, la computadora, el celular, incluso hasta para dar clase es difícil si no hay imágenes”. En sus páginas cuenta en desafío de que su progenitor aceptara a su vástago como músico. “Yo nací negrito en medio de hermanos blancos. Y encima desde chico siempre decía: Yo voy a ser músico”, relató.
Cabrera Jasso expresó su agradecimiento con el Gobierno del Pueblo y, específicamente, c