Sin estar en el programa de su gira, la Presidenta Claudia Sheinbaum se detiene en cruce de carreteras para saludar a cientos de jonutectos de comunidades rurales

• Acompañada del Gobernador de Tabasco Javier May Rodríguez, la mandataria recibe solicitudes escritas a mano, palabras de apoyo y agradecimiento

• Mujeres campesinas, hombres pescadores, personas adultas y estudiantes le dan las gracias por los programas sociales y productivos que impulsan ambos gobiernos

Durante más de 24 horas, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, hizo vibrar los corazones de tabasqueñas y tabasqueños, al visitar durante la cuna del movimiento de la Cuarta Transformación, entregando becas a estudiantes de un bachillerato en Jonuta, supervisando la súper autopista Escárcega-Macuspana, checando el avance de un mega hospital en Cárdenas y anunciando en plena Feria del Chocolate, la fábrica donde se elaborará el irresistible Chocolate Bienestar.

La expectativa de su llegada sacudió la rutina de todas las comunidades por donde iba a pasar. En el cruce de La Frutilla, a medio camino entre Zapatero y la cabecera municipal de Jonuta, se congregaron desde temprano vecinos de Los Pájaros, Playa Bonita, los Buchecos, Trinidad y Catalina, los Guiles y demás rancherías.

Y conforme pasaba el tiempo, la gente, en vez de irse, fue aumentando con la esperanza de saludar el convoy de la Presidenta de México.

No era la primera vez que el gran pueblo de Tabasco, como dice la canción de Pepe del Rivero, «se entrega siempre con todo y dueño», a la primera mujer que gobierna México. Apenas, en marzo pasado, miles de chocos salieron afuera de sus casas para saludar con sus sonrisas y manos el paso de la caravana presidencial, y la titular del Ejecutivo corresponder a lo largo de los más de 60 kilómetros de camino que hay entre Tapijulapa, Tacotalpa, y Buena Vista Apasco, en Macuspana, devolviendo los adioses.

Aquella vez fue para dar el banderazo de salida a la ampliación de la autopista a cuatro carriles Escárceda-Macuspana, hoy es para ver cómo van los avances.

En esta ocasión las esperanzas de que se detuviera estaban además aumentadas por los dos topes seguidos que hay en esta parte de la carretera, de aproximadamente 50 kilómetros, la cual conecta el municipio de Jonuta con la vía federal.

Sin dejar de sostener su pancarta, doña Margarita Pérez vino desde temprano de El Rincón, en el ejido Tomás Garrido, para poder acercarse a la Presidenta desde este punto y agradecerle los programas que ha dado.

«Gracias a Sembrando Vida federal y estatal, ya no sufrimos de tanta pobreza, ahora producimos nuestras calabazas, yucas y árboles frutales, ya no los compramos y el dinero rinde más”, señaló la septuagenaria campesina.

Todos se conocen y eso hace de la espera una romería. Cada que pasa un automóvil o camioneta hacia Zapatero o Jonuta, no falta quien alce la voz y con una ocurrencia de ingenio tabasqueño saca la risa hasta de los más serios. «¡Aquí viene, aquí viene! ¡Bajen los cartones, que hay sed! ¡Presidenta, presidenta!», se oye entre la algazara.

Doña Blanca Estela, quien vino acompañada de gente de la comunidad Los Pájaros, tiene sus motivos para esperar el paso de Sheinbaum: la pensión a adultos mayores y las becas ‘Rita Cetina’.

“Primera vez que en la historia que una Presidenta de México visita este municipio de Jonuta. Me siento feliz porque es primera vez que veremos a una persona de alto rango, es algo que nunca olvidaremos. Somos mujeres y le diremos que nos siga apoyando”, resaltó con globos en sus manos.

Parado junto a un manatí de fibra de vidrio, que promueve la experiencia de tocar a los sirénidos en un cuerpo de agua del lado de Tabasco, que nace en las lagunas de Catazajá, don Raúl Díaz Cruz vino con toda su familia para expresar su apoyo a lo que califica como un gobierno real.

“Nosotros estábamos al jornalito, a lo que cayera, pero con el programa Pescando Vida, el mandatario ha pensado en nuestras necesidades y se lo agradecemos, y a la Presidenta de la República le agradecemos que sea un gobierno real, como el de Andrés Manuel López Obrador; yo le digo a mis hijos que este gobierno sí se levanta en la madrugada a desayunar, y dice: Mi gente, voy a ayudarlos”, afirmó mientras su muchacho escuchaba respetuoso.

A su lado está Elizabeth Cabrera Mendoza, de El Rincón, que vino con otras compañeras a saludar “si se puede” a la Presidenta Sheinbaum y al mandatario May. “Me siento alegre que haya una mujer gobernando México, ya se van acordando más de nosotras las mujeres. Somos un lugar apartado, el último pueblecito de Jonuta, por eso se llama El Rincón. Pero gracias a Dios tenemos el apoyo de Sembrando Vida, que nos ha hecho mucho bien. Como verá, uno como mujer, teniendo hijos, para ir a trabajar es difícil, tenemos que buscar quien nos los cuide y todo, pero ya con el programa que nos dan es una ayuda, tanto para los hijos como para nosotras”, explicó.

El clan de los Morales vino con la matriarca de más de 80 años. Ya van a dar las cinco de la tarde y en las pocas casas que hay, uno de sus nietos ha conseguido una silla a la jefa del clan. “¿Qué si ha valido la espera? —repite la pregunta que se le ha hecho, y sin dudar responde con buen ánimo—. Claro que sí. Esta es una gran oportunidad para conocer a la Presidenta y no iba a ser yo quien la dejara pasar”.

A las cinco en punto se divisan unas luces que se van acercando y la multitud se convierte en un intenso zumbido de expectación. No hay duda, “ahí viene la presidenta”, es la voz de alerta. Se colocan de un solo lado para verla pasar.

Pero la Presidente Claudia Sheinbaum Pardo les devuelve la cortesía de la espera con una sorpresa aún mayor de la esperada. Se baja de la camioneta y comienza a saludar a los primeros de la larga fila. Hay abrazos, selfies, palabras de apoyo y entrega de peticiones escritas en hojas de cuadernos sencillos.

“¡Es un gusto conocerla! ¡Los jóvenes de Tabasco estamos con usted! ¡Dios te bendiga! ¡Saludos de El Porvenir! ¡Hasta pronto! ¡Señora Presidenta, señora Presidenta, gracias! ¡Estamos contigo, Presidenta! ¡Bienvenida a Jonuta!”, y extienden sus manos oscuras, manos callosas, manos jóvenes, manos pintadas, manos con anillos sencillos, manos trabajadoras, solidarias y agradecidas.

Fueron cinco minutos pero que quedarán grabados en la memoria de estos pueblos que con cariño agradecen el cuidado de la Presidente y del Gobernador.

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