Cuentos que enseñan a quererse

Gisela Gilges, escritora y life coach, utiliza las letras como una poderosa herramienta para enseñar amor propio y gestión emocional a niños y adultos, combinando su experiencia en psicología, coaching y desarrollo humano.

Cesia Ocaña

Villahermosa

Gisela Gilges, escritora, conferencista y life coach, ha logrado integrar su formación en psicología, neurología y recursos humanos en una propuesta innovadora: enseñar herramientas de desarrollo emocional a través de cuentos que conectan con niños y adultos por igual. Con más de 830 mil  seguidores en Instagram (@giselagilges), comparte contenido de valor y estrategias de expansión personal que buscan transformar la manera en que nos relacionamos con nuestras emociones y con nosotros mismos.

Su trayectoria profesional incluye puestos clave en grandes empresas internacionales como jefa de Empleos, Talento y Desarrollo Humano y BP Manager, entre otros. En 2011 fundó Giga Minds, su propia consultora, donde asesora y coachea a directivos sobre estrategias de desarrollo, armado de equipos y recursos humanos. Actualmente, lidera la Escuela Internacional de Coaching y coordina una comunidad que integra herramientas de coaching a la vida diaria.

En mayo de 2024 publicó Cuentos de amor propio, y en septiembre del mismo año lanzó Serás tan feliz como insistas: domina tus amenazas emocionales, logrando vender más de 12,000 ejemplares en pocos meses. Para Gilges, los cuentos no son solo relatos, sino instrumentos de transformación emocional:

«Me di cuenta por la reacción de mis hijos y de otros niños: los cuentos permitían que las emociones se expresaran y los mensajes calaran de manera profunda. Es una herramienta poderosa para influir en la vida de ellos,» explicó en entrevista Novedades de Tabasco.

La escritora asegura que la inspiración para sus cuentos proviene de experiencias personales y familiares. Recordó, por ejemplo, la tristeza de su sobrina frente a un desafío, que se convirtió en la base de uno de sus relatos: «Al ver cómo se conectaba con la historia y enviaba mensajes emocionantes, entendí que tenía en mis manos una herramienta poderosa.»

El proceso creativo de Gilges busca equilibrar entretenimiento con enseñanza profunda. Los temas recurrentes incluyen el bullying, el deseo de pertenencia y el miedo, así como el dolor que surge de heridas emocionales. Según ella, el objetivo es enseñar a los niños y adultos a reconocer sus emociones y a desarrollar amor propio:

«Amor propio no significa perfección ni belleza externa. Se trata de aceptarnos, reconocernos y hablarnos bonito, sin perder la objetividad. Es una práctica que se aprende y se refuerza desde la infancia,» dijo.

Los libros incluyen ejercicios prácticos que pueden realizarse en cualquier momento y con distintos grupos de edad. Gilges recomienda leer con pausas y reflexionar sobre cada historia, convirtiendo la lectura en una experiencia de aprendizaje emocional.

Sobre el futuro de sus cuentos, la autora adelantó que planea una segunda parte que explore nuevos aspectos del amor propio y la gestión emocional, así como la posibilidad de adaptarlos a cortometrajes o animaciones. Entre sus ideas destaca “la caja de herramientas”, un recurso narrativo que ayuda a los lectores a identificar y procesar sus emociones de manera consciente.

Con su enfoque integrador, Gisela Gilges demuestra que los cuentos pueden ser mucho más que historias: son instrumentos para fortalecer la autoestima, enseñar resiliencia y brindar herramientas para enfrentar la vida con mayor confianza y bienestar emocional.

¡Ven por tu cuento!

Tenemos tres ejemplares para ti. Acude con nuestra edición impresa a las oficinas ubicadas en Paseo Tabasco 1203, colonia Tabasco 2000 en Villahermosa y sé uno de los afortunados ganadores del ejemplar. Válido para las primeras personas que traigan este ejemplar.

«Amor propio es aceptarnos tal como somos, reconociendo nuestras virtudes y nuestros errores. Es hablarse bonito, pero con objetividad, y enseñar a los niños a hacer lo mismo»

«Amor propio no significa perfección ni belleza externa. Se trata de aceptarnos, reconocernos y hablarnos bonito, sin perder la objetividad. Es una práctica que se aprende y se refuerza desde la infancia»

Gisela Gilges

Escritora