Agencias
La marca china Shein se encuentra en el centro de una fuerte polémica en Francia luego de que se revelara la venta, a través de su plataforma, de muñecas sexuales con apariencia infantil y réplicas de armas, lo que ha desatado indignación y llamados a sanciones por parte de legisladores y defensores de derechos humanos.
El escándalo estalló justo después de que la compañía inaugurara su primera tienda física en París, ubicada a pocos pasos de la catedral de Notre-Dame, con lo que buscaba consolidar su presencia en el mercado europeo.
Organizaciones civiles francesas denunciaron que el sitio de Shein ofrecía productos “degradantes y peligrosos”, lo que consideran una violación a las leyes europeas sobre protección infantil y comercio digital.
El Gobierno francés ya solicitó una investigación formal sobre la empresa por presunta vulneración de normas de seguridad y ética comercial.
Por su parte, Shein no ha emitido una declaración oficial sobre las acusaciones, aunque en ocasiones anteriores ha atribuido casos similares a “errores de vendedores externos” en su plataforma.
El caso ha reavivado el debate en Francia y en la Unión Europea sobre la necesidad de regular más estrictamente a los gigantes del comercio electrónico, especialmente aquellos con sede fuera del bloque comunitario.
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