País asiático obliga a trabajar 32 horas de lunes a jueves

El gobierno mexicano formalizó su intención de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales antes del final de la década. La medida forma parte de los compromisos del actual sexenio y cuenta con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien destacó que el proceso debe surgir de “una discusión nacional incluyente y ordenada”.

El secretario del Trabajo, Marath Bolaños López, precisó que el cambio comenzará en 2026 y concluirá en enero de 2030, mediante una reducción gradual de dos horas por año. “Buscamos revalorar el tiempo personal sin afectar los derechos adquiridos”, explicó el funcionario. Por otro lado, un estudio internacional publicado en Nature Human Behaviour por la Universidad de Boston respalda este tipo de iniciativas. Tras analizar a más de 3 mil trabajadores en seis países, los investigadores concluyeron que reducir la jornada laboral mejora la salud física, el descanso y el rendimiento, siempre que los ingresos se mantengan estables.

La ley norcoreana: jornada corta en el papel, extensa en la realidad

A diferencia de México, Corea del Norte mantiene una estructura laboral donde la ley establece un máximo de 32 horas semanales, distribuidas en cuatro días de ocho horas, con el viernes como jornada opcional. Se trata de un modelo, que sobre el papel ubica al país entre los de menor carga horaria del mundo, dista de lo que ocurre en la práctica.

Reportes internacionales coinciden en que la jornada laboral oficial rara vez se cumple. La falta de electricidad, el transporte limitado y las “tareas voluntarias” impuestas por el Estado prolongan las horas de trabajo reales, muchas veces sin remuneración adicional.

Durante los meses de mayor calor, el régimen aplica un horario especial conocido como sambok, que establece actividades de 5:00 a 13:00 horas para evitar los efectos del calor extremo. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores continúa laborando más allá de ese rango debido a órdenes administrativas. Según medios europeos, los cortes de energía y la escasez de transporte hacen que las jornadas comiencen tarde y se extiendan hasta la noche, anulando el beneficio teórico de las 32 horas semanales.

Dos modelos laborales opuestos
Mientras en Corea del Norte la ley funciona como un instrumento político y propagandístico, en México la reforma se construye desde la deliberación pública. La diferencia no radica en el número de horas, sino en el mecanismo de implementación y en las condiciones reales de trabajo.

De aprobarse el calendario previsto, millones de mexicanos comenzarán a trabajar menos horas desde 2026, alcanzando las 40 horas semanales en 2030. Corea del Norte, por su parte, seguirá mostrando en su normativa una de las jornadas más cortas del mundo, aunque su aplicación siga siendo, en la práctica, una promesa incumplida.

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